De entrada nos preguntamos, ¿Qué hace el coordinador de la fracción priista Omar Guerra para conminar a uno de sus miembros a mostrar un poquito de decencia?, por lo visto, nada, es una pena, porque con todo eso sólo confirman que esta es una de las peores legislaturas, a grado tal, que se llega a la comisión de delitos sin el más mínimo pudor. A lo mejor el diputado y doctor Jorge Arizmendi García y el legislador Fidel Demédicis Hidalgo, en calidad de autoridades máximas del recinto legislativo deberían hacer lo propio, pero lo único que observamos es que Espín Navarrete resultó un perfecto hampón y pensar que ahora busca regresar a la presidencia municipal de Puente de Ixtla, de donde salió por piernas cuando fue alcalde. Es verdaderamente increíble el grado de cinismo con el que se conducen algunos personajes de la política, pero sorprende que también se venga acusando a Tania Valentina de hacer lo mismo que su compañero de curul, cuando expuso siempre un discurso de combatividad, defensa del derecho y lucha social, que contradicciones.
El electorado en Puente de Ixtla deberá reflexionar muy seriamente el darle o no la confianza otra vez, ¿O acaso son masoquistas?, porque la experiencia les dice que se trata de todo un rufián en el caso de Espín Navarrete. Pero ya ve que cobró por adelantado prerrogativas y fondos destinados al apoyo y gestión social dejando a su suplente sin posibilidades de hacer nada por los representados, no se pueden permitir tantas bajezas.
Estamos en un momento muy importante en materia de elección de autoridades y representantes populares, como ciudadanos tenemos la obligación de valorar y analizar un poco a quienes andan ya pidiendo nuestro voto a través de los distintos partidos. Si no somos capaces de distinguir entre la avaricia y el compromiso de los contendientes, volveremos a meter la pata y llevar al Congreso a potenciales delincuentes que seguirán haciendo de las suyas y robándose el presupuesto derivado de todo tipo de pago de impuestos del ciudadano. Las urnas son un instrumento ideal para ir desechando a todos aquellos “vividores de la política”, oportunistas y caza fortunas que desafortunadamente suelen ser la mayoría de los que ocupan cargos de representación popular.
En el dos mil, este país dio una muestra de civilidad al obligar a la alternancia en el poder en todos los niveles y al castigar a quienes defraudaron e incumplieron compromisos con la sociedad. Sobre todo, porque esa alternancia se logró sin violencia ni derrame de sangre muy común en distintos países hermanos de centro y sur de América, es decir, sí es posible ir haciendo a un lado a los malos políticos e insistimos, estamos en la antesala de esa oportunidad, no permitamos más burlas y ofensas. Pero para ello requerimos tener memoria, porque una de las expresiones, precisamente de los vividores del presupuesto es que la sociedad no tiene memoria o aquello de ¿Cuál pueblo? Y mire que tienen razón en mucho, hay quienes nos han ofendido y robado hasta el cansancio y les seguimos dando la oportunidad de “servirnos”.
Al paso de los años, veamos nuestro entorno, seguramente más de uno de nosotros añoraremos aquellos tiempos de tranquilidad, armonía y hasta solidaridad social, cuando como niños, adolescentes o jóvenes podíamos caminar por calles, caminos y callejones sin temor a nada, porque no había a que tenerle miedo. El control se nos está escapando de las manos, ojalá nunca se dé, pero a estas alturas nadie nos garantiza que después de una ardua jornada de trabajo, regresemos con vida al hogar y con la familia.
Es parte de lo que venimos permitiendo a cada paso, tolerando a “servidores públicos” sin escrúpulos, sin vocación de servicio ni compromiso con sus conciudadanos, lo malo es que seguimos viendo cierta indiferencia popular como si no pasara nada, buena parte de los valores que nos obligaban a la decencia, el respeto y la honestidad, se han perdido, hoy priva la lógica del dinero y la corrupción, ¿Hasta cuándo lo seguiremos permitiendo? Por eso es muy importante que en el caso de los diputados con licencia, caso específico de Espín Navarrete, se haga algo, existen leyes y la obligación institucional de hacer valer el estado de derecho, las autoridades están siendo omisas, aunque deberá de iniciarse la denuncia correspondiente para que se actúe en consecuencia. Así que aquellos que tienen facultades en el Poder Legislativo para reclamar la devolución de bienes hurtados descaradamente, se han tardado en actuar, si no lo hacen se convertirán en cómplices de los delincuentes de cuello blanco.