Y en esta ocasión queremos hacer hincapié en lo que viene pasando en el Tribunal de lo Contencioso Administrativo, particularmente en lo que tiene que ver con el acuerdo de regularizar cerca de tres mil concesiones para la prestación del servicio sin itinerario fijo, taxis, porque hay un juicio en proceso, ya que algunos empresarios del ramo no lo consideran prudente y recurrieron a la interposición de recursos legales.
Bueno, pues esos líderes, entre ellos Dagoberto Rivera Jaimes, recurrieron al amparo ante el TCA para reclamar una suspensión del acto y en principio la responsabilidad recayó en el magistrado Orlando Aguilar Lozano, pero éste se vio precisado a excusarse para conocer del caso, porque tiene intereses personales en ese conflicto. Resulta que su hija y su yerno están apuntados en esa regularización, es decir, si finalmente se da procedencia a la regularización, ellos recibirán sus respectivas concesiones. Y bueno, por lo menos tuvo la decencia de aceptarlo y excusarse.
Pero habría que recordar que conforme al artículo 50, ni funcionarios, magistrados, legisladores o familiares de los mismos en línea directa pueden ser beneficiados con algo sí, pues aquí todo se vale, y el magistrado no podría dictaminar en el tema que nos ocupa porque es juez y parte.
Y bueno, entonces se consideró que quien hiciera la revisión y el análisis fuera el suplente de Aguilar Lozano, sin embargo resultó que era ni más ni menos el ex secretario de Movilidad y Transporte, el mismo que hizo todas estas tranzas, David Gómez Basilio. Como lo entendió, antes de que fuera nombrado titular de la SMyT era suplente, de haber decencia y decoro, habría renunciado a esta posición, pero optó por tener las dos, a fin que nadie sabía cómo estaban las cosas.
Salió de Transportes, pero siguió siendo suplente y con todos los intereses que propició (él fue el impulsor del decreto de regularización, porque aprovechó para asignarle permisos a cuates y cómplices) estaba impedido para conocer del asunto, de tal manera que igual, se excusó. Así las cosas, se instruyó al magistrado Martín Jasso Díaz para que se hiciera cargo del proceso.
Hasta el momento, el hombre no ha dicho, que igual que los otros, tiene intereses, porque su hermano Felipe Eduardo Jasso Díaz tiene ya asignada la placa número 5568LUT, es decir que también debería excusarse, no lo ha hecho, y ello puede llevar a condiciones mucho más complicadas si es que decide analizar y dar un resultado, que para los permisionarios regulares, sería seguramente a favor de la regularización de las concesiones para beneficiar a su consanguíneo.
Es verdaderamente increíble lo que pasa en buena parte de la administración pública. ¿Cómo puede pensarse en una correcta impartición de justicia con vicios como los que acabamos de describir?, por eso la sociedad desconfía de las decisiones oficiales, porque en buena medida, éstas se dan en función de una interminable red de intereses y componendas que impiden la imparcialidad.
Para algunos transportistas, ya Jasso Díaz se tardó en excusarse porque debió hacerlo de inmediato, como los otros dos, eso pudiera significar que aceptó hacerse cargo del expediente, no obstante su impedimento legal. ¡Qué barbaridad!, el asunto es que si usted le rasca en otras instancias, en buena medida encontrará los mismos vicios.
Y en una pasada entrega le dijimos aquí que se generaba un conflicto en Tepalcingo, porque sin previo aviso, se le dio permiso a la Ruta Seis de que utilizara el mismo derrotero que la Ruta Tres, lo cual generó enojo de éstos últimos, pues en efecto, el pasado 9 de abril, las instancias competentes se vieron obligadas a detener unidades de la Ruta Seis, pero éstos, en respuesta, secuestraron varias combis de la tres, que recurrieron a la denuncia formal ante la agencia del Ministerio Público.
La cosa está muy caliente, a decir de los involucrados, la instrucción del dirigente de la Ruta Tres a sus operadores es que si la contraparte intenta nuevamente invadir su derrotero, los saquen como sea, es decir a golpes si es necesario. Ello indica que pudiera llegarse a las agresiones en cualquier momento, porque no se ha intentado un acuerdo por la vía civilizada.
Volvemos a lo mismo, el ahora suplente de magistrado en el TCA, Gómez Basilio, hizo de sus funciones un auténtico lodazal a su paso por la secretaría. El colmo de las cosas es que se menciona que Aguilar Lozano estaría ya pensando en su jubilación y entonces el ex titular de Transportes tomaría la titularidad y entonces, entre muchos temas a atender, estaría el referente a ese importante servicio público, sin la más mínima calidad moral para ello.
¿Cómo pueden personajes como éste, con una enorme cola de sospechosas acciones, ser parte de las instancias de impartición de justicia?, por eso no podemos cortar el círculo vicioso de la perversión y la maldad institucional, el elemento de imparcialidad y la correcta determinación en actos de autoridad están ausentes desde el momento mismo en que se permite que alguien sin calidad moral sea parte de un poder. Necesitamos urgentemente una depuración en todos los niveles, los gobernados no merecen ser tratados de esa manera, la desconfianza popular es justificada mientras no se haga algo al respecto.
Radiografia del Poder
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En acuerdo de regularización de permisos
Entrampado el TCA
Sin duda que la corrupción es un cáncer que impide el cabal cumplimiento de metas, compromisos y acciones de las autoridades frente a sus gobernados, no sólo se trata de un fenómeno fuertemente arraigado en responsabilidades como la lucha contra la delincuencia, a partir de la contaminación de los cuerpos policiacos, lo encontramos en el sistema penitenciario, donde los internos son una población cautiva para quienes hacen negocio redondo con ellos, también está en casi todos los tribunales, ya sean laborales o administrativos.
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