Mucho tiempo antes, el 19 de junio de 1939, siendo presidente del Comité Central del Partido de la Revolución Mexicana (antecesor del PRI), Heriberto Jara expresó que “el PRM no es un refugio para satisfacer ambiciones innobles, ni tabla de salvación de náufragos políticos, sino que su existencia y fines obedecen a imperativos de altura”. El 20 de enero de 1946, al convertirse en candidato a la presidencia de la República, Miguel Alemán indicó: “El PRI no debe ser una máquina de imposición, sino un órgano con procedimientos de tal naturaleza, que realice una auténtica función cívica y democrática”. Y el 12 de enero de 1974, estando al frente del CEN, Jesús Reyes Heroles señaló: “Sectarismo, oportunismo, seguidismo, nepotismo, influyentismo, arribismo, amiguismo, son lacras que es preciso desterrar del partido”. Pura palabrería. El PRI se ha conducido siempre igual. Así sucederá una vez superada la transición en el Poder Ejecutivo federal el próximo 1 de diciembre. Muchos personeros del PRI-Morelos, acostumbrados a deambular de un sexenio a otro buscando chamba, esperan ansiosos esa fecha para conseguir alguna de las delegaciones federales existentes aquí. El mejor hueso para roer será Capufe.
Pero no sólo en el PRI se cuecen habas respecto al rol de agencia de colocaciones. Obra en nuestro archivo personal un ensayo titulado “Avances y Retos del Partido Acción Nacional”, elaborado por Tania Hernández Villavicencio, publicado por El Colegio de la Frontera Norte en 1998. La autora analizó la situación del partido blanquiazul en la arena política nacional, advirtiendo que “desde hace más de una década el PAN encabeza el gobierno en varios estados de la República, y uno de los principales problemas de su experiencia ha sido precisamente la relación entre el partido y el gobierno emanado de sus filas”. Agregó: “Hace más de dos años que este partido encabeza el gobierno federal (con Vicente Fox) y hoy día enfrenta el mismo problema, sin que parezca estar dispuesto a atenderlo. La falta de definición clara de la relación partido-gobierno ha sido atendida por los panistas de acuerdo con las particularidades locales, es decir, en función de la lucha entre los grupos internos, las alianzas del partido con los grupos sociales y la correlación de fuerzas con otros partidos en el marco de los procesos electorales”. Indicó: “Enfrascados en una seria crisis de identidad, derivada del crecimiento de su base militante, pero sobre todo de su nueva tarea, los panistas deben definir el momento, las condiciones y los mecanismos que habrán de caracterizar a la llamada ‘vinculación democrática’ con el Poder Ejecutivo”.
Pero el Partido Acción Nacional no sólo enfrentó el problema que implicó la “vinculación democrática” con los gobernantes en turno emanados de sus filas, sino que también se convirtió en otra agencia de colocaciones bastante parecida al PRI, lo cual fue evidente y percibido en su exacta dimensión por la opinión pública de nuestro país. Ni duda cabe que el panismo estuvo durante dos sexenios en una condición monárquica cuyos principales exponentes manipularon el doble discurso y la doble moral despachándose con la cuchara grande. Empero, esto tampoco es nuevo. Así lo vislumbró Maquiavelo: “El desorden y la corrupción hacen inevitable la aparición de un monarca. Tiene que surgir un gobernante absoluto que dirija la administración del estado sin la intervención de terceras personas que entorpezcan la reacomodación política”. Al menos en nuestra entidad federativa la prueba del ácido deberá ser superada por las denominadas izquierdas. A ver.
Y dentro del contexto postelectoral, tras su debacle el pasado 1 de julio en algunas regiones del país, Acción Nacional analiza su nuevo papel sobre la arena política. En Jurica, Querétaro, se lleva a cabo el Encuentro Nacional de Legisladores del PAN (me refiero a los diputados federales y senadores electos), que ayer tuvo como conferencista al gobernador de Morelos, Marco Adame Castillo. El mandatario señaló que en el PAN, que fue fundado sobre bases sólidas por los primeros demócratas del país y que es sinónimo de la democracia existente en México, “lo que debemos hacer es ponernos al día, a la vanguardia”. El jefe del Poder Ejecutivo local manifestó que “esta es una importante oportunidad para reflexionar en torno a los resultados adversos y ofrecer una propuesta que se sintonice con las exigencias de un México que está viviendo una segunda alternancia”. “Desde la Cámara de Diputados, en la Cámara de Senadores, en los congresos locales, en las administraciones estatales y también en los ayuntamientos se puede y debe mantenerse esta labor”. Marco Adame recordó a Carlos Castillo Peraza, quien decía: “La democracia es la serena decantación de las diferencias”, por lo que es preciso someter a debate las lecciones que dejó el pasado proceso electoral, qué se debe hacer para lograr el rencuentro con la ciudadanía y lograr de nuevo su confianza. Así, se refirió a la necesidad de que el PAN siga bajo el liderazgo de Gustavo Madero, “y cualquier cambio debe pasar por el respeto a la vida institucional”. “Tiene –Madero- el mandato de los panistas para dirigir en el triunfo y en la derrota”. Más claro, ni el agua: Marco Adame rechaza un viraje en la conducción de su partido a nivel nacional. Finalmente le comentaré que Isaac Pimentel Rivas será el coordinador del grupo parlamentario del PRI en la siguiente Legislatura; Javier Bolaños Aguilar lo será en el panista, y Juan Angel Flores Bustamante en el perredista. Matías Nazario Morales presidirá la Mesa Directiva del Congreso durante el primer año de ejercicio legal de la 52. A ver.