Sin embargo, también se relaciona con los procesos mediante los cuales el hombre utiliza a la naturaleza como herramienta para expresarse, al mismo tiempo de obtener otros beneficios. Se trata de un concepto que engloba en pequeñas proporciones partes de múltiples disciplinas, tales como la agronomía, la arquitectura, la sociología, la ecología, el arte y la cultura, entre otras. Sin embargo, lo anterior todavía nos es ajeno a los cuernavacenses, acostumbrados ya al decaimiento de la ciudad. Cada vez que un gobernador o alcalde inicia programas de rescate o remodelación, de inmediato surgen grupúsculos cuya posición va en sentido contrario. Parecieran estar acostumbrados a la porquería. Así las cosas, el “landscaping” o paisajismo urbano debería formar parte ya de políticas públicas tendientes a controlar la contaminación como efecto contra la angustia y la neurosis colectiva en contraste con la gris y acelerada localidad que hoy tenemos, o bien para intentar la conservación de la belleza y la diversidad existentes.
2.- La capital morelense (en otra ocasión me referiré a más municipios) se caracteriza por la desaparición del espacio público y el deprimente aspecto de sus calles. Su fisonomía provoca entre propios y extraños la percepción de inseguridad, suciedad y tensión constante. Ni hablar del tránsito vehicular. Todo ello sin reflexionar en lo mínimo respecto a la delicada naturaleza que Cuernavaca tiene como un sitio ciento por ciento turístico. Muchas veces me he referido al paso de determinados gobernadores y alcaldes emergidos no sólo en las décadas priístas, sino también durante los 12 años de la alternancia en el poder local, a quienes se deben los pésimos agravios sociales aún latentes. En 2010 el gobierno estatal comenzó un ambicioso proceso de remozamiento del centro de Cuernavaca, en aras de reposicionarlo dentro de la competitividad nacional y apuntalar nuestra principal industria: la turística. Por su parte, el Ayuntamiento inició otro programa de rehabilitación de glorietas y camellones -en avenidas principales- a fin de embellecer el aspecto citadino. Ambas acciones se insertaban en el “landscaping” o el paisajismo. ¿Pero qué ocurrió? Esos avances quedaron inconclusos gracias al sabotaje de politiqueros y la corrupción.
3.- En 2010 me referí al grave error que se cometió colocando la estatua del generalísimo José María Morelos y Pavón en el acceso a la plaza de “los plateros”, a un costado del Palacio de Cortés, violando cualquier principio de respeto, no sólo al héroe epónimo, sino también a la escenografía de tan importante sector del centro histórico, teniendo como fondo (y esto lo afirmo con el debido respeto a la persona humana) los puestos de quienes, en 1993, fueron ubicados ahí debido a otro error histórico de Antonio Riva Palacio López, cuya decisión allá y entonces resolvió con inmediatez un conflicto político, pero heredó a las siguientes administraciones un grave problema de invasión al espacio público. Siempre he insistido en que los “plateros” deben ser reubicados para beneficio de ellos mismos y del centro histórico en su conjunto, pero el INAH jamás ha solicitado ni iniciado nada al respecto, ya que el espacio invadido es de su potestad. Este fin de semana el centro de Cuernavaca, bajo los auspicios del gobierno estatal, comenzó un interesante proceso de peatonalización que, faltaba más, es cuestionado casi por los mismos actores del pasado. Estaremos pendientes de la evolución de los acontecimientos y después diremos.
4.- Cambiemos de frecuencia. La aplicación de una encuesta para conocer las condiciones en que opera el sistema de transporte colectivo divide opiniones entre los transportistas. Mientras la Federación Auténtica del Transporte y la organización Rutas Unidas han puesto el grito en el cielo oponiéndose al ejercicio estadístico, la Coalición de Representantes del Transporte Público avala el trabajo que es promovido por las autoridades estatales. Las diferencias de opinión representan simplemente que unos se oponen y otros apoyan la reestructuración del transporte colectivo en la entidad, y principalmente en la zona metropolitana de Cuernavaca, quizás con la implementación del Morebús en la capital. Y es que si se preguntará a la sociedad cómo califica el servicio en materia de calidad y cantidad, de las condiciones de las unidades, la preparación, presentación y comportamiento de los operadores, de la seguridad y otros indicadores de la excelencia en el servicio, a todos les queda claro que los ruteros saldrán reprobados y, por consiguiente, la encuesta avalará cualquier acción a implementar por el gobierno para dotar a los usuarios de un servicio eficiente, moderno y seguro. Por lo pronto lo que parece inminente es el levantamiento de la encuesta de Parametría, al margen de la polémica desatada alrededor.
5.- En su posicionamiento durante la sesión solemne de instalación de la legislatura 53, todos los coordinadores parlamentarios dijeron maravillas sobre la actitud de independencia, valentía, honestidad y compromiso social, que asumirían. Por ejemplo, el único diputado del Partido Humanista, Jesús Escamilla Casarrubias, dijo que él llegó al Congreso a trabajar por todos aquellos que votaron por ese instituto político y se pronunció porque la 53 sea una legislatura que haga historia como la mejor. Les espetó a sus homólogos: “todo depende de que no les entre la codicia y no empiecen a negociar cosas indebidas”. Sin embargo, Escamilla Casarrubias olvidó lo que varios líderes del Consejo Agrario Permanente, integrado por organizaciones manipuladoras de campesinos, confesaban en los sexenios de Antonio Riva Palacio, Sergio Estrada Cajigal y Marco Adame: que estaban adscritos a una nómina de la Secretaría de Gobierno, donde cada mes pasaban a cobrar. Su compromiso era mantener tranquila “a la raza”, para lo cual también pedían recursos. Para hacerse sentir, el CAP movilizaba a grupos depauperados provenientes de los sectores más pobres de la sociedad rural o de cinturones de miseria de las zonas urbanas. Hoy lo siguen haciendo, pero con menos dividendos.
6.- En el Congreso continúa la incertidumbre sobre quiénes ocuparán la titularidad de las diversas áreas y direcciones, debido a que las 11 fuerzas políticas no han logrado ponerse de acuerdo en tales nombramientos. Mientras tanto, el personal que arribará a la nómina del Congreso en acompañamiento a los nuevos legisladores, se dejó ver durante toda la semana anterior abarrotando los pasillos y el salón de plenos, en espera de que les sean asignados los espacios donde habrán de desempeñar sus labores. Es de esperarse que esta semana ocurra la toma de decisiones y el aparato Legislativo comience a caminar.