Por lo pronto, el mandatario Marco Adame Castillo asistió a la presentación de la primera generación de alumnos de lo que será la Carrera Técnica Superior Universitaria en Seguridad Pública, que se impartirá en la academia de Policía en Acapantzingo, con una duración de dos años a 41 inscritos.
Éstos pretenden ser una especie de agentes modelo, es decir profesionales en la materia, capaces de hacer lo que en décadas no se ha logrado, utilizar la investigación como herramienta central de la lucha contra el delito y sobre todo en la captura de los más peligrosos delincuentes.
¿En verdad podrá ser posible? No es que seamos pesimistas, pero igual que usted, ya estamos cansados de tantas promesas y argumentos que se nos han hecho desde hace años con el garlito de que ahora sí se tiene el remedio y la cura para esa enfermedad.
Lo único que si es cierto, es que año con año se incrementan las partidas presupuestales para defender nuestros derechos y garantías individuales sin el menor resultado, muy por el contrario, cada día estamos más mal, no le vemos final a esta telenovela.
Y ¿es qué en verdad es imposible por lo menos disminuir este cáncer que ya nos llega a los huesos? No lo creemos así, con todas las deficiencias que usted nos pueda enumerar, sabemos que en la Unión Americana efectivamente se trabaja con el propósito de no permitir un solo caso de impunidad y en buena parte se logra.
En mucho, lo que vemos en esas series policiacas televisivas se cumple en la realidad, mediante el rastreo vía la investigación y de ninguna manera es por falta de voluntad oficial, como nos ocurre de este lado de la frontera.
Bueno, escuchábamos en reunión de empresarios que sólo el 14 por ciento de los delitos en el estado de Morelos se denuncian, pero únicamente el 3% es consignado, es decir hay un 97 por ciento de casos impunes. ¿Cómo no vamos a andar de cabeza?
Claro, para poder comenzar a hacer las cosas bien hay que combatir una serie de vicios, la primera de ellas la simulación en el trabajo y la complicidad, contar con autoridades comprometidas y honestas que no cedan a las presiones de influyentes ni recomendados y que acaben con la corrupción y la comercialización que vivimos en el aspecto de prevención e impartición de justicia.
¿Cree usted que alguna vez podamos sacudirnos de esos vicios? Por ahora lo vemos en chino, hay intereses demasiados poderosos, como para creer que podamos enderezar el rumbo, las señales de enredos y compromisos entre autoridades y delincuentes son inequívocas.
No estamos mal cuando afirmamos que las corporaciones policiacas, ya sea a nivel municipal, estatal o federal, saben perfectamente quienes son los que se dedican a la venta de drogas, aquellos que integran bandas de robo y en general, cuales son las manzanas podridas en un pueblo, comunidad o la ciudad. ¿Por qué no se actúa?, esa es una pregunta difícil de responder.
Bueno, el secretario de Seguridad Pública del estado decía, durante la puesta en marcha de la primera generación de estudiantes en la carrera de Técnico Superior Universitario en la academia de policía, que de los 41 inscritos, el 70% sólo tenía secundaria, el 10% primaria y únicamente el 20% preparatoria.
Lo anterior nos llevaría a pensar entonces que sólo ese 20 por ciento debería ser aceptado, porque para hablar de jóvenes que ingresan a una universidad, primero tienen que mostrar que concluyeron la preparatoria, ¿o no?
Ojalá que no se trate de una jugada más de distracción para aparentar ante el encolerizado ciudadano, víctima de tanta inseguridad, que sí se está trabajando.
Mucho dinero se canaliza a éste, que es un aspecto fundamental para poder propiciar condiciones adecuadas para el desarrollo y bienestar social, tanto que ya hay sospechas fundadas de que no todo lo que se afirma es verdad y que buena parte de tales dineros van a acciones que poco o nada tienen que ver con el asunto de justicia y seguridad.
El famoso Consejo Estatal de Seguridad, sostienen algunos alcaldes, es un organismo diseñado cuidadosamente para legitimar gastos millonarios sin la intervención de agentes externos.
Uno de ellos dijo al reportero : “nosotros sólo somos informados de gastos que desconocemos si se ejercieron o no, se nos presentan estadísticas que nunca convalidamos”.
Pero aunque realmente se usara para los fines programados en los discursos, la realidad es que no se logra ningún beneficio, porque las calles están cada día más llenas de maleantes, entonces ¿para qué tanto presupuesto?
Y por lo visto, son precisamente los municipios los menos beneficiados con tales dineros, la absoluta mayoría se orienta hacia estrategias y equipo en función del estado, aunque tampoco muestran gran evolución en su desempeño.
Es pues en asunto del incumplimiento oficial en materia de seguridad, lo que más voto de castigo le costará al régimen estatal y federal en turno. El pueblo ya no aguanta más y buscará nuevas opciones de Gobierno con la esperanza de que algo mejore, ojalá no le vaya peor.