No ha sido nada fácil para ninguno de los dos aventajar al contrario. El primero basa sus aspiraciones en el trabajo que viene entregando a la capital del estado y que, podemos considerar, lo tiene prácticamente terminado.
Independientemente de obras menores al interior de cada colonia en Cuernavaca, el joven edil le apuesta mayoritariamente al reconocimiento de acciones sobresalientes reflejadas en inversiones cuantiosas y largamente reclamadas por algunas zonas específicas de la ciudad; una de ellas es el distribuidor vial Emiliano Zapata.
Esta acción es una de las más importantes por el beneficio que representa, particularmente en lo que tiene que ver con evitar accidentes continuos que llegaron a costar muchas vidas.
Pero a lo anterior hay que agregarle la remodelación y mejora de la avenida Morelos, desde El Polvorín hasta Comercial Mexicana del centro, que hoy luce con una serie de fuentes que dan mayor realce al entorno.
Más aún, acaba de inaugurar uno de los dos parques construidos recientemente, el de Acapantzingo, y mire que es grande y cuenta con instalaciones para distintas actividades deportivas. Pero previamente había cortado el listón del Parque Tlaltenango.
Ahora va por la inauguración de la jardinería en calles y avenidas. No tenemos aún fecha, pero suponemos que con eso estará cerrando el ciclo más productivo de su gestión.
Habrá que ver pues de qué manera se refleja todo este esfuerzo en apoyo social a la hora de la verdad, porque es muestra de lo que puede hacer en caso de lograr la gubernatura.
Pero tiene enfrente a un aguerrido dirigente estatal del PRI, Amado Orihuela, que a diferencia de MMG cuenta con la estructura formal del instituto para echarla a caminar en caso de ser necesario.
Orihuela tiene su mayor apoyo social en las áreas rurales; él mismo proviene del sector campesino, pero fundamentalmente en la parte sur de Morelos, desde Jojutla hasta Coatlán del Río, y buscará apoyarse en esta fuerza para alcanzar el sueño dorado de ser candidato a gobernador.
Suponemos que el compromiso de que el que pierda la gubernatura encabezará la fórmula al Senado de la República sigue, y tampoco es una posición despreciable, incluso genera la posibilidad de conocer el oficio político desde las grandes ligas y en mucho ayuda a la formación de los políticos.
Difícilmente se podría predecir en este momento hacia dónde están cargados los dados. Cada corriente sostiene que va adelante, y es lógico; tiene que privar el ánimo triunfalista y la confianza, pero aun quien se quede estará perdiendo una batalla, no la guerra porque los dos son jóvenes y todavía les queda oxígeno para aspirar a esa misma posición dentro de seis años. Bueno, MMG anda abajo de los 35 años; imagínese la vida política que le resta.
Las cosas aquí siguen pues muy interesantes a diferencia de lo que pasa en el CEN del PRI. Allá todo parece definido -aunque siempre lo estuvo. Nosotros nunca consideramos que Manlio Fabio fuera rival serio.-, la estafeta será para el ex gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, porque no hay enemigos enfrente.
Lo anterior sólo muestra que a diferencia de procesos de selección de candidatos presidenciales anteriores, esta ocasión no tendrán el problema de la ruptura interna que tanto esperaban sus adversarios panistas y perredistas.
En este momento, quien representa la mayor oposición en la contienda constitucional es el casi candidato perredista, Andrés Manuel López Obrador, pero bastante rezagado.
Falta que el panismo se defina. Nosotros consideramos que no hay de otras y que Josefina Vásquez Mota acabará siendo la abanderada blanquiazul, pero en esto suelen pasar muchas cosas. Es mejor esperar tranquilamente a que las cosas se pongan en su lugar.
El asunto es que para Morelos, lo reiteramos, por parte del priismo quedan en la recta final por la gubernatura Amado y Manuel. Todos los demás tendrán que buscar integrarse a una gran fórmula que le dé más fuerza al proyecto, porque los panistas se van a defender y con todo.