Lo deseable para el titular del Ejecutivo será conseguir la mayoría en el Congreso (entiéndase la LIII Legislatura), porque lo contrario, desde luego con el predominio del PRI y el PAN, repercutirá en un acelerado deterioro de la figura gubernamental con posibilidades de escenarios fatales a la manera de 1998 (Jorge Carrillo Olea) y 2004 (Sergio Estrada Cajigal). Muchos de ustedes saben a qué me refiero: los antagonistas de Graco quisieran someterlo a juicio político, bajo cualquier pretexto. Lo ocurrido con Carrillo y Estrada Cajigal fueron hechos, también históricos, que nos metieron a los morelenses en un agujero de rezago económico y polarización. Esta última condición prevalecerá hasta que los actuales diputados dejen la curul a sus relevos.
2.- Por aplastante mayoría de 26 diputados contra tres (Jordi Messeguer Gally, Teresa Domínguez y David Martínez), el Congreso decidió este miércoles solicitar a la Auditoría Superior de Fiscalización, a cargo del priista Luis Manuel González, la aplicación de una auditoría especial a la utilización de un crédito que por 2 mil 806 millones de pesos le fue autorizado al Ejecutivo el 10 de octubre de 2013, independientes de los alrededor de mil 400 millones de pesos que también le fueron concedidos para refinanciar la deuda histórica del gobierno estatal. Para los legisladores no ha existido claridad en el manejo de tales recursos, lo cual pudiese ser una argucia para mantener alto el sistemático golpeteo hacia Graco Ramírez justo cuando los tiempos electorales están encima y el tema de la revocación de mandato vuelve a estar de moda. Es decir: los detractores del régimen están empecinados en proyectarlo como proclive a la utilización de los recursos de manera discrecional. Por eso pretenden una auditoría especial “a detalle”, como me lo mencionó ayer el priista José Manuel Agüero, experto en finanzas públicas quien, sin embargo, admitió que el gobierno estatal ha cumplido en informar trimestralmente sobre los gastos realizados.
3.- Como era de esperarse, el gobernador reaccionó. A las 13:00 horas de ayer convocó a conferencia de prensa en Palacio de Gobierno, donde arremetió en contra de los diputados opositores. Señaló que el Congreso, con la mentada auditoría especial, está generando una cortina de humo para ocultar las desviaciones financieras en que incurrió la administración otrora a cargo del actual secretario de Acción de Gobierno del CEN del PAN, Marco Adame Castillo, cuyos dos secretarios de Programación y Finanzas (Alejandro Villarreal Gasca y Alfredo Jaime de la Torre) están sometidos a proceso penal; uno en libertad y otro en la cárcel (respectivamente) a causa de las mismas irregularidades. Asimismo, Graco puso énfasis en la exigencia de que el Ejecutivo transfiera al Legislativo los 500 millones de pesos contenidos en la misma línea de crédito de los 2 mil 806 millones de pesos para la construcción de un nuevo recinto parlamentario. Sobre el tema dijo: “Al Ejecutivo le corresponde, en el contexto de la separación de poderes, la planeación, programación, presupuestación, contratación, gasto, ejecución y control de las obras públicas en bienes inmuebles que sean parte del patrimonio inmobiliario del estado”. “Por lo tanto esta resolución no tiene sustento legal porque el Poder Legislativo tiene otras atribuciones”, aseguró. En todo momento Graco Ramírez sostuvo que “quien nada debe, nada teme”. Y en el mismo sentido Jorge Messeguer, secretario de Gobierno, entrevistado por este columnista declaró que las puertas de la administración estatal se encuentran abiertas a cualquier revisión.
4.- Javier Bolaños, coordinador del grupo parlamentario del PAN y presidente de la Junta Política y de Gobierno del Congreso, se defendió de las acusaciones lanzadas en su contra por el gobernador, señalando que sus compañeros legisladores no merecen que el mandatario los menosprecie al exponer que él, Bolaños, los manipuló para sus perversos fines haciendo que votaran mayoritariamente para aprobar la auditoría especial. Agradeció que se le haya elevado a la calidad de súper hombre pero negó que haya podido manipular a todos como para que el miércoles 26 legisladores apoyaran la auditoría especial, incluidos muchos de las izquierdas que son considerados como graquistas y sumisos –esto no lo dijo él-, y reveló –quizás blofeó- que tiene bajo la manga algunos ases relativos a manejos irregulares de las finanzas públicas estatales.
5.- La presidenta del Congreso, Lucía Meza Guzmán, negó que la ofensiva que los diputados en su conjunto le enderezaron la noche del miércoles al gobierno estatal, signifique una ruptura o un distanciamiento entre la administración graquista, emanada del PRD, y su bancada, la perredista, de la que dejó de ser coordinadora hace apenas una docena de días. Será que así se quieren en el partido del Sol Azteca, pero es por lo menos curioso que una parte de los diputados locales aparezcan sumados a bancadas opositoras al gobierno, justo unos días después de los comicios internos de su partido y cuando ya se vislumbra el reparto del Consejo perredista y del paquete de las candidaturas para el 2015. En ese terreno, la corriente a la que pertenecen Meza y varios de sus compañeros de bancada, los llamados Demócratas de Izquierda, mantienen su llamado a la unidad con el que iniciaron la semana.
6.- El diputado perredista David Martínez le puso el toque humorístico a la noche durante la sesión el miércoles anterior, aunque hay evidencias de que él, lejos de disfrutarlo, más bien lo sufrió. Resulta que cuando las bancadas unidas lo avasallaron a él y a su correligionario Jordi Messeguer en el tema de los 500 millones de la nueva sede legislativa, pidió la palabra antes de la votación y fuera de sus casillas emuló el lenguaje de su primer perredista, quizás pensando en que a él también se lo iban a festejar. Se dirigió con furia a los diputados y les dijo que “esto es una pinche burla”, para después pedir a sus compañeros de bancada que lo siguieran: “vámonos, que se queden los traidores”. Enfiló hacia la salida y abandonó el recinto solo, únicamente lo siguieron las miradas burlonas de los asistentes que no lograron contener las carcajadas. “Ya lo perdimos”, se escuchó.