Y en efecto, así ocurría y había además para todos. Es decir, no sólo los funcionarios competentes en la materia hacían de las suyas, también el constructor contaba con un buen margen para ganar más de lo legalmente considerado, porque necesariamente debía “ponerse a mano” con la instancia gubernamental que adjudica los contratos y los porcentajes han fluctuado entre un 10 y un 15 por ciento del costo de la inversión a desarrollar.
Es decir, si el contrato era de 100 millones de pesos, el empresario debía entregar a quien lo favorecía con el mismo con unos 15 millones de pesos, pero eso obligaba a que le permitieran abultar los costos hasta en un 50 por ciento, independientemente de que los materiales que se usaban era de tercera o cuarta y por eso veíamos por ejemplo que una carretera nueva, al paso de un año ya presentaba graves deterioros, nunca se cumplía con las especificaciones en esa materia.
Para acabar pronto, un negocio redondo y así se manejaron las cosas todavía en el sexenio pasado y muchos hacia atrás, quienes tuvieron la oportunidad de estar al frente de secretarías como obras públicas, lo que era la Comisión Estatal del Agua y el Medio Ambiente (CEAMA) y la Oficialía Mayor, ahora Secretaría de Administración, se llevaron un buen billete, eso asegúrelo, porque todo tenía un costo, las licitaciones de compras para insumos de Gobierno o para la adjudicación de contratos merecían.
Por eso consideramos sumamente importante que el gobernador Graco Ramírez Garrido presentara ayer ante miembros de su gabinete, constructores, colegios y agrupaciones de ingenieros y arquitectos el Tabulador General de Referencia Estatal de Precios Unitarios de Obra Pública a Costo Directo, porque si en verdad se quiere ponerle frente a tantos abusos en el manejo del presupuesto público en lo referente a la obra, se irán acotando los márgenes de maniobra para que se continúe abusando del presupuesto, en este caso estatal.
Bueno, el propio Graco aclaró que los presidentes municipales no están obligados legalmente a secundar sus acciones en este caso, sin embargo, sí será un referente para que la ciudadanía interesada en verificar que no le tomen el pelo en los montos que se destinan en inversiones de beneficio colectivo, porque los precios unitarios podrán ser consultados por todos en una página expresamente abierta para ello.
Y es que llegan a realizarse obras de gran magnitud, la construcción del nuevo Hospital del Niño Morelense, hoy ubicado en el municipio de Emiliano Zapara costó una buena feria y si se debió pagar el 15 por ciento del contrato, el beneficiario se llevó algunos milloncitos de pesos sin ninguna preocupación.
¿Por qué cree usted que las compras importantes como la adquisición de uniformes para el sector policiaco o de salud se hacen fuera del estado, menospreciando a los empresarios locales?, pues porque los grandes consorcios pueden ofrecer una mayor tajada y además no queda testimonio aquí, a lo cortito. Así lo hizo siempre un Rey David Olguín cuando estuvo al frente de la Secretaría de Gestión e Innovación, hoy Administración, hubo denuncias de corrupción, pero jamás pasó nada, los intereses superiores eran tan fuertes que el señor terminó sin conflictos el sexenio anterior.
Pero ¿hasta dónde llegaba el paso de corriente?, eso se intuye, pero nunca se podría probar porque se trató siempre de dinero en efectivo, derivado de acuerdos muy cuidadosos entre altos funcionarios y empresarios, ya en las facturas venía respaldada su ganancia por la inflación de costos, sólo se podía llegar a testimonios de algunos funcionarios menores que se enteraban de todo eso, pero documentalmente no se dejaba ninguna huella.
Quien esto escribe logró el testimonio de un ex subsecretario de la Secretaría de Obras en el Gobierno pasado, sostuvo que él personalmente llevaba a la entonces titular del DIF estatal el producto de las “mochadas” por la asignación de contratos de obra pública cada 15 días, “lo hacía (porque esa era la instrucción) en el interior de un arreglo de frutas y lo que más me molestaba era que todavía me hacía esperar hasta una hora para poder recibirlo, todo era en su domicilio”.
¿El tabulador podrá terminar con toda esa historia de perversidades?, igual y por lo menos disminuye el nivel de distracción de recursos, eso ya sería una ventaja, sin embargo, sí será necesario que sobre todo los representantes de las cámaras y colegios de ingenieros, constructores y arquitectos le den cuidadoso seguimiento al asunto, porque nos imaginamos que hay que saber del tema, no es un caso para principiantes. A lo mejor y en lo referente al precio de los materiales, cualquiera puede calcular los costos con base en los volúmenes ocupados, pero habrá proyectos que requieran de especialistas para lograr hacer los cálculos más realistas.
El tema es de lo más interesante porque toca un aspecto muy delicado de la administración pública y como dijimos en todos sus órdenes y niveles, porque el negocio no es exclusivo del Gobierno federal, de los estados o de los municipios, se trata de algo muy general e histórico, acciones de corrupción innegables que han significado el desvío de miles de millones de pesos que estando programados para desarrollar infraestructura de servicios y desarrollo, venían acabando en unas cuantas manos de vivales del servicio público que sin el más mínimo rubor robaban el producto del pago de nuestros impuestos, se hacían o siguen haciendo ricos con dos o tres años que se desempeñen en algún cargo donde pueden tener márgenes de acción.