Como que ellos mismos han venido acabando con la abundancia, están matando la gallina de los huevos de oro, pero no saben ganarse la vida de otra manera que no sea dinero público y harán lo que puedan por continuar su “carrera”, que no es otra cosa sino mantenerse en algún espacio de representación popular o un cargo público en cualquiera de los tres poderes estatales o al interior de los ayuntamientos.
Claro, ya hay muchos que están al frente de responsabilidades bastante pesadas y aunque ejercen el poder, también necesitan de alguna ayuda del hombre gordo y bonachón, así que igual que el resto de los políticos, requieren de apoyos.
Es indudable que el presidente municipal de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco Bravo, no obstante seguir siendo un ídolo popular, busca superar la dura coyuntura por la que pasa y le ha solicitado su intervención, a fin de que sus adversarios caigan en razón y lo dejen trabajar.
Entre sus peticiones, está el que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) lo ampare y proteja contra los que lo amenazan con el juicio político y ya de paso, si no es mucho pedir, que también le conceda la suspensión en lo que se refiere a la anulación del decreto del Mando Único.
En Palacio de Gobierno las inquietudes son otras, pero también diversas, seguramente que entre las más sobresalientes, resalta la necesidad de que intervenga Santa para apaciguar los ánimos, que se han calentado en diversos puntos del estado, pero es casi seguro que lo que más anhelan es que el famoso Cuau pueda ser desterrado de Morelos, que regrese a sus actividades deportivas y deje de poner en riesgo el futuro político de muchos que lo ven como el enemigo a vencer en las elecciones del 2018 por la gubernatura estatal.
En lo que se refiere al Congreso local, más o menos, por acuerdos mutuos con el Ejecutivo y el Judicial, llevan peticiones casi similares, traen el hígado hecho bolas porque a pesar de hacer frente común entre los tres poderes.
Pero en el recinto legislativo la mayoría de los diputados locales abrigan la esperanza de mantenerse vigentes, no obstante reconocer que en muchos aspectos han caminado en contra del interés popular, sólo que ahora juran y perjuran a Santa que se han arrepentido y si les da otra oportunidad, volverán a hacer de las… No, perdón, ésta vez sí trabajarán por el bien de todos.
Papá Noel trae de todo, desde regidurías, presidencias municipales, diputaciones locales, federales y el regalo más gordo: la gubernatura del estado, que está reservado para quien se haya distinguido por su bondad, entrega y trabajo desinteresado por los que menos tienen.
La cosa es que a la hora de la verdad, todos los suspirantes aseguran haber sido los mejores, pero a él no lo engañan, así que con toda seguridad, le entregará esa responsabilidad a quien debe ser, pero decíamos, aquí hay una larga fila que busca colarse.
Sólo por hacer mención de algunos que vienen perfilados, mencionaremos al senador Fidel Demédicis Hidalgo. Él hace rato arrancó precampaña por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), pero se insiste en que ha valorado la posibilidad de buscar la candidatura por la vía del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), aunque aquí tendrá que disputarla con su compañero senador Rabindranath Salazar Solorio, otro que ya escribió su carta desde hace mucho.
En el Partido Acción Nacional (PAN), por lo que se refiere a la candidatura por el gobierno morelense, se antoja que el diputado federal y presidente de la mesa directiva del Congreso de la Unión Javier Bolaños Aguilar no tiene competencia, sería casi el único que solicitará a Santa le permita buscar la grande.
Pero es en el Revolucionario institucional (PRI) donde se aprecia más competencia interna, hay mínimamente una media docena de figuras con la misma petición: abanderar al tricolor en la añeja esperanza de volver a gobernar la entidad, privilegio que perdieron desde las elecciones del 2000 por no portarse bien.
Aquí podemos mencionar a Rosalina Mazari Espín, que se está abriendo camino para reclamar la ansiada candidatura, pero a ellos se agregan otros, como el delegado del ISSSTE, Guillermo del Valle Reyes, que conjuntamente con Maricela Sánchez Cortés son cabeza de una importante corriente al interior del priismo.
Hay quienes aseguran que el mismo ex presidente de la mesa directiva del Congreso local Francisco Moreno Merino hará el intento, al igual que la senadora Lizbeth Hernández Lecona. Y salido de las filas del PRI, quien busca colarse por la libre, es el líder obrero Vinicio Limón Rivera, quien ya desarrolla un proyecto como oferta político-electoral.
A quien Santa ya parece que le cantó las golondrinas es al ex candidato de ese partido al gobierno en el 2012, Amado Orihuela Trejo, de quien se insiste, buscará asilo en el PRD, y para cuya trinchera anda desarrollando ya trabajos, como aquello de intentar convencer a los ayuntamientos de que aporten el 2% de sus participaciones para el fondo de rescate financiero y de cuyos oficios algunos ediles ya se quejan y lo acusan.
Pero la lista no termina ahí, porque como decíamos al principio, si bien para el Cuau lo más importante es sobreponerse a la grilla coyuntural, tampoco desdeña ser candidato al gobierno, porque sin ser político, es quien tiene hoy las mayores posibilidades. Y queda alguien más, el rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Alejandro Vera Jiménez, a quien como a Blanco lo hicieron crecer y se considera que pudiera tener merecimientos como para que papá Noel le conceda el milagro, pelear la gubernatura.