Sí, los “antorchos” que viven en función de regalías y “ayudas” oficiales, se manifestaron por la falta de procedimiento legal en contra del ex edil Manuel Martínez Garrigós, por las diversas irregularidades que, dicen, cometió durante su administración. El edil, Jorge Morales Barud, accedió a dialogar con ellos a su regreso de la inauguración del Foro Internacional de Derechos Humanos, para sostener que el asunto se encuentra en manos de las instituciones responsables de darle seguimiento.
En otro frente, en una de las entradas al edificio del Ayuntamiento, Rosendo Robles Hernández, un personaje que hace unos años inició la integración de una asociación para solicitar vivienda para quienes carecen de ella, se plantó con la amenaza de huelga de hambre en solidaridad con otro grupo que insiste en rechazar la miscelánea fiscal capitalina.
El señor fue, en su oportunidad, chofer de quien era secretario de Gobierno, Jesús Giles Sánchez, pero cuando éste se fue por la candidatura a la presidencia municipal, lo mandó a generar un movimiento ciudadano como instrumento para hacer política de gestión. Giles murió siendo diputado federal, pero Rosendo continuó con la asociación, muy identificada con el Partido Acción Nacional (PAN). Ayer, también contribuyeron al desorden.
Y por si algo faltaba, Gabriel Rivas Ríos, quien anda en precampaña por la candidatura a una diputación local, vía el Partido de la Revolución Democrática (PRD), posición que ya ocupó hace unos años, volvió a salir a la calle con un reducido grupo de personas, éstas se instalaron en la entrada a la tesorería municipal.
El caso es que quienes encabezan esas movilizaciones van por intereses muy concretos; en lo que toca a Antorcha Campesina, continúan presionando a los tres niveles de Gobierno para que les den terrenos, servicios públicos, dinero, becas, es decir, “el remiendo y el trapito”, aunque al final de todo los beneficiados son realmente los “líderes”.
En lo que toca a Rosendo y a Rivas Ríos, pues llevan ambiciones de carácter político, bien pueden ser instrumentos de golpeteo de figuras públicas, que de esa manera han venido intensificando el golpeteo en contra de sus adversarios políticos, y a JMB lo quieren desacreditar ante la ciudadanía para quitarle el control de Cuernavaca al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el 2015, por ahí van las cosas.
Guzmán Loera, ¿va en serio?
Y en un tema de mucha trascendencia no solo nacional, sino internacional, este fin de semana las fuerzas federales capturaron a quien se insiste, era el capo más buscado desde hace mucho tiempo, Joaquín Guzmán Loera, “A” “El Chapo”. Hace 13 años escapó de prisión y no había podido ser recapturado. Mucho se ha dicho que la fuga fue realmente un acuerdo validado desde los Pinos, durante la gestión del ex Presidente de la República, Vicente Fox Quesada.
Su arresto ha traído una serie de reacciones a nivel internacional, comenzando por los Estados Unidos, quienes por cierto reclaman su extradición, por estar acusado de cometer una serie de delitos en aquella nación. Claro, tampoco no faltan aquellos que por intereses políticos minimizan la acción, como en el caso del ex aspirante presidencial, Andrés Manuel López Obrador, que considera que eso no resuelve la inseguridad en México; la cosa es que hay que ir avanzando en ese sentido y “El Chapo” es un personaje clasificado entre los más poderosos en el mundo.
Bueno, las actividades del narcotráfico le han dejado incalculables beneficios económicos, se sitúa entre los hombres más ricos del mundo, compitiendo con el empresario Carlos Slim, de ese tamaño son las cosas, por eso estimamos que su detención no es asunto menor.
Ayer, en la inauguración del Foro Internacional de Derechos Humanos que se realiza en Morelos, fue objeto de mención tanto por parte de la subsecretaria de Gobernación, Lía Limón, como por el jurista Baltasar Garzón y desde luego el gobernador Graco Ramírez Garrido.
Claro, ese cártel está tan bien estructurado que con o sin Guzmán Loera, seguirá funcionando; además, la mayoría de esas agrupaciones del delito organizado suelen operar desde los propios penales, así que en este caso se deberá seguir atrapando a los que lo secundan. Y también, aunque los funcionarios del ramo lo rechazan, se insiste en que algunas células de ese grupo criminal operan en Morelos. Alberto Capella Ibarra, titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), sólo reiteró que “la detención del “Chapo” no generará inestabilidad local, la cosa está controlada”.
Por lo que toca a la administración del presidente Enrique Peña Nieto, pues ya lleva algunos golpes certeros en materia de justicia, o que por lo menos generan espectacularidad; el arresto de quien fuera la dirigente moral del magisterio, Elba Esther Gordillo Morales y ahora al famoso “Chapo”.
Y mire que el cártel en mención es uno de los pocos que ha logrado mantenerse casi íntegro desde hace bastante tiempo, a los demás prácticamente los han descabezado, lo que ha obligado al empobrecimiento de sus estructuras que acaban dividiéndose, como en lo que se refiere al de los Beltrán Leyva, de cuyo núcleo ya surgieron diversos grupos como los “Rojos” a los “Guerreros”, que continúan casi en desmantelamiento por la persecución de que son objeto.
Aquí en la tierra de Zapata, son ellos los que se disputan el territorio porque de haber trabajado justos con Beltrán Leyva al frente, pasaron a ser contrarios; son los que han estado eliminándose mutuamente para apoderarse de toda la parcela, pero en condiciones ya bastante precarias, la Procuraduría General de la República (PGR) los tiene en la mira.