Se nos aseguró que se haría una cuantiosa inversión para el uso de tecnología en la materia colocando videocámaras prácticamente en todo el estado, particularmente en sitios estratégicos y cruceros clave para captar imágenes de cualquier incidente, y todo indica que fue pura demagogia.
Se llegó a decir que los Ayuntamientos no facilitaban las cosas, que había que establecer convenios y todo tipo de excusas cuando no se cumplía con las expectativas. Lo cierto es que de todo eso no vemos nada, pero la lana sí se esfumó como el viento.
Se pasó luego a los famosos exámenes de control de confianza --ojalá nos equivocáramos-- pero son otro fraude de magnas consecuencias; o se pueden maquillar o son infuncionales porque de ninguna manera han representado una baja en el nivel de complicidades entre los servidores públicos del sector y la delincuencia organizada.
Y todavía continuamos con ese tema --a juicio del que escribe-- perdiendo inútilmente el tiempo, mientras que el estado sigue mostrando graves índices de perversión en la materia.
Ahora estamos en la antesala de la muy publicitada "Policía Acreditable" que otra vez, a decir de las lúcidas autoridades, será el remedio a nuestros males, los súper policías que serán el azote de los malos como en las películas de héroes.
Lo único cierto es que estamos tocando el fin a otro sexenio y no vemos cómo ni por dónde logren cumplir los compromisos al respecto. Es doloroso aceptarlo, pero la percepción e indicios son que por el contrario entraremos en situaciones más complicadas, porque el régimen en turno empieza a mostrar debilidades y a perder fuerza en el ejercicio del poder.
Hay sucesos recientes muy escalofriantes que demuestran la inutilidad de todas esas estrategias que sin embargo nos cuestan a los contribuyentes mucho dinero, porque lo único efectivo es que se justifica el gasto de decenas de millones de pesos que habrá que ver realmente hacia dónde van y a quiénes han beneficiado.
La sociedad en su conjunto está a merced de los enemigos públicos, las corporaciones policiacas municipales son prácticamente inexistentes y tampoco las estatales o federales han mostrado capacidad real para imponerse.
El sentimiento de la absoluta mayoría de la población es en el sentido de que no hay autoridad y su vida pende de un hilo; más aún, una vez víctima de algún delito, tampoco encontrará respuesta en las instancias "competentes" para resarcir el daño o castigar a los responsables. Por el contrario, lo más seguro es que se convierta en doble víctima y acabe complicándose más la vida.
Pero la interrogante sigue siendo, ¿hasta dónde vamos a llegar o a permitir que se llegue? Parece que tendrá que ser una reacción colectiva de mucha fuerza y unidad la que logre obligar a las instancias gubernamentales a intentar por lo menos cumplir con sus obligaciones y facultades.
Eso sí, hay quienes ostentan posiciones en este rubro bastante bien pagadas, con todo tipo de apoyos y prestaciones, un auténtico pelotón de elementos de seguridad personal para salvaguardar los intereses.
Pero todo eso lo único que nos indica es que ellos mismos se saben vulnerables. La única diferencia es que echan mano de recursos públicos del estado para sus intereses muy particulares y quienes aportamos el dinero andamos en la intemperie.
Todas las señales siguen indicando que la complicidad llega a todos los niveles de gobierno, incluso en muchas partes de la entidad ya se tiene que pagar cuota de seguridad a las bandas organizadas del delito.
Eso se sabe perfectamente en todos lados y nadie hace nada por los afectados. ¿Qué indica esto? Pues que son incapaces y vienen defraudando a sus gobernados por incompetencia o le están entrando al negocio. Consideramos que es esto último.
Y a pesar de esa incapacidad institucional, se sigue solicitando más dinero en la Ley de Ingresos y Egresos para este fin, ya sea para armas, patrullas o equipo, aunque no para mejorar el pobre salario de los agentes, en una promesa de modernización y mejora estructural que no se ve por ninguna parte porque los escenarios se antojan mucho más graves hoy.