Con esas deliberaciones y análisis, están llegando a la conclusión de que necesitan obligadamente rescatar figuras como la del ex gobernador Sergio Estrada Cajigal Ramírez, quien abandonó el partido luego de profundas diferencias con el actual jefe del Poder Ejecutivo, Marco Adame Castillo.
Uno de los integrantes del grupo cercano a la corriente del senador Adrián Rivera Pérez describió este posible cuadro de competencia electoral: Sergio Estrada como candidato a senador, "pero primero en la fórmula, para que esté obligado a trabajar en serio si quiere ganar". De esa manera atraería un buen caudal de sufragios a nivel estatal.
Jorge Morales Barud, ex gobernador priísta y ex titular de la Secretaría de Gobierno, como candidato a diputado federal por el distrito de la zona sur de la entidad reforzaría la posibilidad de triunfo en la región y restaría particularmente al tricolor un buen número de sufragios.
En Cuernavaca, el aspirante a la diputación federal por el primer distrito debería ser el secretario de Turismo, Hugo Salgado Castañeda, que en este momento cuenta con una buena imagen.
Los cabecillas panistas estiman que con estos tres elementos sumados a otros cuadros con cierta atracción y carisma podrían por lo menos resguardar la posibilidad de conservar la gubernatura estatal en la justa que se aproxima, claro, manteniendo el espacio privilegiado de la candidatura a gobernador para un panista de la "sagrada familia", Adrián Rivera Pérez.
Lo curioso es que si se analiza a las piezas para ellos claves en la búsqueda de estrategias para mantener el poder, todos tienen que ver con el Revolucionario Institucional: Jorge Morales nunca ha dicho públicamente que se fue del PRI, aún se dice militante de este instituto. SECR, en la elección anterior, acabó sumándose a la campaña del priísta Manuel Martínez Garrigós y Hugo Salgado Castañeda toda su vida fue priísta.
Ello muestra pues una pobreza en la formación y fomento de valores propios. Al igual que en otras entidades de la república, parecen aceptar que su futuro en el poder local depende del apoyo de personajes del viejo partido.
Y de los tres antes mencionados, los propios panistas estiman que quien les puede dar más dividendos, a pesar de que ellos mismos lo denostaron una vez que los abandonó, es Estrada Cajigal.
En lo que respecta a Morales y a Salgado Castañeda, nos parece que no hay problema alguno, están seguramente deseosos que los convoquen a participar. La duda está en el ex gobernador Estrada; para algunos de los que proponen la fórmula anterior, el hecho de que asistiera hace unas semanas a un acto presidido por MAC es señal de que hay cierta reconciliación; no obstante, tampoco es garantía de nada.
Es muy posible que para la justa que se avecina, SECR ya quiera regresar a la política, pero seguramente estaría considerando primeramente alguna oferta del PRI, y en caso de no encontrarla, olvidar las ofensas de sus ex compañeros panistas y volver a casa.
Reiteramos, el escenario anterior parece ser el ideal mediante el cual los azules tendrían posibilidades de mantenerse al frente de las instituciones. Ciertamente que el diseño no está mal, pero no será nada fácil lograr su concreción; son muchos los agravios que se dieron entre Estrada y la sagrada familia.
Seguramente éste nunca olvidará que fue desde el interior de Acción Nacional de donde salieron las primeras ráfagas de fuego en su contra para obligarlo a que destituyera a su amigo del alma y entonces secretario de Gobierno, Eduardo Becerra Pérez, y a su jefe policiaco José Agustín Montiel López, aún preso en una cárcel de alta seguridad del Estado de México,
Que también desde ahí le echaron leña al fuego en lo relacionado al proceso de juicio político en su contra. Aunque al final, por conveniencia del mismo PAN, decidieron perdonarlo, pero buscaron ponerlo de rodillas. Todo ello debería ser valorado por Sergio para poder aceptar volver a ser utilizado por el grupo cerrado del panismo.