El ex director de la Cuenca Balsas de la Comisión Nacional del Agua (CNA) expone un amplio marco conceptual que se resume en lo siguiente: “Si bien, la implementación de estrategias y acciones del PEH se acota a la presente Administración Pública Estatal, para su formulación se consideró una visión de largo plazo, es decir, pronosticando el crecimiento permanente de la demanda del agua, la oferta natural disponible y la necesidad de su recuperación, preservación y uso racional para asegurar la disponibilidad de este vital recurso para las futuras generaciones. En este proceso de planeación, para cada estrategia que se propuso se establecieron líneas de acción generales tendientes a impulsar el desarrollo social y económico en torno al agua, pero procurando a la vez el equilibrio ecológico y ambiental”.
2.- El documento indica que para su elaboración se tomaron en cuenta 226 propuestas de la ciudadanía, relacionadas con temas hídricos y de desarrollo sustentable, inscritas en varios foros convocados por la CEA y la Secretaría de Desarrollo Sustentable, a cargo de Topiltzin Contreras. Así se determinó que los principales problemas del sector hídrico en nuestra entidad federativa son los siguientes, respecto al agua potable, la conducción de aguas residuales (o negras, como quiera usted llamarles) y el saneamiento: 1. Se carece de una planeación adecuada para el mejoramiento y ampliación de los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento. 2. No se cuenta con un adecuado nivel de profesionalización de los prestadores de los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento. 3. Cada vez se agrava más la sobreexplotación de las aguas subterráneas. Se debe evitar la autorización de nuevos aprovechamientos en zonas sobreexplotadas. 4. Los usuarios no tienen conciencia del pago oportuno por los servicios hidráulicos que reciben, y los Municipios no aplican tarifas actualizadas y congruentes de los servicios que proporcionan. 5. En la elaboración de la mayoría de los proyectos no se toma en cuenta la participación de las organizaciones civiles. 6. Se requiere que la autoridad estatal del agua, coordine y promueva ante los Municipios una mayor participación en las acciones de agua potable. 7. Parte de las ineficiencias en los sistemas hidráulicos se deriva de la falta de mantenimiento de las fuentes de abastecimiento. 8. Se requiere rehabilitar la infraestructura de alcantarillado sanitario y llevar a cabo labores de mantenimiento preventivo en general. Es preciso planear la sustitución de tuberías antiguas o con capacidades insuficientes. Y 9. Es necesario reactivar las plantas de tratamiento de aguas residuales que se encuentran fuera de operación.
3.- Tocante a la infraestructura hidroagrícola el Plan Estatal Hídrico plantea lo siguiente: Se requiere incrementar la eficiencia en el uso del agua en el subsector agrícola, así como rehabilitar y modernizar la infraestructura de riego existente. Y en torno a la protección contra inundaciones: “Es necesario realizar acciones preventivas de mantenimiento y mejoramiento de cauces, así como el retiro de construcciones antiguas o estructuras de cruce mal diseñados o construidos, que limitan la capacidad de conducción en los ríos y barrancas”. Etcétera. Hace décadas, durante el gobierno de Norberto López Avelar (1958-1964), al entonces mandatario se le asignó el mote de “El Estudiante”, porque a cada problema que le planteaba la ciudadanía ordenaba la creación de una comisión especial para estudiar el asunto. Asimismo, se le identificó por hacer infinidad de “diagnósticos” sobre los rezagos sociales de Morelos, sin aterrizar nada. Hace unos días describí el grave daño ecológico sobre las barrancas de Cuernavaca retomando una investigación hecha en 1996 por la CNA, y encuentro en el nuevo Plan Hídrico Estatal algunos elementos que provienen de allá y entonces. Conclusión: gobiernos van y vienen, mientras la problemática ambiental y la degradación del otrora agua potable de Morelos siguen implacables. Nomás para colectores de aguas negras se necesitan hoy en día más de mil 500 millones de pesos.
4.- Cambiemos de frecuencia. El diario Reforma publicó ayer como su nota principal la siguiente: “Aumenta el robo a casas”. Y lanzó la alerta, pues durante la década pasada se incrementaron hasta en un 46 por ciento las denuncias por robo a casa-habitación. En dicho periodo el número de averiguaciones previas pasó de 69 mil 360 a 101 mil 410, de acuerdo con cifras oficiales que alcanzaron su punto máximo en 2011 con 105 mil 606 casos. Se trata de datos divulgados por el Sistema Nacional de Seguridad Pública. Consulté las estadísticas del SNSP sobre la incidencia delictiva en junio y encontré lo siguiente respecto a la problemática en Morelos. Robo a casa-habitación con violencia, enero 35, febrero 25, marzo 17, abril 18, mayo 25 y junio 26. Total en el año: 148 casos reportados a las autoridades. Robo a casa-habitación sin violencia: enero 163, febrero 175, marzo 149, abril 165, mayo 202, junio 143: total en el año: 997. Ni duda cabe: el robo en sus diferentes modalidades es ahora el flagelo de nuestra entidad federativa.
5.- Otra nota destacada ayer por la prensa nacional tuvo que ver con la canalización de dos mil 400 millones de pesos de recursos federales a tres mil 234 colonias violentas detectadas en todo el país para aplicar 16 programas que buscan revertir su realidad, caracterizada por una población mayoritariamente juvenil, embarazos tempranos y altas tasas de delincuencia que en algunos casos supera hasta dos veces la media nacional, como en delitos sexuales y robo. Esa problemática es manejada por la Subsecretaría de Prevención Social y Participación Ciudadana de la Segob, a cargo de Roberto Campa Cifrián. Sin embargo, a pesar de la espectacularidad de la información divulgada, me parece que en el fondo prevalece la simulación. Desglosemos. Los datos en poder de dicha institución indican que Morelos tiene 119 de colonias donde se origina la criminalidad. La nota de ayer, con relación a nuestra entidad, solo contempló la incidencia delictiva de Cuernavaca, muy alta aplicando la tasa por cada 100 mil habitantes. Etcétera. Y no proporcionó ningún dato sobre la inversión federal para revertir la problemática. Empero, consultando el Diario Oficial de la Federación de fecha 14 de febrero del presente año supimos que la dependencia del señor Campa destinó a Cuautla 24 millones 973 mil pesos, mientras que para toda la zona metropolitana de Cuernavaca canalizó 63 millones 554 mil 121 pesos. Es decir: una auténtica piscacha frente a la gravedad de la tendencia criminal. O migajas, si quiere usted emplear ese término…