“Nada como la búsqueda y la obtención del poder, sin comparación el más grande estimulante, cual droga que motiva al hombre a adoptar conductas inverosímiles”, añade en su novela “El resplandor del poder”, editada en 2007 por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), donde el autor plasma una crónica sobre la clase política mexicana y la transición del poder público en Veracruz. Por su parte el dramaturgo Raúl Quintanilla ha expresado que “México tiene lo que merece: políticos de tercera, sin educación; una Cámara de Diputados llena de vagos, totalmente incoherente; y partidos debilitados en su estructura”. “Para ninguno México es lo importante; lo más relevante (para ellos mismos) es el manejo del poder. Oler el poder. Pero esta condición, cuando un individuo no sabe cómo administrarla, lo destruye”.
2.- Estas reflexiones me sirven como preámbulo para subrayar que el tiempo y las circunstancias son premisas fundamentales en la actividad política. Ni duda cabe. En alguna ocasión escuché decir al ingeniero y abogado Marcos Manuel Suárez Ruiz, uno de los más grandes ideólogos que ha tenido Morelos: “Yo mido mi vida en trienios y sexenios”. Desde luego, aquí se trata de alguien que transpira política, un hombre forjado en la cuestión pública a partir del gobierno de Emilio Riva Palacio Morales, gobernador de Morelos durante el sexenio 1964-1970, y varias veces precandidato del PRI a la gubernatura. Así las cosas, el individuo que se afana en las labores de la política sabe, debería saber, que el poder tiene un precio, dolorosamente elevado para algunos (aunque no es la generalidad); se requiere entregar el ser mismo, lo más íntimo y, sin metáfora, lo más valioso: la dignidad. Coloquialmente, el inolvidable Alfonso Sandoval Camuñas, ex presidente municipal de Cuernavaca (1994-1997) y diputado federal hasta su muerte (1997-1998), solía decir que “la política es el arte de comer sapos y saborearlos”.
3.- Hoy las circunstancias del gobernador Graco Ramírez Garrido Abreu y Jorge Morales Barud, presidente municipal de Cuernavaca, son opuestas a las que ambos propiciaron y experimentaron durante el pasado mes de octubre a través de una singular guerra epistolar que a nada condujo. Pero como la política siempre presenta muchas variables, entre las cuales destacan las impredecibles, al día de hoy “no hay fijón”. Fue así como llegamos al lunes 16 de diciembre, cuando Graco y Morales Barud firmaron un convenio de colaboración para el desarrollo de Cuernavaca y el convenio específico de rehabilitación de la Plaza de Armas “General Emiliano Zapata”. ¿Qué significa esto? Que el gobierno estatal irá en apoyo del Ayuntamiento capitalino a fin de fortalecer la infraestructura urbana. Todo ello, según expresó el titular del Poder Ejecutivo, con el objetivo de enfrentar el grave deterioro de la ciudad. Desde luego, la posición asumida por el gobernador no dejó de ser interpretada por propios y extraños como el apuntalamiento de alguien, en concreto el secretario de Gobierno, Jorge Messeguer Guillén, a quien se observa como el más fuerte prospecto de la corriente del primer mandatario estatal para ser alcalde cuernavacense en 2015. Empero, las circunstancias podrían cambiar. Lo importante hoy es que el gobierno estatal invertirá 500 millones de pesos para nueva infraestructura. Eso es lo mejor para los ciudadanos cuernavacenses.
4.- Cambiando de frecuencia diré que en el polémico tema de la reforma energética, los partidos locales de izquierda se proclamaron triunfadores el domingo pasado, cuando la minuta de dicho proceso legislativo, enviada por el Congreso de la Unión a Morelos y todas las entidades del país, no entró como uno de los temas a tratar en la orden del día. Muy temprano arribaron al Palacio Legislativo contingentes de ciudadanos que se oponen a la modificación constitucional, principalmente simpatizantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que inicialmente bloquearon los accesos al Congreso de las calles de Matamoros y No Reelección, aunque después se instalaron solamente al frente del recinto en la calle de Matamoros y allí permanecieron hasta pasada la una de la mañana del lunes, cuando quedó en claro que no sería incluido el tema y luego de que en el transcurso de la tarde estuvieron llegando noticias sobre las aprobaciones que de la minuta hicieron en otros estados, hasta llegar al número requerido para que la reforma fuera considerada constitucional.
5.- Con todo y ello, al final de la última sesión del periodo legislativo, cuando todos al interior del Congreso local estaban a la espera de que se decretara la clausura de la sesión y del periodo, se dio la manifestación de ideas en torno a la reforma energética por parte de algunos legisladores, como los perredistas Juan Ángel Flores Bustamante, Jordi Messeguer Gally, David Martínez y María Teresa Domínguez Rivera, quienes lamentaron que el PRI y el PAN hubieran abandonado la sesión negándose a debatir. Fue el priísta Antonio Rodríguez a quien le tocó exponer la posición de su partido sobre la reforma. En ambos casos con argumentos reiterados por las partes con insistencia durante las últimas semanas. A final de cuentas a la minuta sólo se le dio por recibida, enviándose a la Comisión de Puntos Constitucionales y Legislación que preside la perredista Lucía Meza Guzmán; y será hasta el próximo periodo cuando los diputados la discutan y voten, ya en el marco del segundo periodo ordinario de sesiones del segundo año de ejercicio constitucional, y cuando el tema eventualmente haya perdido su explosividad. A ver.
6.- “Pero qué necesidad, para qué tanto problema”, versa la popular canción de Juan Gabriel, que aplica de manera cabal sobre la presidenta municipal de Jiutepec, Silvia Salazar Hernández. Dicha fémina terminó ayer por conceder la razón a los alrededor de 800 trabajadores del Ayuntamiento jiutepequense (aglutinados en tres sindicatos adheridos al Nuevo Grupo Sindical) que se inconformaron entre el lunes y ayer por la reducción arbitraria de su aguinaldo. La comuna les aplicó tasas de Impuesto Sobre la Renta (ISR) en nada acordes con los montos de esa prestación económica. Es decir: alguien pretendía abusar del personal. Me parece que los funcionarios de la Tesorería son los responsables del conflicto, que afectó a miles de usuarios del transitado Paseo Cuauhnáhuac (anteayer) y a cientos ciudadanos que deben entrar o salir de ese municipio para ejecutar sus labores cotidianas (ayer). Simplemente las huestes de Antolín Escobar Cervantes no supieron interpretar las complicadas fórmulas para retener el ISR. La solución del conflicto corrió por cuenta de José de Jesús Pérez Moreno, secretario del Trabajo y Previsión Social del gobierno estatal.