Por lo pronto, el pasado fin de semana, durante la celebración de aniversario del instituto político, a nivel de discursos, Adame y Rivera se dieron con todo, ante la sorpresa de los concurrentes que optaron por mantener el silencio.
El "chaparrito" apeló a sus añeja militancia, salió con el argumento de que es uno de los panistas de toda la vida, con muchos derechos, porque le tocó en su oportunidad pegar propaganda y realizar trabajo de base, es decir, consideró que por antecedentes históricos le toca el turno hacia la candidatura por el Gobierno de Morelos, como si ese solo hecho le diera de manera natural la fortaleza que necesita para enfrentar un proceso por demás difícil.
El gobernador le contestó con mucha más inteligencia y nivel, pero de todos modos la confrontación discursiva dejó fríos a más de un panista que en corto seguían considerando que así como andan las cosas, dan por hecho que el ejercicio del poder público se les está acabando y a finales del 2012 regresarán la estafeta a quienes se las arrancaron en el 2000, los priistas.
Pero el escenario muestra vientos de tormenta, no sólo por lo que pasó en esa dizque celebración. Hay muchas más razones y elementos para advertir que habrá encontronazo de trenes en los momentos decisivos de definición de fórmulas, porque el senador está siendo muy selectivo y amenaza con dejar fuera de toda oportunidad a quienes no comparten su proyecto.
Bueno, se afirma que una de las razones por las que un hijo de Marco Adame renunció al PAN recientemente, es porque se le rechazó la petición de ser incluido en algún espacio de competencia electoral.
Tenemos datos respecto a la intención de algunos personajes del blanquiazul que ya se anticipan al desastre y están buscando alguna negociación con los priistas para no quedarse fuera de la jugada en el futuro inmediato.
Claro, no pocos de quienes no van a aceptar la candidatura de Rivera Pérez hacia el gobierno estatal, voltean los ojos hacia el partido Movimiento Ciudadano, antes Convergencia a fin de utilizar esta plataforma para intentar participar en las elecciones.
Bueno, el propio ex gobernador Sergio Estrada Cajigal ha sostenido que pudiera usar sus activos políticos para apoyar algunas fórmulas, pero aclara que de ninguna manera le hará el caldo gordo al panismo.
Al único que "apadrinará", si las condiciones se le presentan, es al Secretario de Finanzas y Planeación, Alejandro Villarreal Gasca, quien también busca la candidatura al gobierno estatal y con muchas posibilidades, porque es el coordinador de campaña de Ernesto Cordero, quien va por la presidencial.
Villarreal Gasca es una de las figuras que podrían darle mayor competitividad al PAN por sus perfiles ciudadanos, es una figura fresca en política y llevaría la bendición del gobernador Marco Adame y la ayuda de Estrada Cajigal.
Pero Rivera Pérez considera que por turno le toca, aunque todo indica que sería para llevar a su partido a una estrepitosa derrota a manos del tricolor, que ya con mucha anticipación viene festejando el regreso.
Sus adversarios partidistas no olvidan algunos de sus desafortunados excesos, uno de ellos es aquel que protagonizó durante una fiesta de cumpleaños de quien en ese entonces era su secretario de seguridad pública, Víctor Hugo Valdés, cuando se desempeñaba como alcalde de Cuernavaca.
La pachanga se llevó a cabo en un rancho que el ex jefe policiaco tiene en Puente de Ixtla, su tierra natal.
Ante la reacción de los familiares del periodista con el que se propasó en esa ocasión, lejos de pedir disculpas, desarrolló una especie de persecución e intimidación que llegó hasta el domicilio de estos mediante mensajes de intimidación.
Este es sólo un caso de muchos más que dan fe de un personaje que busca contender por la gubernatura y el asunto es que la mayor parte de los panistas están muy conscientes de todo ello.