Respecto al caso de Morelos se publicaron, entre otros datos, los relativos al robo en sus distintas modalidades. Por ser el delito con mayor reiteración en nuestro territorio y el que más percepción de inseguridad genera, a continuación transcribiré las estadísticas más relevantes, principiando por el robo con violencia. De enero al último día de noviembre se habían cometido 6 mil 918, de los cuales 569 ocurrieron el mes anterior. Pero ojo: dicha cifra fue menor a los 643 robos con violencia de octubre. De cualquier forma, me parece alta la incidencia. El robo sin violencia tuvo el siguiente comportamiento: acumulados a noviembre, 11 mil 366 y el mes pasado la cantidad llegó a 912, contra los 1 mil 154 de octubre. También descendió. El robo común, acumulado, fue de 17 mil 960 casos: 1 mil 771 en octubre y 1 mil 458 en noviembre. Hubo descenso. Robo con violencia a casa-habitación: acumulado en lo que va del año, 262, mientras que en octubre se cometieron 29 y 16 en noviembre. Robo con violencia a negocio: acumulado, 1 mil 127; de ellos 113 ocurrieron en octubre y 117 en noviembre. Robo de vehículo: el acumulado fue de 1 mil 64; 107 en octubre y 99 en noviembre. Robo sin violencia a casa-habitación: de enero a noviembre se cometieron 1 mil 996 casos. Y en torno al robo de vehículo sin violencia, el acumulado fue de 2 mil 260 casos: 181 en octubre y 162 en noviembre.
2.- Mi conclusión es que se redujeron los denominados “delitos de alto impacto”, es decir el secuestro y la extorsión, pero la tendencia en cuanto al robo, aunque ha ido a la baja, sigue en niveles altos. Repito: son los delitos que mayor percepción de indefensión y temor provocan. Aunque se ha fortalecido la operación del Mando Único en aras de mejorar la prevención de los delitos, sobre todo en la zona metropolitana de Cuernavaca, falta intensificar la vigilancia y evitar que continúen determinadas redes de complicidades entre malos policías y ladrones. Así las cosas y con el objetivo de que cada uno de nosotros conozcamos mejor el “modus operandi” de quienes pudieran llegar a despojarnos de un bien o hacernos víctimas de otros delitos, a continuación transcribiré un interesante artículo difundido recientemente por el portal “Ciudadanos en Red”, titulado “¿Cómo nos eligen los delincuentes?”. Pueden encontrarlo ustedes en la siguiente dirección: http://ciudadanosenred.com.mx/como-nos-eligen-los-delincuentes/. Estoy seguro que usted, como yo, se beneficiará con la información y las sugerencias. Inicio la transcripción.
3.- Para elegir a sus víctimas, los delincuentes dedicados al robo a transeúnte (yo agregaría que con relación a otros tipos de robo), podríamos decir que aplican el principio básico de la administración: “El máximo beneficio con el mínimo esfuerzo”. Buscan blancos fáciles, débiles, lucrativos y, como buenos depredadores, los saben identificar bien en las calles.
Haciendo una radiografía perfecta y precisa de su potencial víctima, los delincuentes la eligen en función de: A) Beneficio económico. Es decir, que tan buen negocio le va a representar el asaltar a su víctima. Analizando su perfil, tipo de vestimenta, reloj, joyas, zapatos, bolso, portafolios, etc. O el hecho de haberse percatado de que la persona retiró dinero de algún cajero automático o de una institución financiera. B) Factor sorpresa. Determinando de acuerdo al tipo de víctima que se trate y lugar en que se encuentre, la forma en que la atacará, para someterla y obligarla a entregar sus pertenencias.
4.- C) Facilidad de actuar. Evaluando las condiciones del entorno, donde exista el menor número de factores adversos y de riesgo para él de ser detenido, así como de enfrentar resistencia por parte de la víctima o de sus acompañantes. D) Facilidad de huir. Analizando la mejor forma de desaparecer de la escena, sin ser detectado o detenido por terceros. E) Personas distraídas. Identificando a aquellas personas que no se encuentran atentas y que, evidentemente, no poseen hábitos de seguridad. Individuos que van distraídos al ir hablando o enviando textos por el teléfono móvil, con audífonos musicales en los oídos o caminando sin prestar atención al entorno. Ante ello, es preciso reflexionar y considerar que, cada vez que salimos a la calle, podemos ser evaluados como potenciales víctimas.
5.- Para disminuir el riesgo de ser elegidos debemos considerar los siguientes aspectos: A) Mantener un perfil bajo. Evitando el uso u ostentación de relojes, joyas, prendas de lujo, así como de portafolios o bolsos grandes y de reproductores musicales. De igual forma evitar, en el caso de las damas, el uso de prendas ajustadas o provocativas, ya que incluso un “piropo”, puede convertirse en una agresión sexual. B) Caminar con seguridad. Caminando a paso firme y atento a todo lo que sucede alrededor, volteando la mirada con la cabeza para observar si alguien nos sigue. Es importante acostumbrarse a caminar en contrasentido de los vehículos, es decir, viéndolos venir, de manera tal que, si un vehículo nos aborda, no nos sorprenda y en caso de necesidad de correr, lo podamos hacer en el mismo sentido al cual nos dirigíamos, ya que difícilmente dicho vehículo podrá echarse de reversa. C) Identificación de sospechosos. Desconfiar de personas, particularmente hombres entre 17 y 45 años, que porten sacos o chamarras para esconder armas, con gorras y lentes para evitar ser fácilmente identificados y, quienes no acostumbran llevar algo en sus manos o no suelen estar en compañía de niños pequeños, mujeres o adultos mayores. D) Reacción preventiva. Es muy importante confiar en nuestros sentimientos. Si algo no nos da “buena espina”, o si tenemos una mala corazonada respecto de alguien o algo, debemos tener una reacción preventiva: tornar intempestivamente en sentido contrario a donde nos dirigíamos, cruzar la calle, ingresar a un sitio público (una tienda, un restaurante, un edificio) y, hasta que el factor de riesgo no esté identificado o erradicado, no salir. Por lo anterior, debemos aprender como conducirnos en la calle, adoptando hábitos de seguridad que nos permitan, en lo posible, evitar ser elegidos por los delincuentes como sus próximas víctimas.
6.- Hasta aquí el excelente artículo de “Ciudadanos en Red” cuyo objetivo es fomentar la cultura de la prevención. Créanme que sus autores saben de lo que hablan, pues los delincuentes buscan como potenciales víctimas a hombres, pero sobre todo a mujeres indefensas o desinformadas, en los sitios propicios. Con respecto al robo de vehículo es importante subrayar que el despojo de determinados automóviles y camionetas suele efectuarse con violencia porque los ladrones necesitan la llave (contiene chip computarizado). Por lo tanto la intercepción debe realizarse en los puntos idóneos para ellos porque no pueden llevarse la unidad si está parqueada, a menos que se trate de vehículos que puedan arrancar mediante la unión de diversos cables. Etcétera. Frente a la delincuencia, la información y la prevención.
Punto y Aparte
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La incidencia del robo
Cultura de prevención
1.- El Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) actualizó hace unos días el Indice Delictivo Nacional, mismo que contiene los datos acumulados desde enero hasta noviembre del año en curso por cada entidad federativa.
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