El propio jefe del Poder Ejecutivo los invitó a irse si quieren buscar un espacio en las candidaturas panistas. La mayoría lo sigue pensando. Y por lo visto será el secretario de Desarrollo Agropecuario (Sedagro), Bernardo Pastrana Gómez, quien ponga el ejemplo. El señor ha dicho que presentará su renuncia el viernes y lo hará durante la reunión con motivo de la sesión del Consejo Estatal Agropecuario que, se supone, presidirá el propio Adame Castillo.
Pastrana dice que, igual que otros de sus compañeros de gabinete, va en busca de la gubernatura; y tenemos entendido que cerca de 40 organizaciones campesinas, entre ellas las representadas en el Congreso Agrario Permanente, tienen programado su "destape" la próxima semana durante un acto masivo.
A él lo habíamos considerado como parte de la fórmula por el Senado de la República, acompañando al aún secretario de Salud, Víctor Manuel Caballero Solano, pero dice que él le tira a la grande.
Incluso dicen algunos de los organizadores de este último evento que entre las organizaciones hay células de la Confederación Nacional Campesina (CNC), de extracción priista, y que son campesinos que mantuvieron una relación cercana con su padre, don Gonzalo Pastrana Castro, uno de los primeros líderes cañeros de la zona sur.
Pero volviendo al comentario inicial, para aquellos que buscan un espacio en Acción Nacional y están desempeñando un cargo en el gobierno estatal, los días están contados en esa responsabilidad porque les impide --conforme a la ley electoral-- realizar actos de proselitismo y de conquista del voto, tampoco pueden mostrar abiertamente el liderazgo que traen para justificar su inclusión en las fórmulas electorales.
Pero por otro lado, seguramente saben que a diferencia de elecciones anteriores, van a una aventura de la que podría no haber regreso a las actividades gubernamentales al corto plazo.
Si llegan a perder, tendrán que regresar a sus actividades anteriores, es decir, a la banca y ganarse la vida como cualquier mortal, y mire que cuesta trabajo, más aún en las condiciones económicas en las que se encuentra el país y el estado.
Vivir del presupuesto y el erario público y con buenos ingresos debe ser hoy un privilegio. Hay quienes sin tener derecho cobran tres meses de aguinaldo y gozan de prestaciones de todo tipo que les facilitan la vida.
Conocemos muchos priistas que empezaron a enfrentar verdaderas penurias a partir de aquel año 2000, negro para ellos, que los despojó del ejercicio del poder y los obligó a trabajar realmente para ganarse el pan de cada día; hoy están casi de regreso y los que parecen ir en retirada son los panistas. Por eso debe ser bastante difícil tomar una decisión que puede definir el destino en el futuro inmediato.
Pero además algunos funcionarios no tienen otra salida. El propio partido los necesita para poder elevar su nivel de competencia. De hecho, más que algunos miembros distinguidos del PAN, son ellos los que traen más capital social que aportar y deberán sacrificarse para corresponder a la distinción que recibieron de parte del gobernador, al incluirlos en el equipo.
Ya en algunas secretarías de despacho los mismos burócratas hablan de la inminente salida de sus jefes y les preocupa quién los sustituirá, porque se genera una inestabilidad laboral.
Quienes están sindicalizados no tienen problema, pero aquellos de confianza o súper numerarios pueden incluso perder la chamba si el nuevo titular decide llevar a su gente.
El dinamismo de la misma administración pública se verá impactada, porque son cuatro o cinco funcionarios de primer nivel los que quieren ir por una candidatura, es decir, el rendimiento vendrá a menos, no obstante que desde hace unos meses desde el interior de Palacio de Gobierno se habla de una pasividad inusual casi en todas las áreas. Un funcionario menor decía al reportero que "se ve como si ya hubieran bajado los brazos. No hay mucho esfuerzo ni trabajo".