Hasta ahora las instituciones relacionadas con la prevención y persecución del delito se venían centrando en la delincuencia organizada, cediendo amplios espacios del resto de los delitos que proliferaron en todos los órdenes.
Aquí se les presta atención, sin embargo, hay algunas inconsistencias, especialmente en lo que tiene que ver con el respeto a los derechos humanos en las revisiones de rutina.
Por más que se diga lo contrario, buena parte de los elementos policíacos que intervienen en este trabajo adolecen de modales, buenas costumbres y formación para tratar a los ciudadanos.
En la mayoría de los casos, sin haber razones suficientes, se nos considera delincuentes y eso no puede seguir permitiéndose, son muchas las irregularidades sumadas en contra de inocentes.
El asunto es que sólo se dispone de unos 10 observadores para las 23 rutas de entrada y de salida al estado, es decir, que no habría personal suficiente para dar fe del funcionamiento adecuado de esas revisiones y ello podría comenzar a provocar algunas reacciones.
Hay asuntos muy delicados que aún no se resuelven, derivado de todo ese esquema de prevención y persecución de la delincuencia, uno de estos casos es el de Jethro Ramsés, que nadie sabe de él a pesar de que ya hay pistas muy directas de los responsables.
Pero además se trata de una acción coyuntural, no permanente, y no sólo eso, el sistema de operativos, programa estructurado a nivel nacional, pudiera ofrecer resultados acaso medianos, porque como decía un analista, ya dieron pormenores de lo que se viene haciendo, así que la delincuencia puede darse unas vacaciones mientras se termina y después de ello regresar a sus fechorías.
Mientras se continúa pensando en cómo hacer de esta responsabilidad gubernamental, una plataforma para sacarse la foto y generarse buena imagen, no podremos avanzar.
Lo más sensato sería actuar con discreción y hasta confidencialidad, para agarrar por sorpresa a los delincuentes, una vez con resultados en la mano, ir con los medios de comunicación y darlos a conocer.
Pareciera pues que continuamos experimentando, nos encontramos ya en la etapa final de la administración estatal y federal, y tendríamos que contar con acciones muy consolidadas y efectivas en esa materia, sin embargo lo que vemos es lo contrario, programas coyunturales derivados de un resultado insatisfactorio que además es severamente cuestionado por los gobernados.
Algo que no se ha dicho, es qué trabajo se viene realizando para contener el crecimiento en el consumo y distribución de drogas al menudeo, los operativos no contemplan esto de manera específica y se trata de un tema bastante delicado.
A partir del consumo de enervantes se comenten una serie de delitos en cadena, de ahí que el solo hecho de no estar incluido en la lista, es una muy fuerte deficiencia.
Pero lo que escuchamos del titular de la Secretaría de Seguridad Pública también fue materia de reflexión entre muchos compañeros, que sólo el 40% de los elementos de las corporaciones policíacas han sido sometidos a exámenes de confianza, es decir el 60% todavía no es revisado.
Se sostuvo que quienes participarán en las revisiones es personal certificado, es decir, en ello no intervendrá ese 60% que está fuera. El argumento fue que habría insuficiente infraestructura para poder hacer los exámenes, lo que indica que contamos con serias deficiencias en muchos sentidos a pesar de cientos de millones de pesos canalizados para los propósitos de seguridad.
Hace meses se hizo también mucho ruido con aquello del supuesto desarrollo de programas de seguridad coordinados con los municipios, que contemplaba la instalación de decenas de video cámaras, sobre todo en las tres grandes zonas conurbadas del estado, Cuernavaca, Cuautla y Jojutla.
Que sepamos, todo se quedó a medias, nunca se cumplieron las metas y hoy nos encontramos con la famosa "policía acreditable" y estos operativos que igual, en su oportunidad quedarán rebasados por las circunstancias y resultados escasamente justificables, más aún si vienen acompañados de maltrato y vejaciones a la dignidad humana.