El asunto es que desde Capufe se dieron todas las facilidades; más aún, se echó mano de recursos materiales, lo cual igualmente debe ser materia de penalizaciones.

Pero, ¿quiénes fueron los que propiciaron todo este caos? Uno de ellos es José Salcedo, quien es considerado al interior de la asociación de colonos de la zona como un "vividor, extorsionador, oportunista, que trafica con permisos”, y a decir de algunos informantes, ni siquiera desarrolla un trabajo formal.

Hay otras personas cuyos nombres serán revelados próximamente, entre los cuales están los hijos de un notario muy conocido, y que lograron convencer a los funcionarios de Capufe para que colaboraran en esa irregularidad.

El tercer involucrado es el funcionario de Capufe, Alberto de la Peña, subdelegado de Derecho de Vía de la paraestatal. No obstante, igualmente aparece Pablo Santander Treviño, quien es un hombre agresivo que amenazó a los policías con golpearlos y meterlos a la cárcel asegurando ser amigo de altos funcionarios del gobierno federal y estatal.

Las cosas están muy calientitas; las reacciones de los afectados también. Quieren una explicación de los hechos, porque sin antecedente alguno procedieron a bloquear.

Se menciona que cuentan con un recurso legal para mantener una reja en la calle Sinaloa, la cual había soldado para impedir el tráfico, pero las autoridades también abrieron ese paso por ser totalmente ilegal.

Pero se insiste en que Capufe, a través de algunas de sus autoridades, recurrió a la utilización de materiales y equipo en lo que constituye una desviación de recursos, porque debieron transportar las pesadas barreras en primera instancia y posteriormente colocarlas con una grúa.

Los colonos cuentan con una fe notarial de hechos ante el licenciado Hugo Salgado, donde se hace constar que dichas calles están abiertas, por lo que hay todos los elementos para proceder penalmente contra los responsables de los cierres.

COMIENZA EL JUEGO DE LAS ENCUESTAS

Y como ya es característico de tiempos preelectorales, las mediciones de las tendencias de los principales partidos a contender en las elecciones del 2012 y desde luego de aquellos personajes que buscarán posiciones, ya han iniciado.

Hay números que comenzarán a valorarse a medida que los plazos se acorten y se aproxime el momento de la unción de cuadros de competencia por los principales cargos de elección popular.

Y aquí en lo que se refiere a Morelos, el platillo fuerte es sin duda la gubernatura. En ello están centradas las miradas de las tres grandes fuerzas partidistas, PRI, PAN y PRD. Aunque la alcaldía de Cuernavaca no es platillo menor.

El asunto es que si hoy fueran las elecciones, por el lado del tricolor quien estaría en la antesala de la candidatura por la administración pública estatal es el edil capitalino Manuel Martínez Garrigós, seguido de cerca por el líder estatal de su partido, Amado Orihuela Trejo.

Esto no es novedad. Las mediciones hace rato están favoreciendo sensiblemente al edil, pero frente a los otros dos partidos, que es realmente lo que importa, hay una distancia todavía superior, porque en el caso de Acción Nacional es el senador Adrián Rivera Pérez el que no ha dejado de moverse en busca de la candidatura, pero con un enorme voto de castigo desde el interior de los azules. De tal manera que es muy posible que deba declinar para ceder el paso a alguien que pueda garantizar mayor competencia.

En el caso del PRD, ocurre lo mismo. El senador Graco Ramírez, rechazado en el perredismo por más de la mitad de las estructuras, insiste en ser el abanderado por la primera magistratura. Pero bajo esas circunstancias, los priistas van solos muy arriba en las tendencias.

El PAN juega diversas cartas; entre ellas, el secretario de Obras Públicas, Demetrio Román Isidoro, o el titular de Finanzas y Planeación, Alejandro Villarreal Gasca.

Este último encabezó un interesante evento deportivo el pasado fin de semana en donde contó con la presencia del obispo de Cuernavaca y del ex gobernador Sergio Estrada Cajigal Ramírez, así como del diputado federal Jesús Giles Sánchez.

Observamos ya un buen trabajo estructurado. Por eso sostenemos que la decisión pudiera darse por alguna de estas opciones y el senador Rivera Pérez tendría que esperar una nueva oportunidad. Hoy sus activos están muy desgastados.