Parecía una vacilada aquello de que el Partido Encuentro Social (PES) acabara en una alianza electoral con el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), pero la madrugada de ayer alcanzaron el acuerdo, al que se agregó el Partido del Trabajo, aunque a decir verdad, éste último y en lo que respecta a Morelos jalará hacia atrás.
La suma de fuerzas con el PES tampoco tiene mayores dividendos a nivel nacional; serán dos o tres puntos los que sume a ese frente, sin embargo, en lo que tiene que ver con Morelos, es otra cosa. Aquí la figura del presidente municipal Cuauhtémoc Blanco Bravo sí abona y significativamente.
Ahora bien, se entendía que el senador Rabindranath Salazar Solorio venía casi ungido como el candidato de Morena al gobierno del estado, pero el ex futbolista mantiene el mismo interés, argumentando que trae alta popularidad. Es por eso que la decisión fue llevarlos a una consulta, que tiene candados.
O sea, quien la gane lo hará en función de tres o cuatro factores, no sólo por ser el más famoso y es ahí donde las cosas se ponen interesantes. Además del factor popularidad, se analizará la trayectoria política y administrativa de cada uno; igualmente la formación académica y nivel de desempeño en las responsabilidades ya ejercidas.
Más aún, que no será abierta a todos los sectores sociales; se trabajará en grupos muy en particular, para que la opinión ciudadana venga enriquecida con todos los pensamientos. Se entiende que cada concepto tendrá un valor determinado. Si se trata de cuatro o cinco, pues el de la fama estaría aportándole a los contendientes entre el 20 y 25%, en una escala del uno al 100.
Haciendo el análisis, pues sin duda que Blanco Bravo se llevaría de calle al senador en lo que toca a la popularidad; sólo que en el resto de los contenidos puede verse en desventaja. Rabín ha sido presidente municipal de Jiutepec, diputado local y actualmente senador. Es morelense por nacimiento; vio la primera luz del mundo precisamente en Jiutepec. El otro viene de la Ciudad de México y su experiencia se limita a la alcaldía de Cuernavaca y con un trabajo algo cuestionable.
También en formación académica, Blanco no tiene nada que hacer en comparación del otro, su escolaridad se reduce a primaria y aquel es licenciado en contaduría. Entonces, pues nada está escrito y hasta es de considerar que el legislador lleve unos pasos adelante.
Pero en lo que se refiere a las elecciones y los resultados en las urnas ya en la contienda constitucional, como que sí debe haber puesto nerviosos a más de uno de quienes pueden ir como adversarios por la gubernatura. Es casi un hecho que si Salazar Solorio se queda con la candidatura, el hoy edil iría en la fórmula al Senado, acompañado por la diputada federal Lucía Meza Guzmán.
Aún como aspirante a la Cámara alta, Blanco será factor de inducción del voto en bien de toda la fórmula. Pero además, en nuestra entidad el candidato presidencial –que acaba de registrarse ante el Instituto Nacional Electoral (INE)- Andrés Manuel López Obrador, ha llevado al triunfo a muchos cuadros locales en justas anteriores. Seguramente que en la que viene no será diferente, por lo tanto, habría que anticipar quienes de los demás candidatos a la misma posición se les paran enfrente.
Se antoja francamente difícil, pensando en la suma de esos dos factores. Y si Blanco Bravo viniera a la cabeza, es más o menos lo mismo, así que nosotros advertiríamos a partir de este momento, que irían tomando ventaja.
En el PRD se anuncia que siempre sí el ex presidente del CDE Rodrigo Gayosso irá en busca del gobierno; en el Partido Acción Nacional (PAN) se ha insistido en que iría el legislador federal Javier Bolaños Aguilar y en el PRI de plano aún no hay nada seguro para nadie.
Ésta decisión del PES de sumarse a Morena muy posiblemente lleve a algunos aspirantes de las otras trincheras a cambiar de parecer. O sea, Bolaños a lo mejor decide ir por Cuernavaca, que es mucho más segura. Es en la capital donde los panistas cuentan con el más elevado número de simpatizantes. Se nos haría algo bastante prudente si los cálculos son de derrota hacia la gubernatura. Incluso la senaduría sería un encargo nada sencillo de alcanzar. Así que es posible que el panista ceda la candidatura a otro compañero.
En el tricolor más o menos pudiera ocurrir lo mismo. Llevar al frente a AMLO y al oriundo de Tepito no es cosa menor; se le tendría que apostar al escaño por la vía de la segunda mayoría y ahí como que PAN y PRI se darían un buen tirito; pero hay que esperar unos días para ver cómo se mueven las otras fuerzas partidistas tras el anuncio de la alianza PES-Morena.
Alguna vez externamos que en tanto no quedaran definidas las alianzas, era imposible ofrecer algún escenario hacia futuro; esto ya se viene dando y por eso nos atrevemos a dar una opinión al respecto. Ahora bien, si en lugar de haber solicitado ir en la fórmula al senado, Blanco pidió la misma posición pero a partir de una circunscripción, a fin de que pida el voto en bien del candidato presidencial en todo el país, también los escenarios en Morelos cambian, de ahí que habrá que estar pendientes, primero de la consulta entre ellos y luego ver para dónde va el perdedor de la misma.
El caso es que son detalles menores los que en ese sentido quedan por aclarar, pero ya hay señales de las tendencias que pueden darse hacia la elección del primero de julio del 2018, que en lo tocante a esta entidad de aprecia de mucho interés; pero ya las decisiones muestran un panorama más certero. El PRI pudo haber amarrado esa alianza con el PES, pero parece que la condición del deportista fue irreductible respecto a que él sería el candidato y es aquí donde se dio el distanciamiento.
Sin esa suma, el tricolor se aleja nuevamente de la posibilidad de rescatar la gubernatura morelense, perdida en las elecciones del año 2000. Lo que no se comprende es ¿cómo un partido que, se insiste, es creación del secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong acaba apoyando al acérrimo enemigo de Los Pinos?