Debido a la indefinición que priva en la selección de candidato de parte del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), pululan una serie de especulaciones en torno a quién será el que encabece esa fórmula, que para el caso de Morelos promete ser muy competitiva.
En los días recientes se ha generalizado una polémica entre los dos aspirantes, el senador Rabindranath Salazar Solorio y el edil capitalino Cuauhtémoc Blanco Bravo y como que la tendencia se viene inclinando a favor del morenista, sobre todo porque durante la visita del aspirante presidencial el pasado fin de semana, Andrés Manuel López Obrador, como que buscó mostrar su inclinación a favor de Rabín.
Todo lo anterior ha puesto en alerta al alcalde, cuyo equipo de colaboradores intentó dar madruguete con una supuesta encuesta que le favorecía, pero que finalmente se demostró que no venía con el respaldo y seriedad necesarias, de tal manera que más bien acabó siendo un tropiezo desafortunado para ellos.
El asunto es que con todos esos antecedentes como que en la comuna se vienen preparando para un revés y de ahí que ahora se especule o se corran versiones en el sentido de que si el oriundo de Tepito de la Ciudad de México no sale como candidato de la coalición Morena-PES-PT, éste optaría por ir en busca de la reelección, pero en un frente común con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), con el que en un principio rechazó ir como aliados a la gubernatura. Sin embargo, legalmente estaría impedido para hacerlo, ya que tendría que ser por el mismo partido por el que ganó en el 2015, el Social Demócrata.
Por cierto, se supone que hoy miércoles esa coalición estaría haciendo público el resultado de la supuesta encuesta de valoración de la que surja el aspirante formal y sobre todo del lado de la alcaldía existe mucho nerviosismo, porque además, curiosamente durante este tiempo previo a la consulta, Cuauhtémoc Blanco Bravo ha sido objeto de toda clase de críticas y se aprecia que también eso los tiene algo preocupados.
El alcalde necesita mantener vida política posterior a la conclusión de su mandato; hay enemigos que están velando armas a fin de iniciarle una serie de denuncias por diversos motivos y para él es imperante conservar la protección personal a partir del ejercicio del poder u otra representación popular.
Tampoco sería sencillo esta vez, de intentar mantenerse en la alcaldía. Para las elecciones del 2015, el famoso futbolista llegó prácticamente virgen, no traía descalabros ni había tenido tropiezos, no por lo menos en política y eso le ayudó a sobreponerse a sus adversarios, la más cercana, la candidata del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Maricela Velázquez Sánchez.
Pero estos dos años que han transcurrido le han representado mucho desgaste, sobre todo, porque a juicio de una buena parte de los capitalinos, el esfuerzo al frente de la comuna deja mucho que desear. Él se queja de que viene siendo bloqueado por adversarios políticos que no lo dejan trabajar, pero como quiera que sea, hay descuidos muy delicados en la conducción del gobierno municipal que le estarían restando fortaleza electoral.
Aún así, el hombre trae su punch; basta ver cuando asiste a algún evento público como los ciudadanos en una buena cantidad se dan cita de manera espontánea para saludarlo o pedirle un autógrafo. Claro, una cosa es la fama pública y otro el asunto electoral, pero se aprecia que sigue teniendo sus simpatizantes en buen número.
Si esa versión toma forma, ya no sería el objetivo que buscaba “el Cuau”, porque la idea original era ir como candidato a la gubernatura, así fuera sólo con el Partido Encuentro Social (PES). Hablar de reelección no es posible, porque con toda seguridad el PSD se la negaría, así que los tratos con el PRI tendrán que ser en otro sentido.
Pero de ir por ese lado las cosas, los pronósticos respecto a Morena también estarían sufriendo algunas modificaciones; una cosa es que Blanco Bravo acompañe a la fórmula de Morena al gobierno del estado y otra bastante diferente que venga en contra; las cosas se pondrían mucho más apretadas para las huestes de AMLO.
Habría que ver cuál es el arreglo final al que se llega. Se entiende que si ya hay una alianza Morena-PES, ambas estructuras tendrían que trabajar electoralmente en el mismo sentido. Pero éste último partido sin Blanco no es nada y la rentabilidad se caería si el edil toma distancia y por el contrario, va en un proyecto político como adversario. Los escenarios se ponen cada vez más interesantes porque las piezas del ajedrez aún no se colocan en su sitio y eso lleva a una serie de inconsistencias en la apreciación que se tienen en torno a los posibles resultados de la elección que ya está en puerta.
Una vez que se oficialice al candidato de Morena comenzarán a despejarse esas dudas y a abrirse puertas para calcular con mayor certeza hacía dónde se podría inclinar la balanza el primero de julio que viene. Incluso el PRI, con la presencia de Blanco Bravo de su lado, sería otra cosa; ofrecería mayor competitividad y en una de esas hasta logra recuperar la gubernatura que perdió hace cerca de 18 años.
Al Movimiento de Regeneración Nacional le conviene seguir teniendo de su lado al presidente municipal. Seguramente le presentarán alguna alternativa si es que no logra quedarse con la candidatura al gobierno. Aunque tampoco está fácil, todas las posiciones de importancia ya se encuentran ocupadas o por lo menos apartadas y aquellos que las sienten amarradas, no las van a soltar tan tranquilamente.
Pero la política es de negociaciones y si a los intereses superiores de ese partido le conviene llevar entre sus filas al deportista, lo van a hacer. AMLO sabe que para poder ganar la justa presidencial necesitará hacerlo con un amplio margen, a fin de que no le puedan dar la vuelta y Blanco seguramente le arrimaría una buena cantidad de sufragios en el estado que apoyarían esa causa a nivel nacional.
En el tricolor, dadas las condiciones en las que ha llegado el partido al proceso, hay quienes ya pensaban en renunciar a sus aspiraciones a la gubernatura, pero si Cuauhtémoc se les suma, así sea en la capital, el ambiente se les acomoda y como que se oxigenarían de última hora.