Bueno, aspectos como la oriundez de quienes aspiren al cargo de Gobernador del estado de Morelos se ha rebasado con la complicidad de todos los actores políticos, ante la inexistencia de cambios al artículo 58 constitucional para que avecindados puedan contender por dicha posición.
En el 2006, a Maricela Sánchez Cortés se le permitió ser candidata del PRI a la primera magistratura, no obstante que está documentada su oriundez poblana, por eso sostenemos que todo esto es un simulacro y componenda entre instituciones electorales.
Por todo lo que ocurrió en 2006 hoy nos atrevemos a sostener que la participación de Maricela fue negociada por el panismo, no tenía ninguna posibilidad de ganar, así que no había ningún problema en que violara la constitución.
Pero otra vez regresamos al tema de la mesa de la reforma, cuyos únicos efectos reales son que representa una carga más al gasto público, porque todo cuesta, los responsables de conducirla no lo hacen gratis.
¿Qué hay temas pendientes por aprobar? Ciertamente, propuestas como la revocación de mandato, veredicto popular o consulta ciudadana siguen esperando turno, pero nadie le quiere entrar considerando que mañana le puede tocar a algunos de los actores actuales ser enjuiciado por el pueblo.
En realidad, el que se llegue a una reforma electoral más completa, tampoco es garantía de transparencia, democracia y participación popular, muchos preceptos vigentes son letra muerta por la infuncionalidad institucional.
Uno de los puntos de polémica es la regulación de los gastos de precampaña. Han pasado décadas de debate al respecto y seguimos igual, cada quien hace lo que le viene en gana sin ninguna consecuencia legal, a pesar de que se contemplen sanciones a los infractores.
En su oportunidad, con el argumento de que sería un árbitro que garantizaría por fin la transición a la democracia en México, se creó el Instituto Federal Electoral (IFE), por sus delegaciones estatales.
Luego, ante la serie de conflictos post electorales, se decidió conformar el Tribunal Federal Electoral (Trife), instancia a la cual deben ir todas aquellas inconformidades derivadas de una elección, pero ha caído en lo mismo: complicidad y favoritismo, porque además los consejeros no llevan perfiles ciudadanos, son espacios de poder de los mismos partidos políticos o del Gobierno, de tal manera que por el contrario van predispuestos a favorecer a unos y a descalificar a otros.
Pero como contribuyentes, somos nosotros los que tenemos que pagar todos esos inventos que no han servido para nada y la prueba ahí la tenemos, urgen más reglas para garantizar imparcialidad y equidad en las contiendas. Nosotros consideramos que mientras no seamos capaces de saber ganar o perder, de muy poco servirán todos esos cambios.
La lucha por el ejercicio del poder público lleva a acciones verdaderamente perversas, los mismos responsables de hacer cumplir las leyes en este terreno participan activamente del lado que les conviene, son parte de las estructuras privilegiadas que viven a expensas del presupuesto público y se prestan a cualquier arreglo que les garantice continuidad.
Poder y dinero mueven todas las conciencias, no hay conflicto entre fuerzas antagónicas que no se pueda resolver en corto, cediendo espacios de mando o correspondiendo económicamente de acuerdo a la gravedad del conflicto.
Priistas, panistas y perredistas de cúpula recurren a los mismos vicios y trácalas en las luchas electorales, el acarreo, la compra de conciencias con dádivas materiales o económicas, promesas imposibles de cumplir y tantas otras artimañas que todos conocemos.
Es una cultura promovida desde las mismas esferas políticas y gubernamentales que por desgracia no será fácil de desvanecer y en todo caso tendríamos que ser los electores, quienes pongamos un acto a las marrullerías rechazando cualquier intento de cooptación, pero se aprovechan de la pobreza y marginación.