Lamentamos lo que le ocurrió a René Orta, nadie tiene derecho a quitarle la vida a alguien, sin importar los motivos que pueda tener, simplemente es un reflejo del ambiente que enfrentamos como ciudadanos hace mucho y del que tenemos que salir.
Pero no sólo somos nosotros, quienes vivimos aquí en Morelos se nos hace triste conocer de hechos como los acaecidos en Nuevo León y distintos estados de la República, simplemente son inaceptables porque rayan en la brutalidad.
¿Es que en verdad estamos rebasados por la delincuencia? No podemos admitir que el estado mexicano sea incapaz de sobreponerse a esta que no es ya una coyuntura, vamos para un sexenio, ni en las etapas más negras e inseguras de esta nación sucesos como los que atestiguamos perduraron tanto tiempo.
En concreto, en un país en aparente calma, todos los días hay más caídos que en aquellos que están en guerra. Lo peor de todo es que nadie se hace responsable de lo que pasa y los niveles de impunidad son prácticamente totales.
De no ser así, las cárceles ya habrían reventado con el arresto de los criminales responsables de ya cerca de 70 mil personas en estos cinco años y medio, pero ¿dónde se encuentran los responsables?, en la calle y cometiendo más fechorías, faltaba más.
En el caso muy particular de Morelos, la Procuraduría General de Justicia (PGJ) sólo se ha abocado a los casos más sonados, aquellos que pueden tener repercusiones políticas, pero ha hecho a un lado cientos de asesinatos sólo por presumir que pudieron ser consecuencia de relaciones con el crimen organizado.
Y como no todas las familias agraviadas tienen la posibilidad de generar reacciones y resistencias, como el escritor Javier Sicilia, los dolientes de Jhetro o de Alan pues se quedan en el anonimato y sus casos en el archivo de los olvidados.
Ojalá que en esta ocasión el Operativo “Morelos Seguro” venga realmente acompañado de una investigación específica, a fin de que se proceda al desmantelamiento de bandas del delito que operan en todos lados y rincones de la entidad.
Claro, para poder limpiar el terreno se van a llevar lo que le resta al sexenio y eso y si en verdad actúan como debe ser, porque la delincuencia se ha multiplicado en los años recientes, es casi imposible identificar el número de grupos dedicados a delinquir, vivimos en medio de la maldad y el desorden.
Y en efecto, como decía un diputado local, ¿dónde están los padres de esos cientos, tal vez miles de morelenses enrolados en el delito?, porque necesariamente una madre y un padre los trajeron al mundo.
Es decir como padres también somos corresponsables de todo lo que ocurre, la falta de atención a nuestros hijos nos lleva a condiciones como las actuales, es algo que también debemos aceptar.
Pero esto no puede ni debe ser eterno, Gobierno y sociedad deberán encontrar una solución a tan fenomenal problema, de otra manera la bola de nieve seguirá creciendo y en ella podemos ir todos. De entrada, difícilmente podemos hoy encontrar algún hogar que no haya sido tocado por el dolor derivado de un acto de injusticia y el dolor que se lleva dentro nunca desaparece.
Además, constitucionalmente las autoridades en sus tres niveles de Gobierno tienen la responsabilidad de proveernos de la seguridad pública y para ello ejercen un enorme presupuesto que cada vez crece más, ¿para qué sirve todo ese dinero?, porque en algunas manos se tiene que quedar, alguien se beneficia sin cumplir sus facultades.
RIESGOS DEL PRI
Y en materia electoral, volvemos a insistir en que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) observa varios riesgos consecuencia de imposiciones y pagos de cuotas a grupos caciquiles que se acostumbraron a vivir del presupuesto público.
Es cierto lo que dice el candidato a gobernador Amado Orihuela Trejo, la única manera de cumplir sus compromisos con el pueblo, de ganar la gubernatura es contar con un Congreso local de mayoría priista, pero hay aspirantes que no llevan la bendición popular y eso sólo termina en derrota.
Decimos esto por el caso de Luis Flores Ruiz, candidato a diputado local por el cuarto distrito, con sede en Cuernavaca, el hombre está prácticamente fuera de campaña porque adolece de condiciones físicas para ello.
Son operadores del partido y algunos personajes contratados los que tienen que hacer lo que no les corresponde, porque el señor anda incluso mal de salud.
Se nos antoja incluso inhumano, el PRI o quienes toman las decisiones deberían hacer algo, porque difícilmente ganarán un espacio bajo estas circunstancias.
Es un lugar menos en el Congreso local y un voto que se lo llevará otra fuerza política, muy posiblemente el Partido Acción Nacional (PAN), pero pareciera que al tricolor no le interesa.
El asunto es que el suplente recae en la figura de Erick Salgado, “líder” municipal del partido en Cuernavaca, quien incongruentemente viene trabajando en contra de sus propios compañeros candidatos.