No obstante, algunos esfuerzos en la materia, todavía la absoluta mayoría de la gente no separa sus desechos, mucho menos los recicla. De tal manera que orgánicos e inorgánicos son depositados conjuntamente, lo que lleva a volúmenes exagerados y las autoridades tienen que resolvernos el problema de la manera que sea, porque además es su obligación constitucional.
Cuernavaca ha sufrido eventuales contingencias ambientales, precisamente por insuficiente capacidad para limpiar la ciudad y la recolección de la basura. A finales del 2006 se enfrentó el peor fenómeno en ese sentido, luego, a principios de la actual administración, por diferencias con la empresa PASA y el Ayuntamiento debió recurrir a la contratación de empresarios locales para poder superar las inconveniencias.
A estas alturas y a pesar de algunas críticas, podemos decir que la comuna ha logrado el control en este aspecto, no hay ya amontonamientos de bolsas en las esquinas como llegó a suceder, el Centro Histórico, que es el rostro de la ciudad, está más o menos bien atendido y en general se cumple con la ciudadanía.
Pero como este tema se ha convertido en un negocio para funcionarios porque la basura deja mucho dinero, eso afirman quienes saben del asunto, suelen recurrir a la contratación de firmas foráneas que ofrecen porcentajes de ganancia a los ayuntamientos, por lo que se decidió integrar la Federación de Recolectores y Recicladores del Estado de Morelos, con representaciones de diversas regiones del Estado.
Aquí, por ejemplo, se han sumado empresarios de Cuautla, Villa de Ayala, Xochitepec, Zacatepec, Jojutla, Emiliano Zapata y Temixco, por citar algunos, que además son del Estado, conocen su problemática y de esta forma fortalecen su capacidad competitiva ante consorcios de fuera.
Daniel Miranda Mojica, el principal responsable de limpia y recolección de basura en Cuernavaca, es quien preside la presidencia de la federación y están dispuestos a pelearle la plaza a firmas como PASA, que tenemos entendido, buscará negociar con Jorge Morales Barud su regreso a la capital del Estado, a pesar de que los precios con los que trabajó fueron la principal causa del rompimiento con la comuna, se llevaba algo así como 10 millones de pesos al mes, los actuales lo bajaron a unos seis millones.
Lo que observamos es que como federación han multiplicado su capacidad operativa y pueden hacerle frente a cualquier compromiso, porque esa era la excusa de los ayuntamientos, la insuficiente estructura empresarial en la materia para poder garantizar un buen servicio. Por ahí la podrán librar.
Pero además, bajo las condiciones de insuficiencia de oportunidades de trabajo, las estructuras estatales y municipales de Gobierno deberían apostarle a la contratación de servicios de empresarios morelenses, además es parte de sus responsabilidades generar espacios y mejores niveles de vida para sus gobernados.
El caso es que una vez en el cargo, los “servidores públicos” preferencian sus intereses y sobre todo el negocio a partir de facultades que les concede la ley. Hay un asunto, por cierto muy delicado, se menciona que en lo que fue la CEAMA, a partir de los centros de verificación, se hizo un negocio millonario, que se les quitaron las concesiones a quienes las venían usufructuando bajo el argumento de que tenían que modernizar sus instalaciones y adquirir equipo de varios millones de pesos.
La mayoría no pudo y entonces las regresaron y las volvieron a colocar en el mercado a razón de tres millones de pesos cada una, un solo empresario del Distrito Federal se quedó con diez, de esto estamos hablando, que lejos de ayudar en el desarrollo del Estado facilitándole a los emprendedores locales los instrumentos para crecer y ofrecer empleo a nuestra gente, se acaba dejando el negocio en manos externas que poco o nada les interesa lo que nos pase.
En el caso de la basura, nadie podría negar que PASA vino a hacer un gran negocio, a lo mejor el servicio que prestaba no era tan malo, pero cobraba por ello las perlas de la virgen y más aún, incumplió con muchas cláusulas del contrato, comenzó a prestar servicios por fuera a negocios privados con la misma estructura que tenía para el Municipio y ello fue otra razón del rompimiento con la comuna.
Ya muy al final de la administración municipal se vienen desarrollando acciones de reivindicación. La Secretaría de Obras del municipio sigue repavimentando algunas calles, en otros casos está bacheando y ha obligado a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a reparar decenas de hoyos y zanjas abiertas por todas partes para extender sus redes de servicio. Es decir, al finalizar el trienio Cuernavaca presentará cierta mejoría, lamentablemente se hicieron algunas correcciones tardíamente.
El edil Rogelio Sánchez Gatica debió sustituir mandos desde que llegó en la Secretaría de Obras. El antecesor de José Casas francamente no tenía vocación de servidor público o a lo mejor no sabía dónde estaba parado, porque dejó correr varios meses sin hacer absolutamente nada, mientras la ciudad se desvanecía. Ahora por lo menos se colocan remiendos donde más falta hace y reiteramos, en cuestiones de limpieza, tampoco estamos como antes.