La evolución histórica del estado mexicano nos muestra diversas facetas y necesariamente nos enseña que la democracia es relativa, en sí, científicamente se concibe al estado como “la dominación del hombre por el hombre” y ello no es otra cosa sino la presencia de grupos de poder de diverso origen que mantienen el control sobre la sociedad.
La falta de credibilidad en quienes gobiernan ha obligado a los tres poderes a empujar sendas reformas, con la única finalidad de seguir manteniendo el control del poder y de esa manera surgió el árbitro que hoy conocemos como Instituto Federal Electoral (IFE).
Pero como a partir de la pluralidad creciente comenzaron a presentarse todo tipo de denuncias, había que crear una instancia que dirima las controversias y quejas, así aparece el Tribunal Federal Electoral (Trife).
Claro, estamos hablando pocos años a la fecha, cuando estas instituciones lograron cierta independencia gubernamental, porque hasta antes de 1994, dependían de la Secretaría de Gobernación, hay que recordar que en la justa electoral de 1988, se cayó el sistema que estaba en manos del secretario de esa dependencia, Manuel Barttlet Díaz, hoy curiosamente candidato del frente de izquierda en Puebla.
En este momento se continúa valorando hasta donde podrán el IFE y el Trife garantizar una contienda electoral cuyos resultados puedan ser aceptados por la población sin grandes sospechas.
Para la elección del 2000, el IFE llegó lo suficientemente legitimado como para que no se presentaran mayores inconvenientes, pero en su composición llevaba consejeros ciudadanos, sólo que al paso del tiempo dimos unos pasos atrás porque los partidos políticos y los grupos de poder empezaron a exigir sus respectivas representaciones y volvimos a observar a una instancia partidizada y pervertida, los efectos de ello ya los conocemos, el papel del árbitro electoral fue de los más negativos de que tengamos memoria en la elección del 2006.
Claro, ello se debe evidentemente a lo cerrado de la justa entre los entonces candidatos del Partido Acción Nacional (PAN) Felipe Calderón Hinojosa y de las izquierdas Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, buena parte de las críticas se las llevó el IFE.
Y también habrá que decir que hasta antes de aquella contienda del 6 de julio de 1988 tampoco había motivos para grandes conflictos poselectorales, estábamos en manos de un partido único, el Revolucionario Institucional, y la ventaja con la que ganaba el candidato oficial era casi total.
Fue la aparición cada vez más fuerte de los opositores, lo que llevó a una reestructuración de instituciones en la materia e incluso la invención de estrategias para poder seguir controlando la elección de autoridades.
Pero reiteramos, no nos hagamos ilusiones, la participación ciudadana en la renovación de poderes es casi ilusoria, todo está perfectamente calculado y pensado en función de los intereses de quienes controlan el monopolio del poder público.
Los mismos partidos debieron desarrollar incansables luchas para poder abrir la puerta y ser incluidos en el reparto de ese gran pastel que está representado en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, además de los ayuntamientos y su composición.
Es precisamente a partir de tales conflictos con el Partido Acción Nacional, el Popular Socialista, el Mexicano Socialista y tantos otros que vemos aparecer casi de manera coyuntural, que se diseñaron reformas constantes para ir adecuando las cosas al momento histórico y precisamente de una de ellas surgieron los diputados de partido, los que conocemos como de representación proporcional.
Por eso igualmente se establece que no hay reforma perfecta ni eterna, deben de ir haciéndose los cambios conforme a las circunstancias , por las razones que sean, en 1986 se acordó elevar los plurinominales a 200 y entonces era el Congreso de la Unión quien valoraba el proceso electoral.
¿Cómo estamos llegando a la elección del 2012? Bueno, también hay algunas modificaciones y a diferencia del pasado, es el IFE el que calificará los resultados, pero a su vez éste es ahora dependiente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a ver cuánto aguantan bajo este esquema.
Todo el enredo anterior viene acompañado de espacios obligados de publicidad en los medios electrónicos de comunicación, es decir radio y televisión, los escritos no entran en este cinturón de seguridad.
Para las votaciones de este primero de julio, el IFE ya reportó un padrón estimado en 78 millones de electores, lo cual determinará el número de casillas, que serán 145 mil, es decir 750 votantes por cada una.
De ellas, se instalarán cinco mil casillas extraordinarias para atender a 35 millones de mexicanos que viven en zonas aisladas o para aquellos que ese día se encuentren de viaje y no puedan asistir al lugar que les corresponde.