Es así como debemos evaluar lo ocurrido ayer en el Auditorio Emiliano Zapata, adjunto a la Torre de Rectoría en la UAEM, donde se concentraron académicos y miembros del Consejo Universitario (CU), así como varios ex rectores alrededor de Alejandro Vera Jiménez, el atribulado rector a quien correspondió sostener la “papa caliente” significada por los asesinatos de Alejandro Chao Barona y su esposa Sara Rebolledo, acaecidos en la madrugada del 5 de mayo pasado. Ese mismo día se reunió el CU en sesión extraordinaria, cuyos miembros decidieron convocar a una marcha multitudinaria dos días después. La movilización superó los 12 mil participantes. Pero el CU exigió además el esclarecimiento del doble homicidio y determinó organizar un foro en que se analizara la estrategia aplicada por la administración del gobernador Graco Ramírez Garrido Abreu. Esto último se efectuó la víspera.
2.- En este contexto de agitación, confusión y oportunismo los detractores del titular del Ejecutivo atizaron el fuego quizás apostándole al fracaso de las investigaciones ejecutadas por la Fiscalía General. Estoy seguro de que la mayoría de esos actores políticos anhelaba que la Policía de Investigación Criminal no diera con los asesinos, tal como ha sucedido con centenares de homicidios dolosos nunca aclarados. Pero no hubo tal. Los responsables del doble homicidio fueron detenidos en el contexto de la realización de la movilización aludida y los tres ya se encuentran en la cárcel vinculados a proceso.
3.- Sin embargo, el rector Vera Jiménez, desde luego forzado por el Consejo Universitario, no tuvo de otra más que sostener la presión al gobierno estatal dentro de la delicada coyuntura política que se presentó. Aquí debo citar la caravana vehicular llevada a cabo el viernes 9 de mayo hacia la capital mexicana por la Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos (CMMC), cuyos resultados en Palacio Nacional y en la Secretaría de Gobernación fueron magros. Tan fue así, que sus dirigentes, desesperados por mantener vivas las expectativas de quienes simpatizan con la causa de defenestrar a Graco Ramírez de la gubernatura, ahora enfocan sus baterías hacia el Congreso local con el objetivo de que legisle para crear el Consejo de Participación Ciudadana exigido por la Ley en la materia para llevar a cabo su referéndum, una vez que el gobernador cumpla su segundo año de gestión, y puedan someterlo a la revocación de mandato. A este asunto me referiré mañana, pues existen suficientes evidencias de que la CMMC ha engañado a más de uno con el mentado tema del referéndum y la revocación de mandato.
4.- En suma: se nota que el rector Vera jamás se había topado con un conflicto de esta envergadura, descompuesto por factores y personajes ajenos a la comunidad universitaria. Fue fácil comprobarlo ayer, cuando la UAEM se convirtió en eficaz escaparate de políticos, politicastros y politiqueros que ansían prolongar su presencia en la vida pública local allende el 7 de junio de 2015, cuando habrá elecciones. Así las cosas, era de esperarse la andanada de cuestionamientos al gobernador, en su mayoría dejados crecer por la impericia política de la Secretaría de Gobierno y por el estilo personal del propio Ejecutivo. Fuera máscaras: algo grave ocurre en ese ámbito de Palacio, que invita a la constante colocación de minas activadas por el camino del mandatario. Es un contexto que nos recuerda la campaña preelectoral de 2012, caracterizada por el forcejeo y los ataques entre oponentes partidistas. Es decir, ayer inicio la contienda electoral del año próximo. De acuerdo a la recientemente aprobada legislación electoral, la contienda constitucional iniciará en septiembre del presente año. Todos, absolutamente todos los políticos, politicastros y politiqueros que se lucieron ayer en el foro universitario tienen aspiraciones. Y aprovecharon el noble escenario (de ciudadano no tuvo nada) para colocar el complicado tema de la seguridad pública como su principal tópico de precampaña.
5.- Desde mi particular óptica el vértice de lo ocurrido ayer en la UAEM es el proyecto de ver defenestrado a Graco Ramírez. Sus detractores (es decir quienes perdieron las elecciones de 2012), así como quienes avivan el “fuego amigo”, buscan un pretexto para agredirlo y disminuirlo, tal como le pasó a Fausto Vallejo en Michoacán, a Egidio Torre Cantú en Tamaulipas y en cierta medida a Eruviel Avila en el Estado de México (no igual que a los otros porque “es de casa”). Las actuales presiones políticas sobre el guerrerense Angel Aguirre Rivero tienen ese objetivo. El senador Fidel Demédicis Hidalgo, ferviente impulsor de Morena (partido de Andrés Manuel López Obrador), me ayudó a ubicar el centro del berenjenal cuando propuso que los diálogos universitarios incluyeran la exigencia al gobierno federal para crear en Morelos un órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría de Gobernación, es decir la Comisión para la Seguridad y el Desarrollo Integral en el Estado de Morelos, tal como lo decretó Enrique Peña Nieto en Michoacán (Diario Oficial de la Federación, 15 de enero de 2014). Mucho me temo que al tiempo de designar como titular de dicha Comisión a Alfredo Castillo, el presidente de la República no vislumbró que la estrategia instrumentada sobre un territorio ciento por ciento convulso y donde existía (¿existe?) un gobierno fallido, sería instigada en otras regiones por los opositores del mandatario respectivo, pero como instrumento de presión y revanchismo. Mediante ese esquema y también con la participación de fuerzas federales en Morelos, situando a la Sedena en el eje de los operativos, los rivales de Graco Ramírez lo quieren ver fuera, tope lo que tope y cueste lo que cueste.
6.- Con relación al rector Vera he de agregar lo siguiente. Percibo a un brillante académico que no tuvo de otra más que acatar las decisiones del Consejo Universitario, inclusive en contra de su voluntad. ¿Qué me hace pensar esto? Por ejemplo, un día antes de la caravana vehicular de la CMMC, declaró a Milenio TV (de cuerpo presente) que “no apoyamos la idea de que el gobernador salga, no respaldaremos la caravana, ni compartimos la idea de la militarización”. Esta semana reconoció que el doble homicidio ya está aclarado. Y ayer, entrevistado muy temprano por Ciro Gómez Leyva en Telefórmula, declaró que “estamos a la espera de una fecha para incorporarnos al Acuerdo por Morelos” convocado el lunes de esta semana por el titular del Ejecutivo. El colofón de todo, amables lectores, es que tras los homicidios de Alejandro Chao y su esposa por un lado se colocó la comunidad universitaria bajo la indignada convocatoria de sus más altas autoridades; pero en el otro se ubicaron los sempiternos oportunistas, aprovechando con fines personales o preelectorales tan importante foro. ¿Dónde quedaron las propuestas emitidas ayer? Sinceramente, si las hubo, deseo que sean retomadas por el gobierno estatal. A ver. La Junta Política y de Gobierno presidida por el priísta Isaac Pimentel Rivas informó que será el miércoles de la semana próxima cuando Capella Ibarra comparezca ante el Congreso.
Punto y Aparte
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Siempre, los oportunistas
La UAEM: un escaparat
1.- Las circunstancias políticas que observamos en Morelos invitan a reflexionar sobre ciertas variables dentro del contexto actual, pero también vislumbrando el futuro rumbo a las elecciones intermedias del año próximo.
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