En el Partido Revolucionario Institucional (PRI) continúan los esfuerzos por encontrar un punto en común entre todos aquellos que aspiran a la candidatura a gobernador por el estado de Morelos. Se llevaron dos días dialogando, acompañados por la dirigencia nacional, pero sólo pudieron alcanzar que dos o tres de los suspirantes se bajaran del caballo.
Se advierte que ya en la recta final por el espacio sólo quedan tres: el diputado federal Matías Nazario Morales, el delegado de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en Morelos, Jorge Meade Ocaranza, y el ya candidato perdedor de la justa del 2012, Amado Orihuela Trejo.
Se espera pues que en las primeras horas de hoy martes el asunto quede resuelto, pero mientras tanto los tiempos se les acotan porque tendrán que presentar al bueno ante la instancia electoral para su registro este miércoles a la una de la tarde, así que con o sin acuerdo, seguramente el líder nacional Enrique Ochoa Reza será quien dé el nombre.
Pero mientras eso ocurre en el tricolor, en los otros partidos, frentes o alianzas ya tienen sus respectivos gallos de pelea y están listos para arrancar en el ruedo. Así, en la alianza PRD-PSD-Verde, van con Rodrigo Gayosso Cepeda; el Partido Acción Nacional y Movimiento Ciudadano con Víctor Manuel Caballero Solano y a menos que algo muy extraño pase de último momento, el partido Morena-PES y PT vienen con el aún presidente municipal de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco Bravo.
El escenario no está del todo claro, se necesita conocer al abanderado de los priistas para contar con más elementos de análisis, a fin de hacer algunos pronósticos respecto a lo que pueda pasar el próximo primero de julio, cuando los morelenses acudan a las urnas para elegir al próximo gobernador en los siguientes seis años.
Hasta este instante es el PRD el que ha tomado delantera y va en una fuerte precampaña territorial que, se aprecia, alcanza todos los rincones del estado; un poco cercano viene ya Morena, que estuvo dilatando la unción del precandidato por estrategia política, porque a juicio de ellos, fue una manera de mantener la expectación de algunos sectores, sobre todo los más politizados y como que su objetivo se cumplió.
Ya algo detrás de ellos viene el tricolor, que por contar con presencia en todos los municipios, de cualquier manera estuvo moviendo a sus cuadros, y algo alejado Acción Nacional, que se antoja, ha descuidado a sus estructuras más allá de Cuernavaca y se le viene imposibilitando reactivarlas.
Como quiera que sea, esa movilidad de cada uno de los institutos es parte del activismo que les da vida y presencia frente a los electores y en el orden antes descrito, cada institución ha estado haciendo lo que a juicio suyo les conviene, en una especie de rounds de calentamiento porque la batalla verdadera aún no comienza, ésta se hará presente iniciando abril.
Es aquí donde se comenzarán a observar las diferencias entre los contendientes, porque algunos crecerán más que otros. Por ahora, son quizás mínimas señales de lo que trae cada uno de los partidos y fórmulas. Pero éstas aún no están completas, porque seguimos en los registros de senadurías, diputaciones federales, quedan aún por resolver las legislaturas locales y presidencias municipales, para poder tener el cuadro completo.
O sea, ya en lo que toca a la presidencia de la república cada quien trae su gallo. El PRI con José Antonio Meade Kuribreña, la alianza PAN-PRD-MC con Ricardo Anaya y Morena-PES-PT, con Andrés Manuel López Obrador y en lo relacionado al estado el tricolor sigue esperando; panistas y perredistas llevan a Caballero y se sigue dando por hecho que Morena y aliados van con Blanco Bravo.
A partir de ahí, se pueden hacer algunas reflexiones, porque las candidaturas que en cada una de las plataformas suman o restan en la fórmula general por las posiciones, desde la más grande hasta la más pequeña, son: la presidencial y la del gobierno estatal, que a excepción del priismo, ya están resueltas a nivel Morelos.
Por lo menos en lo que corresponde al periodo preelectoral, se continúa considerando que es la figura de AMLO la que más fuerza transmite a quienes le acompañan en los distintos cargos de elección popular; luego colocaríamos casi al parejo, a Anaya y a Meade.
Y en lo que se refiere a nuestra entidad, pues el aspirante a la gubernatura -si es que se ratifica- que en lugar de restar sumaría activos a la contienda es Blanco Bravo. De consolidarse las decisiones antes señaladas, es Morena y acompañantes los que vienen con mayor alcance. Sin embargo, reiteramos, en política lo que hoy es mañana ya no y estamos sujetos a cambios de toda naturaleza.
Como lo advertimos oportunamente, el diputado federal del PAN Javier Bolaños Aguilar se registró ya como aspirante a la presidencia municipal de Cuernavaca. A reserva de ver quiénes van en la competencia desde otras trincheras, diríamos que hoy el principal enemigo electoral que tiene enfrente, es el que va por la vía independiente José Luis Urióstegui Salgado.
La cosa es que si logran ganar en la capital, pueden abonar mucho a la candidatura por el gobierno estatal. Sentimos que los panistas se pueden llevar esta interesante plaza, pero siendo honestos, no se les ve ninguna posibilidad de ganar la gubernatura, entonces no les sirve de nada a nivel estatal.
Ahora bien, en el caso de Morena, tampoco les vemos a un prospecto de alta rentabilidad para la metrópoli. Se durmieron, pudieron llevar a Urióstegui como su abanderado, pero los intereses internos obligaron a que éste declinara y en este instante no les vemos a alguien con los tamaños para poder conseguir los sufragios suficientes como para apoyar a su aspirante a la gubernatura, no obstante, dicho sea de paso, si es Blanco, tampoco necesitaría mucho de ellos.
El señor deberá aceptar que para nada ha desarrollado un buen trabajo en la capital, pero a pesar de eso, todavía muchos cuernavacenses lo seguirán apoyando, muy en especial aquellos con menos recursos que igualmente se identifican con López Obrador.