Como ha ocurrido en procesos electorales anteriores, la llegada de políticos de diversa procedencia partidista comienza a provocar conflictos al interior del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), porque éstos reclaman espacios de participación electoral, no obstante sus nulos merecimientos.
A consecuencia de dificultades y conflictos personales con otros actores, el senador y ex perredista Fidel Demédicis Hidalgo optó por renunciar a esos colores y pedir asilo en el instituto de Andrés Manuel López Obrador, cosa que le fue aceptada, pero una vez dentro, inició la lucha en contra de su compañero de escaño Rabindranath Salazar Solorio, a quien le disputa la candidatura al gobierno de Morelos.
Y si bien al ex edil capitalino Manuel Martínez Garrigós le fue rechazada la admisión por razones de imagen y antecedentes, se filtró a las izquierdas por la vía del Partido del Trabajo y como irá de aliado con Morena, pues ya igualmente está anunciando que va por la candidatura a la gubernatura.
Bueno, tanto Manuel como Fidel reclaman que sea a través de una encuesta como se elija al candidato al gobierno, considerando que se la pueden ganar a Rabín. Se nos antoja una grosería, porque como quiera que sea, el que ha estado trabajando y bastante duro como para merecer ese privilegio es Salazar Solorio. Los otros dos aparecen como oportunistas, sin embargo, sin duda que su arribo representará un desgaste para el mismo partido y en lo que se refiere a MMG se sostiene por ahí que lleva esa encomienda: penetrar la organización para desde dentro empujar a todo tipo de conflictos.
Dicen algunos que en el ejercicio de la política siempre hay que sumar, pero se tiene que saber a quiénes, no se trata de una operación matemática, donde dos más dos son cuatro, acá igual y dos más dos termina en uno, porque existen figuras que restan, por el daño que provocan.
Más o menos eso está aconteciendo en esa trinchera que para muchos es una buena opción en lo que respecta a Morelos, pero que por detalles como ésos, suelen retroceder hasta ocupar posiciones insignificantes y eso lo observamos en las elecciones intermedias del 2015, cuando ya festinaban que ganarían por lo menos el ayuntamiento de Jiutepec.
A la hora de elegir a los candidatos se hicieron bolas, impusieron a los peores y el resultado fue que Morena se fue hasta el tercero o cuarto lugar y más o menos por ahí van las cosas hoy día, con la recepción de una serie de cuadros que lejos de representar suma de simpatizantes, abonan en el descrédito.
Mucho hemos insistido en que en lo que se refiere a Morelos, todavía no llegamos al momento adecuado como para hacer pronósticos más o menos acertados respecto a las tendencias electorales en la batalla por la gubernatura, dado que se requiere primero conocer a los participantes.
Sin embargo, sí se pueden apreciar indicios de inconsistencias que necesariamente se reflejarán a la hora de ir a las urnas y Morena lleva ya algunos tropiezos que le van a quitar posiciones. Bueno, el que hicieran a un lado a Ricardo Monreal en la Ciudad de México pudiera incluso propiciar que les quitaran el control de la capital del país, cuando las tendencias los venían colocando como ganadores absolutos con cerca del 70%, pero precisamente con el político arriba mencionado.
López Obrador prefirió no jugar con él por la candidatura al gobierno de la metrópoli –se afirma por ahí que porque lo cacharon en un acercamiento con un secretario de despacho del presidente de la república Enrique Peña Nieto, lo que el tabasqueño calificó como una traición- pero el señor podría ser aspirante por la vía de otro partido e incluso ganar.
Esos parecieran pequeños detalles, sin embargo sumados significan mucho en una contienda final y a ellos se les han ido algunos triunfos por causa de tales acontecimientos. No obstante y aún con la resistencia de Garrigós y Demédicis, seguimos sosteniendo que el candidato a la gubernatura, de parte de Morena, será Rabindranath, porque por encima de encuestas o consultas ciudadanas, López Obrador será el gran elector y se antoja que hace mucho se decidió por Solorio.
El hombre le ha sido fiel, institucional, obediente; cuando se ha requerido, ha metido el cuerpo para defender esos colores y los intereses de su trinchera, de tal forma que se ha ganado el puesto. Ahora bien, de eso a que gane la elección dista mucho, deberán cambiar las formas a la hora de seleccionar sus cuadros para evitarse problemas, pero no se antoja que será así, como que hay predisposición a cometer los mismos errores del pasado.
Así como pinta el panorama a favor de Rabín, también en lo que tiene que ver con la candidatura a la presidencia municipal de Jiutepec, se antoja que ya la decisión está tomada por dedazo a favor de Rafael Reyes Reyes.
Bueno, hasta la diputada federal Lucía Meza Guzmán se ha sumado a esa plataforma recientemente, pero pareciera que ella ya viene amarrada por aquello de la equidad de género y que como Morena tiene pocos cuadros femeniles, casi le pidieron el favor de que se afiliara para que contendiera por la senaduría y más o menos por ahí van las cosas.
No tiene mala imagen, además ha venido haciendo un buen trabajo de precampaña y sería bastante interesante medirse con otras féminas de mucha rentabilidad electoral como Rosalina Mazari Espín, que indudablemente será parte de la fórmula al senado de la república pero por el Revolucionario Institucional (PRI).
Se empieza pues a calentar el ambiente y a mostrar que en las elecciones del 2018 habrá cosas bastante interesantes y sobre todo una contienda de mucha competencia en la lucha por algunos espacios, como en lo referente al Senado, donde habría que ver quienes irían por parte de la famosa alianza opositora.