Bajo ese contexto, las primeras acciones van en el sentido de reclutar a los cabecillas de la "sagrada familia" para dos objetivos: el primero, buscar acomodo para quienes no están muy bien posicionados en las estructuras de la administración pública y, segundo, abrirles las puertas a otros que, se consideran, son parte fundamental de ese grupo que vive momentos de incertidumbre a pesar de que gobiernan la entidad.
Por lo pronto, quien fungía como titular de la representación de Morelos en el Distrito Federal, José Raúl Hernández Ávila, ha sido colocado al frente de un organismo casi sacado de la manga, algo así como "Instituto Morelense del Sector Productivo", es decir, una instancia descentralizada que estará manejando recursos para resolver solicitudes de crédito a nivel de pequeña y mediana empresa; para acabar pronto, una plataforma para que el ex alcalde capitalino recupere algo de contacto con el sector social.
¿Cuál es la intención de fondo de movimientos como éste? Generarles las condiciones para justificar en su oportunidad volver a promoverlos para cargos de representación popular, pero por la vía plurinominal.
Desde este momento, pronosticamos que José Raúl será promovido hacia una diputación local de representación proporcional, quien en su momento fue el coordinador de la bancada panista.
Y por ahí van las cosas con el titular de la Secretaría de Gobierno, Óscar Sergio Hernández Benítez. Es seguro que el hombre contará con algún lugar en la estructura de representación social que viene, pero del mismo modo deberá ser por la vía asegurada.
Todas las reflexiones los llevan a considerar que difícilmente podrán ganar alcaldías y distritos electorales por el camino de la mayoría, y desde luego, los que conforman la "sagrada familia" son mano*** en lo que puedan llevar asegurado.
Es decir, lo que se pueda negociar, así como la diputación federal de circunscripción, la senaduría en segunda fórmula y las diputaciones locales plurinominales van a quedar en manos de esos personajes.
Ya para quienes se ubican en un segundo círculo, serán las candidaturas de mayoría, o sea, éstos sí van a tener que ir a la guerra en las elecciones a buscar el voto popular e invertir recursos si es que quieren dar la pelea. Nada para ellos será fácil.
Y mire que ya nos queda menos de un año para el día de la elección presidencial, que será en la primera semana de julio y las mediciones, por más que le buscan los panistas, les dicen que van en la retaguardia.
Bueno, por ahí se destaca que entre los temas abordados en una reunión cerrada se mencionó que todavía tienen en puerta algunas inauguraciones de obras importantes como en el caso del aeropuerto Mariano Matamoros, lo del parque tecnológico en Xochitepec, a cuyo corte de listón pudiera venir nuevamente el presidente Felipe Calderón, pensando que ello les dará oxígeno, pero en realidad -lo vimos en esta visita del michoacano- su presencia no genera ninguna expectación ni entre quienes van a los eventos. La recepción es muy fría.
Es decir, por donde quiera que le buscaran, acabaron considerando que las cosas les vienen algo difíciles y por lo tanto hay que ir preparando el escenario para que sea menos pesado y por lo menos asegurar a los de casa, aunque los demás se queden en la intemperie.
En medio de este conflicto, incluso vienen reconociendo -tardíamente- que el ex gobernador Sergio Estrada Cajigal pudiera ser factor importante en la decisión ciudadana y que si lograran convencerlo de que les volviera a ayudar, a lo mejor el descalabro no sería tan duro. Pero de acuerdo a lo que sabemos, aquél de los panistas no quiere saber nada; acaso ayudará muy personalizadamente a algunos, pero con una visión a futuro muy diferente a la que ocurrió en aquel 1997 cuando ganó para el PAN la presidencia municipal de Cuernavaca.