Con lo anterior parece que finalmente se dará cumplimiento a un añejo sueño de lograr conexión entre el Atlántico y el Pacífico, acercar en tiempo de recorrido a puntos estratégicos del desarrollo empresarial, comercial y turístico, como Veracruz y Acapulco, lo que los funcionarios dijeron es que una vez puesto en operación este tramo que será casi de 62 kilómetros, el tiempo para ir de uno a otro puerto será sólo de siete horas, cuando hoy nos llevamos casi todo el día.
Pero lo que ayer atestiguamos quienes asistimos al acto, por cierto, realizado en una zona en despoblado, a cuyo lugar se accedió a través de un camino de terracería, se logró tras una espera de 20 años, porque fue por ahí por el año de 1994 cuando se comenzó a “trabajar al respecto, se iniciaron las compras de tierra para el derecho de vía, pero sólo quedó en eso, unos cuantos kilómetros de trayecto adquiridos y ahí quedó todo, las cosas no avanzaron, no se logró siquiera colocar la primera piedra”.
Fue hasta entrado el sexenio de Sergio Estrada Cajigal Ramírez, después del año 2000, que se volvieron a mover las aguas para intentar dar los primeros pasos en coordinación con el gobierno de Puebla, que fue el que más interés le puso al proyecto, se construyeron por fin seis kilómetros y medio de esta tan trascendente vialidad. Pero nuevamente se quedó detenida porque para dar seguimiento al trazo, se contrató a una empresa que dejó tirado el trabajo, comenzaron a litigar en los tribunales pero aquello se llevó años, bueno, el resto del sexenio de SEC y todo el de Marco Adame Castillo, porque en esta última administración no se avanzó un metro.
Durante su campaña electoral el ahora presidente de la república, Enrique Peña Nieto, hizo el compromiso de seguir adelante con la autopista y ayer parece que comenzó a cumplirlo, cosa que para Morelos será de enorme beneficio porque los efectos positivos pueden ser muchos en materia turística, empresarial o comercial, incluso el sector campesino, muy golpeado en la región oriente por falta de sistemas de riego -no hay suficiente agua-, tendrá la posibilidad de mejorar los sistema de comercialización hacia diversos puntos de la república, porque esta carretera lo acercará a centros de consumo bastante importantes.
Ramírez Garrido dijo que hacía más de 30 años que no se invertía en un proyecto de tales dimensiones y ciertamente que tiene razón, fue en el gobierno de Lauro Ortega Martínez cuando más se trabajó respecto a las redes de comunicación en la entidad, a él se debe la ampliación a cuatro carriles de la carretera Cuernavaca-Cuautla, en el trayecto Cañón de Lobos, que antes, refieren quienes conocieron y utilizaron esta conexión, era altamente peligroso por las pronunciadas curvas y las malas condiciones que presentaba. Claro, fue igualmente aquel ex mandatario quien amplió muchas otras carreteras a cuatro carriles, sobre todo al sur de la entidad, pero en efecto, no se abrió alguna nueva con el nivel que se hará en este caso. Más adelante, durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, se mejoró la autopista del Sol hacia Acapulco, la de antaño es la que va por Iguala, que requiere de mucho más tiempo para llegar al puerto.
Por todo eso es que sí es una acción nueva, en ese tramo de 61.8 kilómetros, incluso interiormente se va a requerir de cerca de una hora de tiempo para trasladarse desde Tequesquitengo a Jonacatepec, por ejemplo, de ese tamaño es el beneficio que podrá generarse. Pero ya de entrada, quienes estaban muy contentos eran los integrantes de algunas organizaciones sindicales que viven del acarreo de materiales de construcción, como la Federación de Trabajadores de Morelos (FTM) y el Nuevo Grupo Sindical (NGS), los cuales son grupos que incluso han llegado a los golpes físicos y hasta quema de equipo mutuamente en la disputa de los contratos de obra.
Lo que ayer dijo Ramírez Abreu, es que la magnitud de la inversión es suficiente para que ambos frentes ocupen a sus unidades vehiculares y hagan a un lado las diferencias. Pero la mano de obra que se va a requerir, también será de mucha ayuda para poblaciones de una decena de municipios que quedan cerca de donde pasará la autopista Siglo XXI.
Las carreteras son sinónimo de desarrollo, esto está claro, acortan distancias, aproximan a pueblos, ciudades, países, lo que genera efectos en cadena, necesariamente esa autopista incidirá en los índices de crecimiento económico local y en la mejora de vida de quienes están en posibilidades de beneficiarse de manera directa. Esto es lo que hacía falta y sobre todo, en Morelos se extrañó el año anterior, considerado uno de los que menos inversión gubernamental ofreció, porque el gobierno central dedicó casi todo su esfuerzo al impulso de las reformas estructurales, pero todo parece indicar que ya el actual será un año totalmente diferente.
Por lo menos a Morelos parece que le irá bien en ese sentido, no sólo es la autopista en referencia, está en proceso la ampliación a cuatro carriles de la Pera–Oacalco, se espera que muy pronto también se anuncie el arranque del segundo piso del libramiento de Cuernavaca y bueno, que se dé fin al distribuidor vial en el Polvorín, al sur de la ciudad, así como al puente Apatlaco, que promete ser el conducto para una vialidad nueva hacia el aeropuerto Mariano Matamoros.
Es decir, sólo en el aspecto de la red vial habrá diversas transformaciones que nos pueden empujar hacia espacios de mayor competitividad a nivel de estados, porque nadie puede negar que hemos padecido un enorme rezago ante estados vecinos como el de México, Distrito Federal o Puebla.
Radiografia del Poder
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Reinicio Siglo XXI
Después de 20 años
Ayer, el gobernador del estado Graco Ramírez Garrido Abreu y el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, dieron el banderazo de arranque a la segunda parte de lo que será la autopista Siglo XXI, desde Puebla hasta la comunidad de Xicatlacotla, al sur de la entidad.
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