Para todo lo anterior, dichas designaciones y en su caso la remoción deberán reunir el voto aprobatorio de las dos terceras partes de los integrantes del Congreso local. En suma: los 30 diputados de Morelos, cada vez que pueden, politizan o partidizan tan importantes nombramientos y se los distribuyen como si se tratara de un botín. Sin embargo, me parece que la posición adoptada por los diputados se contrapone al contexto del artículo 87 de la propia Constitución, donde se indica que la Ley (en este caso la Orgánica del Poder Judicial) establecerá y organizará los tribunales, garantizando la independencia de magistrados y jueces en el ejercicio de sus funciones.
2.- Es una evidente contradicción ante el mecanismo de designación por parte de una pléyade de diputados que suelen aprovechar las coyunturas políticas para echar a perder todo en aras de favorecer sus intereses partidistas y muchas veces particulares. Así lo han demostrado al quebrantar el espíritu de dicho artículo 87 de nuestra Constitución local, donde leemos que “los nombramientos de los magistrados y jueces serán hechos preferentemente entre aquéllas personas que hayan prestado sus servicios con eficiencia y probidad en la administración de justicia o que lo merezcan por su honorabilidad, competencia y antecedentes en otras ramas de la profesión jurídica.” Simplemente en la actual estructura del Pleno del Tribunal Superior de Justicia hay personajes que no deberían estar ahí. Y si lo consiguieron fue gracias a las componendas entre los grupos parlamentarios del Congreso.
3.- El artículo 89 de la Constitución Política de Morelos establece el mecanismo para la ratificación de magistrados del Poder Judicial. Indica que esos funcionarios durarán en su cargo seis años contados a partir de la fecha en que rindan la protesta constitucional, pero podrán ser designados para un período más. Y si lo fueren, continuarán en esa función únicamente ocho años más. La ratificación procederá de los resultados que arroje la evaluación sobre el desempeño que aplique el Poder Legislativo mediante los mecanismos, criterios, procedimientos e indicadores de gestión que para dicha evaluación establezcan la misma Constitución y las leyes en la materia. Como no hay fecha que no se cumpla ni plazo que no se venza, las magistradas Nadia Luz Lara Chávez y Ana Virinia Pérez-Güemes y Ocampo, presidentas de los tribunales Superior de Justicia y Unitario de Justicia para Adolescentes, respectivamente, acudirán este martes 3 de diciembre al Congreso para ser evaluadas. En caso de que así lo decidan los legisladores, serán designadas para un período más. Desde luego, la ciudadanía morelense espera que los miembros de la Quincuagésima Segunda Legislatura se desprendan de su típico apasionamiento político y decidan de manera objetiva, en base a los resultados de ambas funcionarias.
4.- Respecto a Nadia Luz Lara Chávez se han escrito infinidad de cuartillas periodísticas, tal como lo hice el 28 de agosto del presente año, cuando se presentó la crisis generada por la grotesca actitud del magistrado Miguel Angel Falcón Vega. Escribí entonces: “El Poder Judicial de Morelos ha experimentado fuertes sacudimientos, en nada vinculados a los recientes movimientos telúricos, sino a la férrea determinación de la presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Nadia Luz Lara Chávez, por sanear las deplorables condiciones en que recibió ese órgano jurisdiccional el 17 de mayo de 2012, otrora a cargo del magistrado Miguel Angel Falcón Vega (…) Lara Chávez se ha dedicado, entre otras cuestiones, a resolver las irregularidades heredadas por su antecesor. Y ahí la lleva. Debido al manejo hermético del Poder Judicial morelense (tanto en el Pleno, como en las decisiones del Consejo de la Judicatura) poco trasciende sobre sus conflictos internos, pero también respecto a los resultados y avances de la actual administración.”
5.- Añadí lo siguiente: “Nadia Luz Lara Chávez halló en el Consejo de la Judicatura sólidos contrapesos frente a sus opositores. Miembro de esa demarcación es María Emilia Acosta Urdapilleta, en representación de los jueces. Dicha fémina tiene a su cargo el Comité de Disciplina y Vigilancia. También se encuentra Julio Ernesto Pérez Soria, a nombre del Poder Legislativo del Estado. Éste se encarga del Comité de Administración. Y Rubén Jasso Díaz, representando los magistrados, siendo además responsable del Comité de Carrera Judicial. Esta tríada, junto con Nadia Luz Lara Chávez, podrían ser considerados como ‘la conciencia’ de quienes se niegan a romper paradigmas en el Pleno o a promover el restablecimiento de antiguas canonjías, así como la red de complicidades que permitió la consolidación patrimonial de algunos personajes.”
6.- Y he aquí lo realmente importante, que a partir de este martes 3 de diciembre deberán considerar los diputados locales: “Lara Chávez encontró graves deficiencias vinculadas a la opacidad y el pésimo manejo de los recursos públicos. Sin embargo, la funcionaria puede hablar sin ambages sobre resultados en materia de transparencia; en torno a la actualización del padrón de proveedores y el establecimiento de lineamientos para las adquisiciones y contratación de servicios; respecto a la renegociación de contratos de arrendamiento (por ejemplo en equipos de computación y telefonía) que le hubieran redituado a sus antecesores jugosas ganancias; tocante a la compra de automóviles nuevos; y en torno a la inversión para generar nueva infraestructura.” En resumen: la presidenta del Poder Judicial de Morelos está cumpliendo a la sociedad local, aunque aún falta mucho por hacer, sobre todo en torno a la duración de los litigios. La multicitada funcionaria judicial deberá ser ratificada o no antes del 14 de febrero de 2014. Los legisladores locales tienen la última palabra. Es importante subrayar que la Quincuagésima Segunda Legislatura no pasa por su mejor momento en cuanto a cohesión y eficiencia. Y se perfila hacia un pésimo registro en la historia de Morelos. Hasta ahora supera en mediocridad, improductividad y conflictividad a su antecesora, la tristemente célebre Quincuagésima Primera. Aun así, debe tomar decisiones importantes. Vaya paradoja.