También lo más complicado de la situación financiera parece haber quedado atrás, es cierto, no hay gran obra pública, acaso inversiones menores en colonias y poblados, pero por lo menos el edil ha logrado dar cumplimiento a compromisos ineludibles como el pago de salarios a sus propios trabajadores, cosa que no ocurre en otros lados como Temixco, donde el alcalde Miguel Ángel Colín Nava anda de cabeza. Debe tres quincenas a regidores empleados suyos y parece que los índices de ingobernabilidad siguen en aumento. La inseguridad continúa, pero el señor tiene media docena de agentes y dos o tres patrullas para resguardo personal.
Llegó un momento en el que se apreciaba una relación bastante fría entre el gobernador del estado, Graco Ramírez Garrido Abreu y el edil Jorge Morales, el trato era eminentemente político, pero detrás de eso había una guerra abierta, sobre todo de parte del secretario de Gobierno, Jorge Messeguer Guillén, quien contrató como instrumento para golpearlo públicamente a un correligionario suyo, Gabriel Rivas Ríos, quien intenta afanosamente regresar a la actividad gubernamental por la vía de una diputación local o una regiduría.
No la ha tenido fácil Morales, sobre todo por las altas expectativas que se tenían debido a la larga trayectoria política con que cuenta, incluyendo el haber sido gobernador entre 1998 y el año 2000. Las condiciones en las que recibió la comuna no fueron las mejores, pero aunado a la insuficiencia de recursos públicos, debió aguantar severas embestidas de sus adversarios que le complicaron aún más el escenario.
Sin embargo a estas alturas y así sea de manera coyuntural, pareciera que particularmente desde Palacio de Gobierno estatal han decidido darle una tregua: permitirle un espacio de mayor tranquilidad que, parece, ha venido aprovechando, porque ahora algunas calificadoras financieras le están otorgando una calificación positiva, es decir que por esa vía pudiera incluso resolver parte de sus necesidades presupuestales.
Este, sin embargo, debió ser el mejor año de su administración. El primero es de aprendizaje, el último es ya eminentemente electoral y el ambiente se complica todavía más. No es mucho lo que pueda hacer en lo que le resta de mandato, más si llegara a conseguir el pase para desempeñar algún otro cargo de representación político-electoral con base en las elecciones del 2015.
Dadas las circunstancias, no pensamos que JMB pudiera ir a una candidatura de mayoría en la justa que se avecina, en todo caso y si alguien le quiere ayudar, tendría que ser por la vía plurinominal, quizás una diputación federal circunscripcional que le evite ir a competir en las urnas, porque el desgaste que trae es alto.
De cualquier manera se aprecia cierta calma en torno a su gestión, debió pagar un considerable costo político por el intento de incrementar los ingresos por la vía fiscal, pero ya la oleada de protestas disminuyó y por lo menos le están dando oportunidad de respirar, porque en su oportunidad parecía que se doblaba.
De sindicatos blancos y más
Por otra parte, abusos y violaciones a las garantías de trabajadores en el ramo de la construcción, como lo que ocurre en el caso del “Coruco” Díaz de Zacatepec, dan fe de la existencia de sindicatos blancos o “charros” que simulan representar los intereses de sus agremiados, cuando en la práctica sólo son instrumentos de manipulación y control para favorecer a la parte patronal.
Una organización que exhibe este tipo de componendas es el Nuevo Grupo Sindical (NGS), no obstante tener el contrato de obra en la construcción de los cuarteles de Alpuyeca y Tres Marías, cuando los contratistas dejaron de pagar a los peones y albañiles, estos debieron recurrir a otras instancias para defenderse, porque su sindicato los abandonó.
Ello volvió a repetirse en la obra del “Coruco” Díaz, mostrando la complicidad del NGS con los contratistas, permitiendo la explotación laboral. Los turnos son de 12 horas, incluyendo sábados y domingos, sin pago de horas extras y sin pago de sueldos ordinarios, bueno, adolecen de prestaciones y seguridad social.
Esos sindicatos “charros” sólo van por el dinero fácil, han perdido toda seriedad y compromiso con el gremio al que dicen representar, sabedores de la vulnerabilidad que caracteriza el rubro de la construcción, sin embargo, se trata de una omisión y se tendría que hacer algo para impedir este tipo de injusticias.
Por cierto donde se afirma ha ocurrido lo mismo, es en lo relacionado al contrato del hotel restaurante “Las Mañanitas”, ahí líderes de la Federación de Trabajadores de Morelos (FTM) se disputaron el contrato, finalmente Andrés Tufiño Barrera logró desplazar a Iván Barrera en el control laboral porque así lo decidió la parte patronal, porque lo que se buscaba era precisamente eso, un contrato de protección a favor de la empresa.
Hoy se afirma que Tufiño pasa a cobrar a gobierno por los favores prestados y los empleados perdieron todas las prestaciones y seguridad en el trabajo, logros obtenidos al paso de los años. En estos casos, la Secretaría del Trabajo debería desarrollar un papel a favor de la clase trabajadora, de hecho esa tendría que ser su principal encomienda como tal, sin embargo, por desconocimiento u omisión, no se viene haciendo nada.
Pero además en lo referente al NGS, se aprecia que cuenta con todo el aval oficial para hacer de las suyas, tanto, que hay señalamientos recurrentes en el sentido de que esa organización tiene privilegios en la asignación de contratos de obra sobre cualquier otro sindicato en competencia.