Ya hemos insistido mucho en que Cuernavaca es la posición más importante a ofertarse en las elecciones del 2015, por eso desde distintas trincheras el proceso preelectoral ya comenzó, aunque se antoje muy anticipado, y en ese sentido hay diferencias muy marcadas particularmente entre las tres principales fuerzas partidistas del escenario local, PRI, PAN y PRD.
Aun con todo el desgaste al que ha venido siendo sometido y sobre todo después de la pérdida nuevamente de espacios logrados en el 2009, el Revolucionario Institucional es el que más esfuerzos de aproximación social viene haciendo en la capital del estado, así sea sin recursos, porque la dirigencia municipal, encabezada por Rafael Cepeda Aguilar, hasta donde sabemos, no recibe un solo centavo del CDE, hoy provisionalmente en manos de Jorge Schiaffino.
Es incluso extraño que el Partido de la Revolución Democrática, que a nivel estado es Gobierno, mantenga una postura de escasa actividad, parece estar cayendo en los mismos errores que llevaron al Acción Nacional a perder todo lo que había ganado a partir del 2000, comenzando por la Presidencia de la República.
El panismo no supo aprovechar el ejercicio del poder para reestructurar y fortalecerse territorialmente, nunca pasó de ser una institución regional, no pasó de Cuernavaca y los municipios conurbados, en la mayoría del resto de los ayuntamientos su presencia fue inconsistente y cuando se hizo necesario dar la lucha en serio terminaron derrotados.
Sí, el PRD sigue sin entrarle al trabajo de base, eso que le caracterizó en sus inicios, la izquierda en Morelos surgió con base en un trabajo hormiga, en aquellos tiempos previos a las elecciones del 6 de julio de 1988, sus cuadros recorrían a pie los más alejados pueblos y comunidades morelenses, en una estrategia de puerta por puerta que se traduce en un crecimiento sin precedentes de sus militantes y simpatizantes.
Por lo menos aquí en Cuernavaca sólo el priismo anda volcado en la calle, porque tampoco los panistas dan muchas señales de vida, ello lo atribuimos a la visible presencia de dos proyectos políticos muy distintos, lo poquito que queda de lo que conocemos como la “Sagrada Familia” y una corriente de neo panistas que en realidad fueron los que llevaron a ese partido al poder con la figura de Sergio Estrada Cajigal, de familia priista.
Pero en lo que respecta a los amarillos, sólo se aprecia una estrategia de parte de algunas figuras que aspiran a buscar la candidatura por la Presidencia Municipal cuernavaquense, pero no hay todavía un movimiento orientado a elevar el clientelismo electoral y eso cuenta bastante a la hora de la verdad.
Es decir, desde algunas esferas gubernamentales sí se ven pasos firmes por generar condiciones favorables a fin de ganar la comuna capitalina en el 2015, no obstante, de parte del partido estatal y local las señales no se ven. Cepeda Aguilar, hasta donde sabemos, ha logrado gestionar incluso algunas obras para lograr comprometer a la gente, una de ellas, de pavimentación en Buena Vista del Monte.
Y esto es válido, suele ser un recurso infalible, las autoridades formales en muchas ocasiones no logran atender reclamos y peticiones ciudadanas, siempre quedarán compromisos pendientes que los partidos, mediante la tarea de la gestión, pueden resolver y esos son activos a la hora de ir a las urnas.
No podemos descuidar que ya entramos en el 2014, año preelectoral, a finales del mismo ya el clima político será el tema principal y se estará trabajando en el diseño de fórmulas, pero las fuerzas electorales pueden comenzar a picar piedra con mucha antelación para generarse condiciones favorables.
Y en ese sentido, pareciera que los priistas tienen algunas ventajas, si bien el cansancio social por más de 70 años de Gobierno en el país llevó a los electores a quitarles el control del poder, fue cosa de tiempo para que demostraran que con su trabajo estructural eran capaces de regresar por lo que se les había olvidado, así ocurrió en el 2012.
Pero aquí en Morelos, en el 2009 sorprendieron a todos, bueno, hasta a ellos mismos que no esperaban tanto, quedándose casi con todas la posiciones, la mayoría de las alcaldías, de las diputaciones locales y todas las federales de elección directa. Sólo que en la justa anterior volvieron a perderlas, por el mal desempeño de sus representantes populares.
Cuando se ponen las pilas y sobre todo de acuerdo entre todas las corrientes y grupos que conforman esa institución, son el adversario a vencer y llama la atención que en estos momentos ya anden volcados en las calles, tomando ventaja de sus más serios competidores, amarillos y azules.
Claro, como decíamos al principio, los resultados no sólo dependen de la presencia del instituto político, por más militancia que tenga, si el candidato no es el adecuado, las tendencias se vienen abajo, la sociedad suele ser muy cuidadosa en ese sentido y cualquier error de cálculo deriva en pérdida de posiciones.
Para que el PRD consolide la prolongación del mandato a nivel de la gubernatura más allá del 2018, necesita ganar la Presidencia Municipal de Cuernavaca, si no lo logra, será el primer gran riesgo de que se pudiera quedar más corto que el PAN, es decir con un solo sexenio.
Y por el lado del tricolor es lo mismo, pero inverso, para considerar posible recuperar la gubernatura que perdió en el 2000, tiene que llegar a la elección del 2018 con el control de la capital estatal, de otra forma, difícilmente hará la hazaña, por eso la trascendencia de los números en dicho territorio.
Radiografia del Poder
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Algunos no dan señales de vida
Partidos en Cuernavaca
Los procesos electorales se ganan mediante estrategias de trabajo de acercamiento con los electores, en dos vertientes, la propuesta y presencia de los candidatos, así como la estructura partidista, si una de esas dos fallan, difícilmente se podrán obtener resultados positivos, de tal manera que lo más congruente es desarrollar un esfuerzo en armonía entre ambos factores.
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