A pocos días de que se cierre el término legal a fin de que se cumplan los requisitos impuestos por el Instituto Nacional electoral (INE) en lo que se refiere a los aspirantes independientes por la presidencia de la república, hay tres que ya se aproximan a convertirse oficialmente en precandidatos: Jaime Rodríguez “El Bronco”, gobernador con licencia de Nuevo León; Margarita Zavala de Calderón y el ex perredista Armando Ríos Piter.
Podríamos decir que el primero en lo referente al número de apoyos ciudadanos ya rebasó la meta, con más del 118% y arriba de los 17 estados que se impusieron como condición en el 1% de la lista nominal de electores. Sólo que las instituciones electorales advierten que en su caso, antes de validarlo, confirmarán que efectivamente lo presentado obedezca a la realidad y no existan algunas firmas dobles o fantasmas.
En lo referente a Margarita, está a dos o tres puntos porcentuales de lograr el 100 por ciento de los apoyos, pero en lo que tiene que ver con las entidades, le faltan dos o tres, sin embargo, dado que aún cuenta con tiempo, es casi un hecho que logrará el objetivo, que seguramente será objeto de revisión de parte del INE. Pero Ríos Piter tampoco está muy lejos de su aspiración. En lo que a estados se refiere tiene ya 16, incluso uno más que ella, aunque en lo tocante a los apoyos o firmas, se ubica con un 93%.
Sin embargo y considerando que hay espacio para tal efecto, pues podríamos anticipar que los tres llegarán y aparecerán como opción ciudadana en su calidad de contendientes por la presidencia de este país. Insistimos en que de ahí a que alcancen los votos suficientes como para ganar, hay un mar de por medio.
No será fácil y sobre todo porque los frentes integrados en esta ocasión y los partidos políticos se convierten en verdaderas aplanadoras electorales planchan a quien se les ponga a su paso y en todo caso esos tres “independientes” cumplirán con los presumibles propósitos de los monopolios en el control del poder público; pulverizar el sufragio a fin de que ellos mantengan el control institucional por otros seis años más y si todo lo anterior deriva de un acuerdo, pues seguramente serán recompensados con una lana o quizás con cargos en la administración pública federal de parte de quien se siente en la silla presidencial a partir de diciembre próximo.
Por más vueltas que le damos al tema, no encontramos posibilidades para alguien más que no sean José Antonio Meade Kuribreña del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Verde y Nueva Alianza; Ricardo Anaya del Partido Acción Nacional (PAN)-PRD y Movimiento Ciudadano, así como Andrés Manuel López Obrador del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Partido Encuentro Social (PES) y PT. Todos los demás vendrán siendo utilizados para los rounds de sombra.
AMLO: ¿Y POR QUÉ BLANCO?
Pero ahora regresando al tema electoral local, muchos desde la óptica social y desde el interior del partido Movimiento de Regeneración nacional (Morena) se siguen preguntando ¿y por qué el aspirante presidencial Andrés Manuel López Obrador se decidió por el alcalde capitalino Cuauhtémoc Blanco Bravo y no por su senador Rabindranath Salazar?
La respuesta seguramente sólo el líder moral de Morena lo sabe, sin embargo buena parte de los cuadros pensantes de ese partido, en sus elucubraciones y reflexiones dan respuestas más o menos lógicas. El por tercera vez candidato a la presidencia actuó en función de sus intereses personales y no pensando en llevar a la gubernatura morelense una fórmula con garantía de éxito en el gobierno en caso de ganar.
Lo anterior tiene altos niveles de credibilidad y de razón. En lo referente a la atracción de votos, no sólo en nuestro estado sino a nivel nacional, es el de Tepito quien le abona mucho más que el senador. Bueno, un aspirante a una diputación local mencionaba que ya hicieron un ejercicio en la materia y encontraron que Blanco, si es aprovechado cabalmente por AMLO para ganar más voluntades a nivel país, estaría consiguiendo en promedio uno o dos millones de votos para su causa.
Y hacía hincapié en que incluso, el propio “peje” sabe que muy posiblemente el gobernador Graco Ramírez le impulse por ahí diversas denuncias de carácter penal por ciertos señalamientos y acusaciones que trae detrás de sí el aún alcalde capitalino, pero que en lugar de preocuparse porque eventualmente le anulen sus derechos electorales y se quede desierta la candidatura de Morena al gobierno estatal, es lo que está esperando, porque de esa manera lo harían más víctima y que mejor que aprovechar la coyuntura para presentarlo en tales circunstancias en todo el territorio nacional. La rentabilidad electoral de Blanco Bravo crecería y en ese tenor a quién le importa que la gubernatura de Morelos se perdiera. Todo lo anterior pareciera llevar bastante lógica y la conclusión es pues que AMLO determinó en función de sus aspiraciones presidenciales; para nada pensando cómo ganar un estado para su causa.
El señor ya se comprometió a que si en este tercer intento no logra su objetivo de instalarse en Los Pinos y Palacio Nacional, regresará a su estado natal Tabasco y prácticamente colgará los guantes en lo que a su activismo político se refiere, por eso se va a morir en la raya esta vez, pero sin lugar a dudas que venderá bastante cara la derrota.
Cuauhtémoc le representa mucho, porque además si quiere que en adelante no le roben los resultados, tendrá que ganar con muy amplio margen; algo así como unos 10 o más puntos porcentuales arriba de quien se le acerque más. Con una distancia menor, se arriesga a que le repitan las dosis del pasado.
Si el famoso deportista le da dos o tres puntitos más a la distancia que ya le lleva a sus adversarios, lo aventará a posiciones bastante complicadas como para que le logren cuadrar algún fraude o de plano sería muy evidente como en el 2006, por eso optó por hacer a un lado a quien se llegó a considerar como candidato amarrado, Rabín. Pero éste seguramente será ampliamente premiado si aquel logra por fin ser el presidente de esta nación.