El compromiso de los permisionarios de sustituir las unidades en deterioro por nuevas o en su caso repotenciarlas se hizo a un lado, hay por lo menos un 30% del parque vehicular en condiciones de "chatarra", que francamente funcionan por milagro, generando incomodidad a los usuarios que deben soportar asientos rotos, ventanas incompletas y riesgo de quedarse a medio camino.
Pero la DGT mantiene una actitud de complacencia y complicidad que muestra signos de "arreglos" poco honorables con los magnates del transporte, que seguramente le agarraron la medida al señor director.
Ya ni pensar en contener el pirataje, que se volvió incontrolable, y menos en estos tiempos de elecciones que se avecinan, cuando grupos de todos colores y tendencias buscan en este rubro la manera de hacer campañas prometiendo gestionar permisos de taxis y de rutas.
Hay pues una descomposición terrible en este aspecto, a nadie parece interesarle tratar de resolver deficiencias ancestrales. Bueno, se tiene entendido que tras el uso de algunos personajes de ese medio para sabotearle las obras al alcalde de Cuernavaca, Manuel Martínez Garrigós, se apalabró la entrega de concesiones, por lo menos a quienes representan a Rutas Unidas y Federación Auténtica del transporte. ¿Será posible?
Eso es muy creíble, de otra manera se observaría un poco de mano dura y presión de las autoridades "competentes" para darle seguimiento al trabajo que inició Giles Sánchez.
Incluso resulta extraño que de pronto, los empresarios transportistas dejaran de demandar un incremento a las tarifas, algo gordo negociaron, de tal forma que hicieron a un lado esta pretensión.
Pero en las condiciones como vienen ofreciendo el servicio no tienen cara para pedir elevar los costos, particularmente rutas como la Interescolar, la 10, la 8, por citar algunas, que sigue usando vehículos muy viejos, que incluso violan la nueva ley en esa materia, que específica que los microbuses no deben superar los 10 años de vida, es decir modelos 2001 como máximo.
CUESTIONA OBRAS, INSISTE SCT
Por otro lado, tras una aparente tregua, el delegado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Fidel Giménez, intenta de nuevo obstaculizar la ejecución de algunas obras, como en el caso del distribuidor vial Emiliano Zapata.
Es muy lamentable observar posiciones encontradas en instituciones que deberían complementarse para multiplicar los esfuerzos y dar a los gobernados más resultados.
No hay ningún argumento válido para considerar que esta trascendente inversión deba truncarse, en todo caso, si hubiese algún trámite incorrecto, pues para eso están las dependencias, para ayudar a superarlo y ofrecer condiciones adecuadas para acelerar los avances.
Sin embargo, sabemos perfectamente cual es la posición que empuja a individuos como Fidel Giménez a buscar generar problemas, en lugar de soluciones, tienen que ver con asuntos político-electorales.
El Ayuntamiento capitalino ha logrado desestimular los intentos de sus detractores por buscar propiciar el enojo y oposición de los capitalinos a obras diversas como la pavimentación de la avenida Morelos Sur, que finalmente sigue su marcha.
Los ciudadanos comienzan a ver la transformación de la ciudad con el embellecimiento de áreas verdes en las principales avenidas que conducen al corazón de esta población.
Ello está silenciando la crítica progresivamente, pero personajes ligados al senador Adrián Rivera Pérez, como el delegado de Sedesol, tienen la consigna de intentar por lo menos desacreditar el esfuerzo de la comuna, porque cualquier logro va directamente en contra de sus aspiraciones electorales.
En escenarios como éste, podemos ver con mucha claridad el nulo compromiso que los políticos tienen con el pueblo, cuando el trabajo del adversario pone en peligro su carrera, hay que destruirlo a costa de lo que sea, no importa si se tienen que gastar fortunas, finalmente el dinero tampoco sale de sus bolsillos.