Por lo menos ayer se daba por hecho que quien está prácticamente fuera es el secretario de la Contraloría General, José Félix Iñesta y Monmany, quien ha conducido esa dependencia con mucho sigilo; durante más de cuatro años buscó siempre evitar a los medios de información y más bien ha sido en las recientes semanas cuando su comportamiento cambió ligeramente y ya hasta concede entrevistas.
De haber este anuncio durante el transcurso del día, se menciona que se incluiría al titular de la Secretaría de Movilidad y Transporte (SMyT) Jorge Messeguer Guillén y en su caso obedecería al desgaste que ha tenido que enfrentar, luego de haber aceptado un incremento bastante cuestionado en la tarifa del servicio del transporte público.
Pero independientemente de eso, desde hace buen rato se polemiza respecto a profundas diferencias con algunos personajes muy cercanos.
También, desde algunas oficinas de palacio se viene incluyendo como pieza de reemplazo a la secretaria de educación Beatriz Ramírez Velázquez, que porque hace tiempo tiene serios problemas de salud y que ella misma ha solicitado una tregua, a fin de atenderse.
Igualmente se menciona a la representante de la Secretaría del Trabajo, Gabriela Gómez Orihuela, aunque ella misma ha indicado que por lo menos hasta ahora no tiene ninguna indicación en ese sentido, sin embargo, reconoce que una decisión de esa naturaleza puede informarse de último momento.
Y respecto a quienes estarían ocupando esos espacios, tampoco hay mucha información, acaso que quienes ocupan las segundas posiciones en cada una de las dependencias, entrarían a quite en calidad de provisionales o encargados de despacho mientras se formalizan los nombramientos.
Son ya contados los secretarios de despacho que sobreviven al sexenio, dos o tres, entre ellos la secretaria de cultura Cristina Faesler Bremer, el de desarrollo sustentable Topiltzin Contreras MacBeath y el de la Comisión Estatal del Agua, Juan Carlos Valencia Vargas. Y claro, el mismo contralor, que pareciera, está diciendo adiós.
Ahí está de regreso el secretario de desarrollo agropecuario Roberto Ruiz Silva, que arrancó desde el comienzo, sin embargo pidió permiso para ir en busca de una candidatura en las elecciones del 2015 y luego de no lograr ganar, fue reintegrado en el cargo.
Y por lo que se menciona en pasillos gubernamentales, serían los últimos relevos, a menos que se presenten situaciones obligadas, porque ya se estaría considerando mantener el equipo hasta que se venga el periodo electoral y algunos decidan declinar para ir a la aventura política como ocurre cada tres años.
MOVIMIENTOS ELECTORALES
Y en otro asunto, ya comienzan a apreciarse movimientos de carácter electoral, estrategias de los partidos políticos muy comunes en las cercanías de los procesos. Mucho hemos insistido en que en algunas trincheras hay preocupación por los difíciles momentos que se vienen enfrentando, frente a un enojo popular creciente, es el caso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que ya seguramente está conciente de que habrá de pagar una costosa factura política en las elecciones presidenciales del 2018, por los efectos de las reformas y el gasolinazo en el sentir popular.
Pero donde tampoco parecen estar celebrando, porque las tendencias no les muestran mejoría alguna, es en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), ellos acompañaron al priismo en la mayoría de las reformas, sobre todo la energética y a pesar de que intentan echar mano de distractores para confundir, no logran sacudirse las culpas y por eso igualmente deberán cubrir costos.
Pero en su caso, tienen un factor más en contra, que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que encabeza Andrés Manuel López Obrador los continúa desmantelando y es aquí donde se da por hecho que algunos connotados perredistas están por formalizar su traslado del PRD hacia el nuevo partido.
En lo que se refiere a Morelos, se da por descontado que el senador temixquense Fidel Demédicis Hidalgo ha decidido ya hacer maletas para irse con el tabasqueño, sabedor de que en el PRD actual no tiene cabida y tendría que acabar negociando alguna posición más pequeña, no la candidatura al gobierno estatal, además de que está consciente de que de llegar a serlo por esa vía estaría perdido.
Pero ahí mismo, un poco más hacia arriba, cobre fuerza aquello de que el titular de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, estaría apalabrado con López Obrador y que el compromiso es reservarle un escaño en el Senado para que no pierda continuidad. Sería una posición inteligente, él más que nadie debe saber que para las elecciones del 2018, quienes se van a apoderar de la capital del país son los de Morena.
Bueno, ya incluso se tiene al sucesor de Mancera, que quien va derechito es Ricardo Monreal Ávila, ex gobernador de Zacatecas y personaje históricamente ligado a AMLO, de tal manera que el tabasqueño viene ya armando los cuadros para contender en aquellas candidaturas de mayor peso y trascendencia.
Es decir, parece pues que los menos preocupados por los escenarios electorales con los que se amaneció éste 2017, son los panistas y los morenos, pero fundamentalmente éstos últimos, porque todo les pinta color de rosa, el desorden y enojo ciudadano parece una campaña gratis para ellos, sin siquiera esforzarse mucho, vienen capitalizando las inconformidades y atrayendo voluntades de muchas trincheras, pero sobre todo del PRD.
Es por eso que políticos identificados con el perredismo cambiarán de colores y eso irá induciendo aún más a las bases para hacer los propio , que ya en sí, son mínimas, las más recientes encuestas le daban ocho puntos porcentuales, contra cerca de 20 de Morena. Y en cuanto a los presidenciables, pues ya imagina usted, también AMLO parece estar en los cuernos de la luna e igual en esta ocasión pudiera ser imposible que le impidan llegar a Los Pinos, la diferencia con el resto de los adversarios se torna enorme.