Es cierto, Graco Ramírez ofreció frenar los elevados grados de delincuencia en 18 meses, el asunto es que la expresión no delimitó los alcances, porque pretender eliminar al 100 por ciento el fenómeno es prácticamente imposible en un entorno contaminado y pervertido hace décadas atrás, en donde los propios instrumentos de combate tienen intereses y relación con quienes operan al margen de la ley.
La falta de precisión en la oferta ha dado pie a que aparezcan movimientos tendientes a magnificar los alcances del delito o en su caso a mostrar que la situación no está resuelta y que por lo tanto se ha fallado a los gobernados, por ahí ya se trabaja en la preparación de una nueva marcha silenciosa contra la inseguridad, que indudablemente va dirigida a cuestionar el desempeño en la materia del mandatario en turno.
La parte oficial sigue haciendo énfasis en que a lo largo de estos primeros 17 meses, se han dado pasos importantes para generar condiciones para recuperar el tejido social, en el entendido de que la progresiva desintegración familiar, es la que viene ofreciendo tierra fértil para el florecimiento de grupos delincuenciales de toda naturaleza.
Y es en esta parte donde se aprecian algunas estrategias nuevas, programas muy identificados con el modo de gobernar de las denominadas administraciones de izquierda, bueno, en efecto que eso de la Beca Salario Universal ni en el Distrito Federal se ha aplicado, quizás porque el clima de inseguridad en la capital no lo había reclamado.
Otra acción ponderada, en el apoyo, mediante la entrega de fondos económicos a mujeres para la apertura de toda clase de proyectos productivos, además de acciones adicionales como el Mando Único, la construcción de cuarteles policiacos y del C-5, que viene acompañado de la instalación de videocámaras.
Es decir, que en este cerca de año y medio, vemos en la práctica política estatal algunos aspectos novedosos que no los había explotado el priismo durante su control hegemónico, ni el panismo en sus 12 años de rectoría al frente de la gubernatura en Morelos.
Sí, sin embargo, todo lo anterior no ha sido suficiente para que se pueda apreciar con claridad una mejora sustantiva que tendría que ser en dos vertientes, a fin de que las mayorías lo sientan, por el lado de la seguridad y desde luego en lo que tiene que ver con la economía popular.
¿Las actuales prácticas de Gobierno podrán revertir el deterioro gradual que han venido mostrando las instituciones desde hace décadas?, eso se verá al mediano plazo, pero el asunto es que ya algunos consideran que es tiempo del cumplimiento de promesas.
Graco Ramírez Garrido sabe que tiene que hacer un gran esfuerzo para prolongar el proyecto de Gobierno de izquierda en Morelos, ya en otros espacios el Partido de la Revolución Democrática (PRD) ha logrado mantenerse al frente de las instituciones mediante formas de gobernar más sensibles y cercanas al pueblo, un ejemplo de ello es el Distrito Federal, los amarillos están posicionados ahí a partir de 1994, cuando Cuauhtémoc Cárdenas logró sacar al priismo de la jefatura de Gobierno.
Es decir, la actual es la cuarta administración, porque luego le siguió Andrés Manuel López Obrador, quien fue sustituido por Marcelo Ebrard y éste por el actual Miguel Ángel Mancera y todo indica que continuarán quedándose con la capital por otro rato más.
Acá apenas vamos para un año y medio de gestión en un nuevo modelo, que en efecto, sí muestra ciertas diferencias, porque como que el panismo se dedicó a reproducir métodos y esquemas del viejo sistema, no innovó casi nada y ello los llevó al desgaste y el agotamiento.
Lo vimos en lo que corresponde a la inseguridad, todas las evidencias nos llevan a pensar que hubo complicidades, incapacidades o falta de voluntad para actuar de fondo, pudiéramos decir que esos 12 años, tanto a nivel de Presidencia de la República como del Gobierno estatal en Morelos generaron las bases para que la delincuencia organizada alcanzara tal poder que rebasaba las instituciones.
Hoy por lo menos se generan algunas políticas que a mediano y largo plazo necesariamente tendrán que probar éxito o fracaso, pero al menos se viene intentando algo distinto. La cosa es que comienzan a aparecer inquietudes a medida que algunas promesas no logran tomar forma real y efectiva, ante ello el Gobierno deberá acelerar el paso y aterrizar proyectos y programas largamente anunciados.
Seguramente que colocar la primera piedra del reinicio de la Autopista Siglo XXI, iniciar el segundo nivel del libramiento en Cuernavaca, obras que se afirma ya han sido aprobadas, tranquilizaría un poco los ánimos, sobre todo porque desde la óptica social no se han visto grandes obras que muestren el rumbo de esta administración.
Desde luego que el posicionamiento del estado depende en mucho de la agilidad con la que se maneje la Federación, precisamente las inversiones anteriormente planteadas están relacionadas directamente con el Gobierno federal, de ahí vendrán los recursos y también los tiempos para desarrollarlas, finalmente una administración estatal está irremediablemente anclada a las decisiones de la Presidencia de la República.
Tendrá que decirse que los intentos anteriores por levantar la protesta de contingentes populares importantes no fructificó mucho, comparada con marchas anteriores, quedó corta, habrá que ver el siguiente intento, porque si no se pueden llevar a las calles a varios miles de participantes, no pasará nada, sin embargo, un eventual movimiento concurrido llevaría ya a otros escenarios, los cuales seguramente ya están calculados por el Gobernador.
Radiografia del Poder
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En cumplimiento de metas
El reclamo de los inconformes
A casi año y medio de la actual administración, algunos sectores y sobre todo líderes partidistas y poderes, en concreto el Legislativo, comienzan a reclamar el cumplimiento de metas y compromisos ofrecidos por el Gobernador, el más importante para ellos, el referente a la seguridad.
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