Son muchos los compañeros que en el ejercicio del deber han sido privados de su vida, afortunadamente en el caso de Morelos, aún podemos considerar saldo blanco, sin embargo no está por demás buscar mecanismos de protección, el clima de inseguridad es elevado en este territorio.
Ayer se signó precisamente este acuerdo con el gobernador Marco Adame Castillo, no obstante tampoco se establecieron mecanismos o reglas claras que hagan ver por donde se trabajará al respecto, la verdad es que se trata de una tarea difícil de cumplir.
Y lo que decía el subsecretario de asuntos jurídicos de la Secretaría de Gobernación, Felipe de Jesús Zamora, quien acudió al evento, es real, ante los riesgos que se tienen en el desempeño de las tareas informativas, se viene llegando a la autocensura.
Por eso decimos que no vimos ayer algunas de las estrategias a aplicar, porque hay pocas posibilidades de evitar hechos desafortunados, quienes pueden en todo caso medir consecuencias, son los propios compañeros.
Pero ciertamente que no tenemos datos de antecedentes delicados en contra de periodistas, hace buen rato que no se presentan sucesos de relevancia en este terreno, pero ello es atribuible a un cuidadoso manejo de la información.
Y como se decía, en efecto, hay muchos espacios que informativamente son poco explotados, no porque se desconozcan, por el contrario, porque se conocen de fondo y la mejor manera de no entrar en controversia con intereses fuera del orden legal, es darles la vuelta.
También es cierto que ello es en detrimento de la sociedad, porque ésta no cuenta con datos suficientes respecto al mundo cercano que la rodea, en la mayoría de los casos se encuentra en medio de malandrines y de potenciales delincuentes que están en su acecho.
Más allá de nuestra responsabilidad de informadores también somos ciudadanos, padres de familia, y sabemos que meterse profundamente a la denuncia contra aquellos que han decidido vivir fuera de las leyes, es casi mortal en estos momentos.
Las autoridades están muy bien enteradas de todo lo que viene ocurriendo y no hacen nada en absoluto para recuperar el estado de derecho, los cuerpos policíacos municipales son instrumentos de muy baja utilidad, ni siquiera factor de prevención del delito, porque llegan cuando ya los responsables de alguna fechoría escaparon.
Las fuerzas estatales acaso contribuyen con las federales en la instalación de retenes de revisión, fuera de eso, tienen escasa incidencia en el trabajo efectivo de combate a la delincuencia, esto anda muy descompuesto, nadie tiene garantías para desarrollar su trabajo y a pesar de la firma del convenio multicitado, no observamos cual será la estrategia de protección.
Los grupos organizados le perdieron el respeto a la autoridad, es más, hay espacios donde han establecido pleno dominio y los "guardianes del orden" parecen simple decoración, porque ni el Bando de Policía y Buen Gobierno aplican, los borrachines y teporochos pululan por todos lados con la complacencia de los uniformados.
Sólo se ven actos espectaculares, discursos y propuestas, a fin de mejorar el presupuesto orientado a la persecución, prevención y sanción del delito, pero en la realidad no hay resultado visible.
Es una especie de simulacro donde las instancias competentes tienen mucha responsabilidad en este estado de cosas, la población está muy consciente de eso y ha optado por guardar silencio como manera de no meterse en problemas.
Efectivamente como informadores le estamos fallando en mucho a los lectores, éstos no cuentan con todos los elementos informativos para tomar decisiones, mucho menos estamos cumpliendo con la responsabilidad histórica de cuestionar el deficiente desempeño de las instancias públicas en esta materia. Pero es parte de lo mismo, la sensación de un entorno de indefensión, en el que cada quien tendrá que hacerse cargo de su integridad física por el incumplimiento de los distintos niveles de Gobierno en tales tareas.
Habrá que ver cuál es el resultado de estos acuerdos signados con la federación, pero la mejor forma de garantizarnos seguridad es aplicando la Ley en contra de quienes la violan, pero la impunidad es el signo visible en estos asuntos.