Y en efecto, algunos observadores parecieran tener algo de razón cuando estiman que las protestas sociales deberían ir enfocadas hacia las autoridades, particularmente las federales, que son las que han propiciado esta escalada inflacionaria que nos viene pegando por todos lados.
Atendemos algunas ideas recibidas del despacho contable López Lara que muestran algo interesante, el costo de los insumos energéticos seguramente tiene bastante que ver con el costo del pasaje y se recuerda que en el 2008, el litro de gasolina “Magna” costaba siete pesos con 23 centavos, el de la “Premium”, siete con setenta y ocho centavos, pero al 2012, la primera vale diez pesos con 54 centavos y la roja $11.11.
Es decir, un 46 por ciento de incremento en la verde y el 43 por ciento en la otra, ante esta situación, es preciso mencionar que para llenar el tanque de una unidad de 200 litros, en este momento costaría 662 pesos más que en el 2008, y a ello se le agregaría el encarecimiento de las refacciones y composturas.
Es decir, sin que un peso parezca un incremento importante, sí es un golpe mortal para la economía de miles de familias de escasos recursos, pero tampoco pareciera ser la solución para los empresarios del transporte público dada la espiral inflacionaria; en concreto, los usuarios del transporte tiene razón en señalar que no pueden pagar más por la prestación de tan trascedente servicio, porque no tienen dinero, pero los permisionarios también parecen enfrentar un problema crítico.
Y lo decíamos recientemente, resulta contradictorio que el propio Gobierno sea el responsable de manera indirecta de estar propiciando condiciones adversas para la sociedad, porque es la federación, conjuntamente con el Congreso de la Unión, quienes autorizan los incrementos al gas doméstico y a las gasolinas.
Ahora bien, si los recursos derivados de la extracción y venta del crudo fueran bien aplicados y manejados, no habría margen para la crítica, pero todos sabemos cómo se viene ejerciendo ese dinero, hay delicados actos de corrupción en torno a Petróleos Mexicanos, quienes integran ese sindicato cuentan con ingresos de privilegio, mientras las autoridades “competentes” siguen quejándose de falta de fondos para poder modernizar el sector.
Los contratos de prestación de servicios y proveeduría son entregados a familiares y amigos de influyentes personajes del poder público, quienes buscan sacar el mayor beneficio a costa de una tecnología cada vez más obsoleta en dicha materia.
Al final de la cadena y tras tanto saqueo, lo único que se hace es encarecer cada vez más el producto para seguir disfrutando de una sola gallina de los huevos de oro que pudieran estarse agotando por la sobre explotación de la que es objeto.
Pero reiteramos, efectivamente, como dice don Refugio López Lara, es hacia allá a donde hay que dirigir las protestas y reclamos, incluso, sería interesante que tanto usuarios como concesionarios hicieran un solo frente de lucha para buscar consolidar un movimiento que a la postre, se convierta en una defensa más viable en contra de aquellos que nos siguen causando daño.
Y mire que somos un país petrolero, sin embargo, cuesta más un litro de gasolina en México que en Estados Unidos y eso que nosotros se la vendemos a ellos, pero la corrupción es la principal causa de que el pueblo no encuentre salida a sus necesidades y cada vez presente mayores índices de pobreza.
Por lo pronto, mañana y bajo la invitación de la Federación de Estudiantes Universitarios de Morelos (FEUM) se llevará a cabo una marcha-protesta denominada “de la vergüenza” para rechazar el incremento que precisamente este día se comenzará a aplicar. No hay peor lucha que la que no se hace, pero reiteramos, lo mejor sería unir fuerzas con los transportistas para presionar al Gobierno y diputados federales a fin de que ya le bajen a tanto desorden.
Gil Rabadán, por sindicato de salud
Y en otro orden de ideas, Gil Rabadán va una vez más por la Secretaría General del Sindicato de Trabajadores del Sector Salud en el estado, habrá que ver cuántos más se inscriben por esta posición, sin embargo, el referido cuenta con amplias ventajas, para dirigir la organización que aglutina a más de seis mil 500 afiliados.
Es uno de los sindicatos más numerosos y con cierta institucionalidad, difícilmente causa problemas al interior del sector, algo que sí se da con frecuencia en el caso del sindicato del Hospital del Niño Morelense, donde cada año, durante la revisión del contrato colectivo, se llega casi al estallamiento de la huelga.
El de salud ha optado históricamente por los acuerdos en la mesa de negociaciones y en ello, Gil Rabadán tiene vasta experiencia, porque ya le ha tocado encabezar la dirigencia y esto le pone en ventaja respecto a sus adversarios, sin embargo, la lucha interna recién comienza, son procesos desgastantes y de golpes bajos, en eso también sabe cómo esquivarlos.
Desde luego que el trabajo entregado en pasadas representaciones va a contar mucho, de ello puede depender el triunfo o la derrota, la gente no olvida acciones positivas o negativas a la hora de decidir a quién quiere como su representante sindical.