Las primeras versiones hablan de la lucha por el control del poder y del auto gobierno, que aunque oficialmente se continúe diciendo que no existe, es tan real como usted y yo.
Las cárceles son una papa caliente, un peligro latente de confrontación entre presos o custodios. Los comentarios de quienes han tenido alguna responsabilidad en esos terrenos, muestra que aquello está peor de lo que imaginamos. Hay grupos muy poderosos de poder, que son realmente los que establecen las reglas a seguir, por encima incluso de las autoridades civiles.
Son un jugoso negocio para funcionarios de todos los niveles en esas áreas y cualquier diferencia entre las partes opuestas puede terminar en desgracia, cada día se aleja más la posibilidad de una readaptación efectiva.
El sistema carcelario depende directamente de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) estatal, que ha mostrado incapacidad para manejar correctamente los sistemas.
Esto no es ninguna novedad. Sólo hay que recordar que también se le transfirieron las facultades para que se hiciera cargo del trabajo de inspección en el servicio del transporte público y las cosas se pusieron peor que antes, cuando dependía de la Dirección General del ramo.
Se debió iniciar el proceso para revocarle tales facultades, porque la inquietud entre los concesionarios se generalizó. Ahora volvió a manos de la Secretaría de Gobierno.
Las causas fueron claras, la corrupción de disparó como nunca, las extorsiones eran exageradas y eso quedó demostrado públicamente ante funcionarios de la administración de Gobierno estatal, aunque tampoco hubo sancionados.
En lo que respecta a los penales, todo indica que el origen de estos enfrentamientos y hasta crímenes internos, tiene que ver con la incapacidad de la SSP para asumir el control. Bueno, un ex funcionario penitenciario en su momento dijo al reportero, que la gente del secretario de Seguridad Gastón Menchaca Arias fomentaba la corrupción en el penal de Atlacholoaya. "Vi tantas cosas delicadas, que prefería pedir mi salida y buscar otros cargos menos riesgosos", confesó.
Lo ocurrido en La Heroíca es una muestra de lo que decíamos y pudiera llevar a mayores complicaciones si no se actúa en sentido correcto. Sin embargo, la posición superior sigue firme: Gastón Menchaca continúa en funciones, no hay marcha atrás.
Cuando se han presentado este tipo de inconvenientes han llegado a aparecer armas de fuego, mostrando que el control y chequeo en los accesos son sólo simulaciones. En esta ocasión se utilizaron puntas de madera y otros objetos que los presos pueden fabricar sin mucho problema.
Con el fin de ofrecerles actividades productivas a los internos, hay talleres y maquinaria con la que transforman una pieza de madera en una arma efectiva y mortal. Eso aconteció en Cuautla, pero en penales más grandes como el de Atlacholoaya hay quienes disponen de todo, es decir, incluyendo armas de fuego,
¿De qué manera logran introducirlas? Del mismo modo que lo hacen con bebidas alcohólicas o enervantes, con la “vista gorda” y complicidad de los sistemas de vigilancia.
En información exclusiva a nuestro medio informativo, la Federación ha anunciado la construcción de un nuevo centro penitenciario de rango federal en Morelos. Es una buena noticia, de la manera que sea se trata de una inversión que a esos niveles es importante.
Incluso, son generadores de empleo para cientos de personas, aunque ya en funciones sea para guardar ahí a quienes se dedican a la delincuencia y si es federal se trata de delitos graves.
Dado el momento crucial que en materia de seguridad y persecución del delito enfrentamos, efectivamente los centros penitenciarios en el país son ya insuficientes para recibir a tanto maloso en esta interminable lucha, que esperamos llegue a buen término, porque son ya cuatro largos años de incertidumbre en esa materia a nivel nacional.