En este sentido, queda claro que solo son tres los que cuentan con mayores alcances al respecto: el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Acción Nacional (PAN).
Los demás harán un buen esfuerzo y en la mayoría de los casos buscarán alianza con alguno de estos institutos de mayor jerarquía, pero entre esos tres se perciben algunas diferencias.
Por encima del esfuerzo proselitista que cada organización desarrolla en busca de acercamiento con los electores, la institución que mayor capacidad de movilización ciudadana logra es la que garantiza más votos.
A esto se le conoce como el "acarreo", porque efectivamente los operadores partidistas se encargan de que los ciudadanos efectivamente salgan a emitir su voto el día de la elección así sea con base en la entrega de algunos apoyos consistentes en despensas u otros beneficios.
Todo tiene un costo, eso lo sabemos, porque ellos mismos despertaron en los electores el interés y hoy día buena parte de los habitantes en edad de votar lo hace en función de lo que recibe, es decir, va a favor de quien ofrezca más.
Y en estas prácticas consideradas hasta cierto punto fraudulentas, porque coaccionan el sufragio, todos participan. Mienten quienes sostienen que respetan absolutamente la voluntad colectiva. Panistas, priistas y perredistas tienen esquemas y métodos muy parecidos; la única diferencia puede ser la manera de operarlos.
Bueno, en las elecciones del 2006, por ejemplo, tomó mucho revuelo aquello de que el PAN echó mano de la tecnología para asegurar que a quienes entregaba dinero o despensas sufragaran por sus candidatos. A través de celulares que entregaban al elector, éste tomaba la foto en el momento de cruzar la boleta y la entregaba a un "operador" de ese partido que le daba lo acordado.
Es decir, hasta en esto se vienen modernizando los mecanismos, pero el caso es que todos hacen hasta lo imposible para "convencer" a los votantes.
Por eso insistimos, el partido que llegue con la maquinaria más aceitada contará con ventajas sobre sus adversarios, y hoy vemos que los priistas llevan un paso adelante.
Cuentan con una serie de sectores y organizaciones que cobran vida después de casi una década de letargo, disponen de un sector campesino, un popular, por cierto muy activo porque Samuel Palma César le ha inyectado vitalidad, un juvenil y muchos personajes más que andan ya recorriendo colonias y calles, barrios y poblados sin descanso.
El PAN sigue aletargado. Hasta pareciera que su CDE con Germán Castañón a la cabeza está divorciado del gobierno estatal. Hace mucho que no le vemos acompañar en ningún evento al gobernador Marco Adame Castillo y eso le resta potencialidad.
¿Qué está pasando ahí? Solo ellos lo saben. La realidad es que no muestran gran fortaleza estructural y eso necesariamente se reflejará en los resultados de la elección.
En lo que se refiere al PRD, sus cuadros suelen ser mucho más activos. Han sufrido amargas experiencias. Los cuadros de convicción continúan considerando que les robaron la presidencia de la república en el 2006.
Están haciendo el esfuerzo pero hay un distanciamiento bastante marcado entre quienes impulsan nuevamente la candidatura de Andrés Manuel López Obrador y aquellos que andan en esto por intereses personales, como el senador Graco Ramírez, extensión del brazo de los "chuchos", aliados del panismo a nivel nacional y partidarios de una alianza con la derecha.
Cuando se ponen a trabajar, hacen cosas buenas. Suelen ser como hormigas: recorren todo el territorio casa por casa. Pero se antoja que andan un poco disminuidos.
Parece pues que el tricolor viene por lo que perdió en el 2000, incluso los aspirantes a cargos de elección como el presidente municipal, Manuel Martínez Garrigós, cuentan con estructuras propias. El hombre ha mostrado capacidad de convocatoria y es el único que ha concentrado a miles de simpatizantes en varios eventos. Viene el cierre; habrá que ver quién es quién en la disputa por la candidatura al gobierno estatal en cada partido.