Agilizar el tránsito vehicular a su paso por Cuernavaca era una urgencia, los fines de semana el libramiento era insuficiente para poder ofrecer un buen servicio; los congestionamientos eran terribles, sobre todo durante los periodos vacacionales o puentes de fin de semana largos.
La cantidad de vehículos que lo transitan, procedentes sobre todo de la Ciudad de México, ocasionaban colas hasta la altura del Tecnológico de Monterrey, en el regreso de visitantes al Puerto de Acapulco y fue por ello que, durante su campaña electoral, el presidente Enrique Peña Nieto hizo el compromiso de ampliar esa vialidad.
Es un compromiso cumplido, como lo viene siendo la autopista Siglo XXI en su tramo de Jantetelco a Tequesquitengo, que igualmente es una inversión de alto impacto, sin embargo en el caso que nos ocupa, el diseño respecto a su uso parece no ser el más adecuado; no por lo menos para los morelenses.
En principio, podríamos considerar que pareciera haber sido pensado, no en función de las necesidades locales, sobre todo de los capitalinos, sino para favorecer al turismo, pero aquél que ni siquiera se queda en la entidad, el que va de paso hacia el sur.
No está mal, tampoco podemos ser egoístas, no obstante, lo menos que se debe reclamar es que se atienda a las dos partes, que sirva para evitar todos aquellos conflictos de antaño para los que van a quemarse la piel en el puerto, pero también para mejorar el tránsito en la Ciudad de la Eterna Primavera, sin embargo, como que no es así.
El trayecto fue mejorado, sin duda; hay tramos de diez carriles, otros de ocho, pero están reservados para quienes sólo van de paso, cuatro, los que van en el centro. Eso está bien; reiteramos, los fines de semana, que hay una carga importante de autos utilizándolo, pero el resto de la semana se antoja incongruente, porque son unos cuantos automotores los que circulan por ahí, en cambio, los carriles laterales van hasta el tope.
La mayor dificultad se presenta al final del Paso Exprés, hacia la parte sur, porque para acceder a la autopista del sol, el acceso se reduce a un sólo carril, ocasionando tremendos problemas y pérdida de tiempo para quienes vienen de aquella parte a Cuernavaca o quienes van de salida.
Eso sí los carriles centrales lucen desérticos, inutilizados porque de lunes a viernes, durante la mayor parte del día, unas cuantas almas lo usan. Todo lo anterior viene generando una creciente inconformidad que debería analizarse, porque efectivamente, se ve que esa magna inversión, que se supone era para resolver problemas locales, no ha cumplido con su objetivo, por esos errores y decisiones.
El reclamo es claro, hay que abrir, por lo menos durante la semana, esos cuatro carriles del centro, para que existan posibilidades de un mayor uso y se pueda acabar con los cuellos de botella al sur de la ciudad. No causaría inconveniente alguno, sólo es cuestión de que exista voluntad de atender una exigencia ciudadana. Le hemos venido dando seguimiento al caso, porque cada vez son más quienes piden a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) reconsiderar la apertura.
Por otro lado, también es sorprendente que a unos cuantos meses de haberse inaugurado, el Paso Exprés presenta serias deficiencia en cuanto a la calidad de la obra, tiene chipotes por todos lados, algo que no corresponde a una construcción tan reciente, como que las empresas responsables de esa inversión entregaron un trabajo mal hecho, lo que tendría que ser revisado igualmente por la dependencia competente en la materia.
FRENTE AMPLIO
Y en el tema relacionado al Frente Amplio Opositor al Partido Revolucionario Institucional (PRI), la rentabilidad del mismo depende de cada uno de los bandos a unir fuerzas, Partido Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD).
Esas fugas pudieran ser equivalentes a las sumas y entonces si no se previenen, la rentabilidad sería mínima al final y por el contrario muchos de quienes no están de acuerdo podrían buscar adherirse a otros partidos, alimentando fuerzas en sentido contrario.
Desde el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) no se les olvida que en las elecciones del 2006 fueron a una elección conjunta de izquierdas con Andrés Manuel López Obrador como candidato presidencial.
Se insiste en que la derecha les arrebató la victoria a manos del hoy ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, abanderado de Acción Nacional. Al paso de los años, parece que se les olvidó aquella ofensa y buscan ir juntos con un candidato común, que todo indica, sería el hoy líder nacional blanquiazul Ricardo Anaya.
Muy en particular en Morelos, azules y amarillos no han llevado una relación muy amigable que digamos, pero deberán acatar lo que diga la cúpula.
Una eventual victoria del frente podría asimismo representar un serio conflicto a la hora de la distribución de espacios, cada parte reclamaría por haber contribuido al triunfo.
Los ayuntamientos son un ejemplo de ese tipo de compromisos. Quienes, desde otras posiciones coadyuvan en el trabajo electoral a favor de alguien, imponen condiciones.
Parece que la decisión está tomada y las dirigencias nacionales del PRD y el PAN ya programan incluso en la agenda una reunión conjunta para dar a conocer los pormenores y alcances del frente amplio.