Por todos los antecedentes que se han visto en torno al virtual candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la presidencia de la República, José Antonio Meade, pareciera que la mesa está puesta en espera de que llegue como el principal invitado a la casa presidencial, pero a decir verdad, los escenarios que se vienen presentando son desafortunados para él.
Desde que inició el fin del 2018 e inicios del presente año, cada día nos amanecemos con una serie de informaciones y sorpresas negativas que alimentan el desánimo e incluso la desesperación de millones de mexicanos que ven cómo su situación económica y su entorno se complica gradual pero ininterrumpidamente.
Se llegó a considerar que el gobierno federal debía traer algún haz bajo la manga a fin de modificar la percepción que la mayoría popular tiene respecto al desempeño de su gobierno, pero ya estamos en el año electoral y no vemos algo que nos anime y aliente en lo que se refiere a los pronósticos de desarrollo, crecimiento y mejora de la economía familiar.
Claro, aún hay tiempo para eso, pero no hay indicios de por dónde pueda surgir alguna acción que nos haga olvidar la refriega que como gobernados nos vienen poniendo con el encarecimiento continuo de toda clase de productos básicos, el debilitamiento del peso frente al dólar –aunque como que ya hubo un pequeño respiro- y un nivel inflacionario creciente.
Los electores suelen decidir en función del estado de ánimo que traigan el día de la elección y francamente no apreciamos que se pueda revertir esa tendencia de irritación colectiva causada por una serie de golpes al bolsillo, que es lo que más duele y que, se antoja, van a continuar por buen rato.
Si no se aplican medidas que atraigan la simpatía de una mayoría inconforme, el abanderado del partido en el poder la va a sufrir, a pesar de que no existan muchas opciones viables o con mejores perspectivas de un mejor gobierno a futuro. Meade Kuribreña es un hombre muy preparado. Dícese por ahí que en materia de economía y finanzas estaría casi a la altura de un Agustín Cartens, que ha demostrado ser una eminencia en la materia.
No se pone en duda lo anterior, pero para que comience a crecer en las tendencias electorales la administración en su conjunto tiene la urgencia de modificar la mala percepción generalizada que se tiene del desempeñó institucional durante estos cinco años y que no ha abonado en bien de los más fregados.
También es de aceptarse que Meade, si es que logra llegar al cargo, garantizaría cierta estabilidad económica a nivel nacional; tiene relaciones y contactos de alto nivel dentro y fuera del país, muy en lo particular con el vecino Estados Unidos, pero en éste momento como que navegamos sin rumbo ni destino y somos presa fácil de cualquier efecto o presión del exterior que nos hace flotar con consecuencias severas.
Algo tendrá que hacer la administración del presidente Enrique Peña Nieto en el corto plazo que resta para llegar al primero de julio, día de la elección. De otra manera, el pueblo podría cobrar la factura con un sufragio adverso a esa propuesta y proyecto electoral en desarrollo.
EL SNTE EN LUCHA
En otro tema, se aprecia una creciente inconformidad de algunos sectores al interior del magisterio, por la falta de cumplimiento de la autoridad del ramo en lo que corresponde a pago de aguinaldos y prestaciones como el bono evolutivo y el pago de fin de año que siguen pendientes para algunos afiliados.
La lideresa del sindicato, Gabriela Bañón Estrada, y el representante del CEN Raymundo Valdivia Hernández analizan ya la posibilidad de generar presión para poder obligar a las instancias educativas a cumplir con sus obligaciones, porque se trata de un tema que preocupa a partir de la inconformidad de buena parte de los sindicalizados.
El problema es que por ahora pareciera no haber condiciones presupuestales para atender puntualmente dichos compromisos, pues lo que ha trascendido es que la Secretaría de Hacienda también tiene otros pendientes a los que se instruyó dar prioridad, como en lo que se refiere a la ministración de recursos del Congreso local y el depósito respectivo para el pago de la beca salario.
La cámara local de diputados no ha pagado la última quincena de diciembre a la mayoría de sus empleados y con la finalidad de no hacerle frente a la inconformidad, extendieron el periodo vacacional hasta el 15 de los corrientes.
Ante las presiones del Legislativo, la instrucción a la Secretaría de Hacienda, conforme a información proporcionada por un legislador local, fue primero atender al poder legislativo y al programa de becas y el asunto del magisterio debería aguantar hasta principios del mes entrante.
Sólo que también en el sindicato magisterial la dirigencia está siendo requerida por sus bases a fin de que realicen las gestiones necesarias para que se les cumpla con los pagos que están pendientes. Por ahora, tanto Bañón como el representante de la dirigencia nacional vienen tocando puertas por la vía del diálogo, pero no se descarta que tengan que volver a salir a la calle para generar mayor presión.
En el Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM) hay nuevos mandos: el profesor Fernando Celerino Pacheco Godínez fue relevado para ir al grupo de asesores del gobernador y quizás eso contribuya al retraso de temas pendientes en el sector educativo.
A nivel de la administración estatal no hay desajustes ni problemas financieros graves que obliguen a un retraso en la distribución del presupuesto correspondiente al año anterior o al actual, pero hay versiones de que tampoco la Federación ha depositado a Morelos lo que mensualmente le corresponde y por ahí pudiera venir el asunto.