Era acaso pasado del medio día cuando habló así, pero ya entrada la noche desde la comuna se envió a los medios de información un comunicado en el que se anunciaba la realización de una sesión extraordinaria de cabildo, que tampoco explicaba los temas a abordar.
Y ayer el único asunto a tratar en tal sesión fue precisamente su solicitud de licencia para ir por la candidatura a la primera magistratura morelense. Por eso insistimos en que nos parece muy difícil dar lectura a estas señales porque ¿acaso sostuvo ese diálogo esperado con Moreira, quien le habría aconsejado intensificar su lucha de precampaña? Pues la convocatoria para este importante cargo aún no sale.
Pero desde la trinchera de enfrente se sigue insistiendo en que todavía no hay nada amarrado para nadie y que se deben esperar a los tiempos que marcan los estatutos priistas para tal efecto.
Sin embargo, para la absoluta mayoría, el que anticipara su determinación de dejar la alcaldía es porque está seguro de que se cumplirán sus aspiraciones y ésas son ser el candidato priista al gobierno estatal.
Pero es de considerar que ya tenía preparado algún paquete, porque realizó una serie de cambios previos precisamente para llevarse parte del equipo al trabajo electoral.
A nivel federal a nadie le cabe duda que Enrique Peña Nieto es ya el candidato; sólo falta que llegue el día de toma de protesta y para ello hay que esperar unos meses todavía. Pero de eso estábamos seguros hace por lo menos dos años, porque desde el interior del partido el señor nunca tuvo una real competencia por este espacio.
Quien decía que la quería es el senador Manlio Fabio Beltrones, pero en las encuestas Peña lo llevaba como por seis a uno, así que en la práctica no tenía rival en el camino.
En lo que corresponde a la lucha por la candidatura tricolor hacia el gobierno de Morelos, se apuntaron por lo menos diez, aunque a decir verdad los únicos que tienen posibilidades de obtenerla son dos: Amado Orihuela, desde el CDE del PRI, y el propio MMG. Por eso aquí las cosas son distintas y, además, en las tendencias van muy cerca el uno del otro.
Ahora bien, sabemos que la instrucción de Humberto Moreira es que por ningún motivo y pase lo que pase deben entrar en conflicto el uno con el otro, a fin de evitar el enfrentamiento; hasta les puso a un intermediario que tiene la responsabilidad de mantenerlos en permanente diálogo y concordia para no llegar a situaciones de antaño, cuando esas diferencias entre grupos provocaron pérdidas electorales irreparables.
Y ateniéndonos a información desde dentro del tricolor, lo peor que le puede pasar a quien pierda la candidatura por el gobierno morelense entre ellos dos, es que iría a encabezar la fórmula por el Senado de la República, que tampoco es cosa menor.
Claro, todas las mediciones hoy los ponen en ventaja frente a los adversarios en su intención de recuperar la presidencia de la república y la gubernatura de Morelos y el que sea ungido candidato está muy cerca de ser gobernador, como en sus mejores tiempos. Sin embargo, por la edad de ambos, el que pierda el proceso interno bien puede esperar otros seis años y volver a buscarla en el 2018.
Igual y las condiciones ya son otras, porque de ganar la elección, para ese entonces serán otra vez los priistas los que comiencen a cargar con el desgaste que provoca ejercer el poder público, pero hay esperanzas de todas maneras.
El solo hecho de que recuperaran algunos espacios, la mayoría en el Congreso local y casi la mitad de las presidencias municipales en la entidad, ya les va a representar un costo. Para el 2012 y a pesar de la influencia Peña Nieto, se prevé que el PRI perderá varios
Ayuntamientos y distritos locales. Mientras tanto, Rogelio Sánchez Gatica se hace cargo de la comuna para terminar el trienio.