Bulmaro Hernández Juárez, del Nuevo Grupo Sindical, Juan Carlos Salgado Ponce del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y -con la representación de abogados laboralistas que son parte del Consejo Laboral- Juan Juárez Rivas, ofrecieron una rueda de prensa para fijar posiciones.
No estaban invitados, pero al acto llegó el dirigente estatal del Sinatrec, José Luis López Rodríguez, y dos más de sus compañeros que, cabe decir, mantuvieron una actitud de mucho respeto ante lo que ahí se dijo, porque particularmente las expresiones de Salgado Ponce y Hernández Juárez fueron bastante duras. Lo menos que dijeron de ellos es que eran unos delincuentes que manejaban gente armada y que tenían amedrentados hasta a unos alcaldes por donde pasa el trayecto de la autopista.
Bulmaro dijo que “ese sindicato utiliza a mujeres de buena fe, con engaños las ha han puesto en huelga de hambre” y aclaró que era falso el rumor en el sentido de que el NGS las fuera a desalojar. Es decir, una descalificación directa de la posición de quienes consideran que están en su derecho de ser incluidos en fuentes de empleo para presuntamente más de siete mil afiliados en la región sur y oriente del estado.
Salgado Ponce tampoco fue muy benevolente en sus expresiones. Consideró que lo que se intenta en ese movimiento es beneficiar a un líder sindical, por encima de los intereses de los trabajadores y los acusó de ser factor de desestabilización laboral en la entidad. Exigió apego a la legalidad y al estado de derecho.
Juárez Rivas fue un poco más mesurado, evitó las descalificaciones del grupo y sólo estimó que de acuerdo a la ley en la materia, ya había un contrato firmado con el NGS y la Federación de Trabajadores de Morelos (FTM, lo cual debería respetarse y que en todo caso, los reclamos fueran ante la empresa poseedora del contrato de obra.
Y respecto a que traen personas armadas, se consideró que el gobierno del estado debería perseguirlas y sancionarlas conforme a la ley. Es decir, en la posición, los ponentes, se les fueron con todo. López Rodríguez solicitó intervenir y todos consideramos que “ya se armó la gorda”, creímos que aquello terminaría con gritos e insultos, porque lo dicho por los conferencistas no llamaba a la cordura.
Sin embargo, el dirigente estatal del Sinatrec aclaró que “es mentira que andemos armados, tampoco es cierto que seamos gente extraña a Morelos, vivo en la región oriente, mis padres son de ahí y no tengo nada de qué avergonzarme”, mientras mostraba a los medios de información su credencial de elector.
Y agregó, “personalmente nunca he sido un mafioso como se dice aquí y lo que pedimos es únicamente empleo para vivir con dignidad y la instalación de la huelga es para demandar una audiencia con el gobernador Graco Ramírez, porque francamente sentimos que nos vienen tratando con desprecio”.
En eso estábamos, cuando uno de los hijos de Hernández Juárez entró con unos 10 o 15 jóvenes, que para el gremio se trató de un grupo de choque. Se especula que cuando supieron de la presencia de gente de Sinatrec en la conferencia, pensaron que habría conflicto y se prepararon para ello.
Un compañero del gremio dijo que “algunos de ellos son cargadores del mercado Adolfo López Mateos, sujetos que con una dosis de droga hace lo que le digan sin mayores problemas”. Ese es el asunto, que conociendo el comportamiento del NGS, FTM y Sinatrec, no se sabe quiénes son más violentos.
Y cuando los ponentes vieron la actitud del representante de Sinatrec, cambiaron el discurso. Como que Salgado Ponce se sorprendió de las expresiones sensatas de López Rodríguez, ya que también esperaba una reacción en sentido contrario y al final hasta se ofreció como puente entre los quejosos y la empresa constructora para buscar incluir a esos trabajadores en el proyecto. Bulmaro dijo que con gusto los agregaría si se afiliaban a su sindicato, porque es la única manera de hacerlo, conforme a los estatutos.
Lo positivo en todo esto es que se vieron ayer posibilidades de un arreglo, se había llegado -en el discurso y el debate en los medios de información- a un clima propicio para el enfrentamiento entre grupos. El acto, sin embargo, acabó con disposición de los sectores para lograr salidas civilizadas. Eso ya tomó el camino correcto, así se antoja.
Y como que lo que viene pasando obligó a cetemistas y NGS a superar diferencias y jalar parejo, porque se entendió que ayer, Bulmaro Hernández acudió con la representación de Vinicio Limón Rivera, cuando hasta hace unos meses, su trato era a golpe limpio, pero aquí sus intereses los empujaron a sentarse a la mesa y comer en el mismo plato sin mucha dificultad.
Claro, lo anterior pudiera ser muy efímero, ya que bastará con que surja otro contrato fuerte para que ambas organizaciones vuelvan a desenfundar las armas. Ya los conocemos y sabemos cómo mastica la iguana: ahí no hay amigos, lo único que los mueve es el poder del dinero.
Antes de que concluyera la conferencia, el grupo de malosos del NGS se fue cuando entendieron que ahí no habría pelea y que el diálogo se había impuesto. Sin embargo, ya se dejó constancia de que tampoco son blancas palomitas y cuando hay que emplear la fuerza, lo hacen con las manos en la cintura, sin siquiera medir consecuencias, porque en efecto, eso fue muy mal visto por quienes cubrimos el evento, no se puede acusar al contrario de violento cuando eres tu quien trae el garrote en la mano.