Va por un segundo intento tras el fracaso del 2006, aunque para muchos fue un triunfo arrebatado por la derecha, pero convalidado por algunos de sus propios compañeros de partido que entraron en negociaciones con el nuevo gobierno federal que recién arrancaba en aquel inicio de sexenio.
Cabe mencionar que los antecedentes históricos sitúan a Morelos como una de las entidades con alto índice de votantes de ese instituto político. Oficialmente los números les favorecieron tanto en la justa del seis de julio de 1988, con Cuauhtémoc Cárdenas como abanderado, como en la del 2006, donde el candidato era precisamente López Obrador.
Dos días le dedica al estado para desarrollar ocho actos de campaña, cuatro en la región oriente y el resto al sur, haciendo énfasis en poblaciones indígenas porque uno de los eventos considerados como más importantes es el que se llevará a cabo en Xoxocotla.
El hombre se ha adelantado a sus posibles adversarios tanto del Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, como de Acción Nacional (PAN), que todavía no define entre tres contendientes.
La decisión por ahora ha sido no meterse al corazón de la capital del estado y de hecho también ésta ha sido el talón de Aquiles para la izquierda, no han logrado penetrarla. El clientelismo partidista lo tienen hacia el interior del territorio, sobre todo fuera de las tres zonas conurbadas.
En estos años de alternancia, consiguieron triunfos importantes a nivel de Ayuntamientos, incluyendo Cuautla y Jojutla. Sin embargo, Cuernavaca se les ha negado y hay razones de peso para ello.
Desde su conformación como partido, el PRD se significó por una actitud de inclinación hacia la violencia y la protesta callejera. Durante un buen tiempo, protagonizaron manifestaciones que generaban molestia ciudadana en esta capital, bloqueos y marchas que fueron traduciéndose en animadversión de los citadinos hacia este partido.
Hoy siguen pagando las consecuencias de todo aquello y por eso su clientelismo aquí es bastante pobre, independientemente de que tampoco han logrado generar cuadros de valía para poder ser competitivos.
Aun con todas esas inconveniencias, en los números finales de las elecciones de 1988 y 2006 se situaron muy por encima de panistas y priistas, pero en justas presidenciales en las que Morelos no tiene mucho impacto.
El tabasqueño ha aprendido un poco de sus errores. Su radicalización al final de la elección del 2006 fue tal vez lo que le impidió llegar a Los Pinos. Comenzó a identificarse con gobiernos como el cubano y el venezolano, señales que alarmaron a la Casa Blanca, y usted sabe perfectamente que al otro lado de la frontera se deciden muchas cosas en materia política, y se afirma que estas actitudes le hicieron ganarse el "tache" del gobierno de los Estados Unidos.
Hoy se observa a un personaje mucho más centrado, con voluntad para sentarse y dialogar con todos los sectores, incluyendo al empresarial que en México es fiel de la balanza en esta materia, cosa que tampoco cuidó hace seis años.
Su propuesta es menos radical y más social, pero a diferencia de aquel entonces cuando se le consideraba víctima de las presiones de la presidencia de la república entonces comandada por el guanajuatense Vicente Fox Quesada, cosa que le produjo respaldo popular, actualmente enfrenta conflictos internos de su partido, divisiones y grupos de poder que son el más peligroso enemigo en sus aspiraciones.
Los denominados "chuchos", Jesús Zambrano y Jesús Ortega, uno en la dirigencia, el otro se la heredó, son la encarnación de la traición en su contra y aquí el aspirante más fuerte por la gubernatura es el senador Graco Ramírez que comulga precisamente con ellos.
Habrá que ver cómo reacciona el electorado con AMLO durante esta visita. Será propicio para empezar a hacer valoraciones y ver hasta dónde logra despertar la pasión electoral de quienes se la jugaron con todo a su favor en la justa anterior. Pero nosotros seguimos estimando que la tendencia no llega ni al 50 por ciento de lo que traía en aquella ocasión. Lo han golpeado mucho en estos cinco años pasados; la derecha le pegó por todos lados y los efectos son notables.