Recientemente escenificaron un duro debate en el Congreso local y se acusaron mutuamente de estar desarrollando actividades fuera de la ley electoral con miras a reforzar sus liderazgos.
Es sólo el principio de una prolongada guerra de declaraciones y acusaciones mutuas entre aquellos que se consideran con méritos para continuar en la carrera electoral.
Andrade se perfila como un aspirante a diputado federal por aquella región. El hombre ha dado muestras de solvencia económica y también de saber para qué sirve el dinero. Aprovecha festejos como el Día del Niño, de la Madre o Día de Reyes para entregar miles de obsequios que espera que se traduzcan en votos el próximo año.
Evidentemente que Andrés González, de origen cuautlense, también va por el mismo cargo, o en todo caso anda preocupado por la fortalecida presencia del panista que es, conjuntamente con el edil de Yecapixtla, Irving Sánchez, la carta más fuerte de los azules para buscar conservar o ganar algunos distritos locales y federales.
El alcalde estará buscando una diputación local y también libra una batalla campal contra la diputada priista Lilia Ibarra que intenta ir por más en las elecciones presidenciales del 2012.
Andrés llegó al extremo de proponer una investigación en torno a la fortuna que dice que atesora Andrade, presumiendo que puede haber antecedentes delicados detrás de ello; sugerencia que se quedó en el discurso, pero que muestra cómo los políticos van por todo cuando de su futuro se trata.
El Revolucionario Institucional gobierna la mayor parte de los municipios, no sólo en la región oriente de Morelos. En todo el territorio, se llevó de calle la elección pasada, pero ello ya representa mucho desgaste.
En lo que se refiere a las diputaciones locales, tienen 16 de las 30 y eso es materia de preocupación de Acción Nacional y del Gobierno que de ninguna manera quieren despedirse de la gubernatura que ganaron en el 2000. Por eso andan dándose con todo en donde se encuentran.
SEGURIDAD, SUMAN FUERZAS
Y en el tema de la seguridad y la prevención, más críticas que aplausos ha generado la propuesta oficial de sumar activos conjuntamente con los poderes y movimientos sociales en contra de la delincuencia.
Por lo menos quienes siguen manifestándose en las afueras de Palacio de Gobierno en reclamo del esclarecimiento del múltiple asesinato de los siete jóvenes, mostraron enojo por esta posición.
Ello sustancialmente porque previa celebración de la erección de Morelos como estado, les desmontaron algunas pancartas y mensajes que montaron desde los desafortunados sucesos, cosa que los llevó a la entrega de una carta al gobernador Marco Adame Castillo.
La sugerencia se dio durante la presencia de Adame en el Congreso local este domingo, pero no ha sido bien vista por los inconformes. Es de considerar que lo mejor que puede ocurrir es una posición unánime de fuerzas públicas contra la inseguridad. Las diferencias sólo nos llevan al debilitamiento de las políticas gubernamentales aplicadas en la materia.
Por lo menos observamos una actitud distinta de las fracciones parlamentarias locales. Salvo un diputado perredista que mostró enojo por lo que viene pasando, la mayoría de los legisladores hizo a un lado sus diferencias con el jefe del Poder Ejecutivo y ya no insistieron en el juicio político o la renuncia de funcionarios.
Lo anterior debe ser producto de acuerdos entre las partes; ya los conocemos. De todos modos debe imponerse la civilidad porque los enfrentamientos sólo daban muestra de una descomposición de las estructuras de poder mientras los delincuentes avanzan en sus propósitos de control hasta lo institucional. No obstante, sabemos que estos pactos son coyunturales en un momento en que se imponen las ambiciones electorales.