Si las acciones tienen éxito pueden presentarse dos situaciones: el encarcelamiento de delincuentes o su evasión. En caso de que ocurra lo segundo, los bandoleros cambiarán de domicilio e inclusive de ciudad o estado a fin de evitar la acción de la justicia, continuar con sus actividades ilegales y en muchos casos modificar su identidad para que las autoridades ministeriales les pierdan el rastro. Un ejemplo de lo anterior acaba de presentarse tras los lamentables hechos acaecidos en Iguala, Guerrero, donde el presidente municipal, su esposa y los jefes policíacos locales estaban coludidos con el grupo criminal denominado “Guerreros Unidos”. Todavía falta por conocerse si estaban aliados a otras bandas delincuenciales.
2.- Desde el viernes de la semana pasada hemos dado a conocer la aprehensión de varios cómplices de la “Dupla de Iguala”, pero no en Guerrero, sino en Morelos. Había trascendido la presunta captura de Salomón Pineda Villa (alias “El Molón”), hermano de María de los Angeles Pineda Villa, esposa de José Luis Abarca, el prófugo alcalde de Iguala. Sin embargo, eso no sucedió, aunque sí la detención de tres personas vinculadas con “Guerreros Unidos”. Y la madrugada de ayer, en una colonia de Jiutepec, fue localizado Benjamín Mondragón Pereda (alias “El Benjamón”), supuesto jefe del multicitado grupo criminal. Tras un enfrentamiento a balazos con policías federales, el hampón perdió la vida. Primero había trascendido que murió abatido en la refriega, pero después se informó que “El Benjamón” se suicidó luego de negociar con los efectivos policíacos la entrega de su esposa embarazada. Me parece que el asunto se torna delicado, pues los “Guerreros Unidos” advirtieron, luego de la masacre de Iguala y la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, que difundirían la lista de servidores públicos guerrerenses vinculados con ellos. Así las cosas, las autoridades federales tendrán que responder y aclarar lo pertinente. Si “El Benjamón” sabía algo se lo llevará a la tumba.
3.- Y sobre el “efecto cucaracha”, que definitivamente brotó tras los deplorables hechos de Iguala, el gobernador Graco Ramírez Garrido Abreu declaró ayer, al inaugurar una nueva plaza comercial en Jiutepec, que esta entidad “no será refugio de delincuentes que vengan huyendo de otros lados, pues aquí es tierra de trabajo, de mujeres y hombres que quieren invertir, generar empleos, vivir en paz y seguros”. Y añadió lo siguiente, de antología: “Morelos no es territorio de cucarachas. Aquí no permitiremos que ningún delincuente prófugo se esconda entre nosotros. Eso se acabó. Aquí hay gobierno, hay empresarios y hay sociedad”. Como pueden ustedes notar, la posición adoptada por Graco Ramírez implica un alto compromiso, sobre todo recordando que, de alguna forma u otra, sus predecesores solaparon la red de complicidades de subalternos suyos con el crimen organizado (al respecto abundan los testimonios en las hemerotecas).
4.- Es decir: Graco tendrá que evitar durante el resto de su sexenio la colusión con bandoleros, pero también ordenar que se investiguen los eventuales nexos de jefes policíacos adheridos al Mando Único con células delictivas. Escribo lo anterior porque ha trascendido que la presencia de “El Benjamón” en territorio jiutepequense no fue fortuita, sino encubierta por elementos de la policía municipal. Conclusión: para evitar el “efecto cucaracha” debe llegarse hasta las últimas consecuencias. Eduardo Guerrero Gutiérrez, experto en seguridad pública y seguridad nacional, escribió ayer en “Milenio”: “Las corporaciones municipales llevan tiempo en la mira. Las razones: incapacidad para enfrentar al crimen organizado, corrupción, empleo desmedido y arbitrario de la fuerza. Pero en Ayotzinapa las cosas llegaron demasiado lejos: todo indica que la policía y el presidente municipal intervinieron en un crimen atroz. Así, la pregunta es hoy impostergable: ¿llegó la hora de terminar con los cuerpos municipales y apostar a una estrategia de mando único? ¿No es esa medida insuficiente por sí sola? ¿Puede aplicarse a rajatabla, como una fórmula mágica? ¿No será que la crisis es más profunda, y que no basta con atacar los síntomas?”. A ver.
5.- Cambiemos de frecuencia. ¡Fuera máscaras! El diputado Héctor Salazar Porcayo finalmente reconoció lo que para muchos ya era evidente: que fue coyuntural su reciente adhesión al Partido del Trabajo y que su corazón está del lado de MORENA, el nuevo partido lopezobradorista del que, según anunció ayer, será candidato para la diputación federal por el primer distrito de Morelos para los comicios del 2015. El coordinador de los diputados del PT citó a la prensa con el cuento de su solidaridad con las víctimas de Ayotzinapa, para luego aprovechar el foro en un destape que estaba más que cantado. Y no crea usted que ya le gustaron los beneficios económicos y políticos que derivan de ostentar un cargo de representación popular, no. Lo que seguramente lo lleva a sacrificarse de nuevo como candidato a diputado es su afán de servir a los maltratados morelenses. ¿O qué cree usted?
6.- Tal como lo tenían programado desde el viernes anterior, un grupo de abogados llegó de nuevo al Congreso para reunirse con los diputados de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos, que brillaron por su ausencia. El único que acudió a la cita fue el presidente de la Comisión, Matías Nazario Morales, quien debió apechugar frente a las críticas que los profesionales hicieron a la falta de compromiso de otros legisladores que debían estar presentes y a quienes consideraron incongruentes, pues en otros foros se han dicho prestos para escuchar a la sociedad en sus quejas por el problema de la inseguridad pública. La reunión concluyó con el compromiso de fundamentar una futura petición de cese del gabinete estatal de seguridad, y de que Nazario Morales pedirá en la sesión de hoy que acuda a comparecer el comisionado Alberto Capella, lo que los confrontará con legisladores que han evidenciado su interés por defender al funcionario.
Punto y Aparte
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El “efecto cucaracha”
S. Porcayo: a Morena
1.- En el argot policíaco se llama “efecto cucaracha” al proceso que aparece cuando se implementan operativos o dispositivos especiales de seguridad en lugares o regiones específicas buscando prevenir, combatir o inhibir la comisión de delitos.
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