Desde hace años, tanto a nivel municipios como desde el gobierno del estado, se desarrollan trabajos de prevención de desastres, antes de que se inicie la temporada de lluvias, ello ha evitado que, en fuertes torrenciales a causa de efectos de huracanes o tormentas, se registren inundaciones y desbordes de cauces de agua en zonas habitadas.
Un “foco rojo” al respecto, ha sido el río Yautepec a su paso por la cabecera municipal, por eso cada año se hacen limpieza y desazolves que, reiteramos, muestran efectos positivos, sin embargo es imposible adivinar dónde se presentará el primer inconveniente y ya lo estamos viendo, con los daños a decenas de familias en el municipio de Puente de Ixtla.
Desgraciadamente, los afectados son quienes menos recursos tienen, ya que sus casas suelen ser de materiales muy débiles y además ubicados en laderas o riberas de ríos que son altamente peligrosos por ser conducto natural de las aguas pluviales, como se aprecia constantemente.
Pero independientemente de que muchos no prevén situaciones de esa naturaleza, es el avance permanente de la mancha urbana, lo que contribuye a que el agua de lluvia tenga menos accesos para encontrar salidas adecuadas. La deforestación y el crecimiento de la plancha de concreto impide la absorción y entonces la acumulación del líquido superficial es bárbara.
Que lamentables sucesos porque esas familias se han quedado a la intemperie, desprotegidas y además todavía a merced de más destrozos porque la caída de agua seguirá por lo menos hasta hoy en la mayor parte de la entidad. Ya incluso hay quienes movidos por el dolor de sus hermanos, están apoyando a esos morelenses en desgracia, como la Barra de Abogados del Estado de Morelos, con Miguel Ángel Rosete Flores al frente.
Pero todo esto nos debe enseñar que estamos obligados a ser más prudentes, a dejar de seguir haciéndole daño a nuestro entorno natural y sobre todo a propiciar el desarrollo urbano ordenado y seguro, de lo contrario, esos sucesos continuarán de manera permanente y en ascenso.
Hace dos o tres años, el problema se registró un poco más al sur, en Amacuzac, donde un plantel de educación básica fue destruido por el desborde del agua, afortunadamente no había clases; pero ahora le pegó a Puente de Ixtla, donde no se tenían antecedentes de gravedad como ése, de ahí que la gente suela no tomar precauciones.
No obstante, es el desorden, la anarquía, la contaminación, la tala inmoderada de árboles, la siembra constante de casas y desarrollos urbanos por todos lados, lo que nos lleva necesariamente a perder el control de nuestro entorno y a sembrar bombas de tiempo por todas partes.
Sólo que las mismas instancias gubernamentales alimentan toda esa descomposición, a pesar de que existen normas y reglas en la materia, sin embargo, puede más el beneficio económico que la responsabilidad cuando se está al frente de las instituciones; es ahí donde está la principal falla que provoca buena parte de nuestras calamidades; autoridades omisas y cómplices de la barbarie y el desorden. Eso sí, cuando se presentan estas inconveniencias, tampoco tienen la capacidad para reparar los daños y hay que recurrir a la solidaridad de los demás.
GUBERNATURA, MUCHOS LA QUIEREN
En otro tema, el año que viene se pondrá en juego la gubernatura del estado de Morelos, el espacio político y de poder más importante de la entidad y es lógico que muchos morelenses o avecindados sueñen con llegar a gobernar este territorio, de ahí que la lista de aspirantes sea considerable.
Somos un espacio que ya probó la alternancia, primero a cargo del Partido Acción Nacional (PAN) y ahora el de la Revolución Democrática (PRD); o sea, los morelenses han sido gobernados por tres fuerzas políticas y por eso habrá que ver cuál es el comportamiento del electorado en la justa entrante.
A partir de las elecciones del 2000, cuando el panismo sacó al PRI de Los Pinos, comenzó a ser difícil adivinar el comportamiento del elector, porque suele guardar silencio y discreción en sus preferencias partidistas, hasta la hora de la verdad. En aquel entonces, ya el enojo en contra del viejo sistema, más por cansancio que por otra cosa, había alcanzado niveles significativos, sin embargo fue hasta la hora de ir a votar, cuando se vio el alcance de su malestar, saliendo en masa a las urnas a fin de sacudirse un sistema que permaneció en el poder por más de 71 años.
Hoy apreciamos nuevamente ese silencio, pero a diferencia de aquel pasado, en contra de todos los partidos políticos, ninguno se salva de opiniones adversas y por lo tanto ello hace más difícil anticipar resultados. Por eso la moneda sigue en el aire y mientras eso suceda, nadie la tiene asegurada y pudiera llegar el menos pensado.
Y si bien el número de aspirantes es significativo, algunos como que no dan el tamaño, aunque seguramente aplican aquellos de tirarle a la cabeza para pegarle al cuerpo. Como que es ahí donde colocaríamos al hijo del ex gobernador Marco Adame Castillo, Juan Pablo Adame Alemán, quien levantó la mano para decir que va por la grande, es decir la gubernatura.
El muchacho no parece de mal corazón, tiene más o menos la misma escuela que el padre, pero sólo ha sido diputado federal y además de que es muy joven, que tampoco es defecto, le falta experiencia. Por lo tanto, no pensamos que le alcance para tanto, sin embargo, lo que pretende es meterse a la pelea por las candidaturas.
Al muchacho le gustaría una diputación local, porque incluso la senaduría sería poco probable, pero habrá que ver cuál es el peso del partido y del grupo que lo “apadrina”, que necesariamente es el ex mandatario y la familia; no obstante pronosticaríamos que no irá por la gubernatura, ésta estaría en todo caso reservada para el diputado federal Javier Bolaños Aguilar, que sí está cerca.
Como cerca puede estar, en el caso del PRD, Matías Quiroz Medina o la también diputada federal Lucía Meza Guzmán; en el PRI, Rosalina Mazari Espín, aunque se afirma que ella iría en la fórmula al Senado. Hay que esperar también cómo se acomoda el sacerdote con licencia Antonio Sandoval Tajonar y otros simuladores más que ya andan volcados en la calle.