En los tiempos recientes, el electorado ha dado por premiar o castigar a aquellos servidores públicos que obraron bien o mal durante tres años de ejercicio y con su voto fija su posición, fue este camino que se siguió para negarle al Partido Revolucionario Institucional (PRI) seguir gobernando al país a partir del año 2000, optando por permitirle a Acción Nacional (PAN), ejercer el poder desde la Presidencia de la República.
En Morelos los tiempos coincidieron y los panistas se instalaron en Palacio de Gobierno, sin embargo, sólo pudieron mantenerse 12 años, es decir dos sexenios, el de Sergio Estrada Cajigal y el de Marco Adame Castillo, la mayoría consideró prudente darle ahora una oportunidad de gobernar al Partido de la Revolución Democrática (PRD), cuyo primer sexenio aún no cumple los primeros dos años.
En el caso de Acción Nacional, ya para las elecciones intermedias del 2009, la mayoría del pueblo morelense en edad de votar dio muestras de inconformidad con el trabajo de los azules, a través de las presidencias municipales, las diputaciones locales y federales decidió darle otro voto de confianza a los priistas, que ganaron casi la totalidad de los distritos federales y locales y más de 20 alcaldías.
Pero ante un gris trabajo en esos tres años, la actitud volvió a cambiar, en el 2012 fueron los amarillos quienes capitalizaron el descontento en contra de azules y tricolores, ganaron el Gobierno estatal, la mayoría en el Congreso local y de los distritos hacia la cámara baja.
Pero a lo largo de estos cerca de dos años del nuevo ejercicio gubernamental, se aprecian ya señales que llevan a pensar en una nueva correlación de fuerzas a partir de los resultados de la elección, vemos mucha insatisfacción colectiva respecto al desempeño de sus autoridades y en los tres niveles, particularmente subsiste la percepción de que no se ha logrado vencer la inseguridad, por los graves índices de corrupción de las corporaciones policiacas.
También se siente desánimo por la insuficiencia de oportunidades de empleo y en general por un entorno económico bastante complicado, que para el sector comercio se agravó con la reforma fiscal. Todo esto se reflejará en la elección que es considerada como veredicto y calificación del gobernado frente a sus instituciones.
No podemos en este momento advertir a quiénes les irá más mal, pero las valoraciones se están dando en función de tres fuerzas partidistas hegemónicas: el PRI, el PAN y el PRD, aunque por estar ejerciendo más posiciones, son tricolores y perredistas los que se encuentran en el ojo del huracán y bajo el escrutinio del pueblo.
Ese criterio es el que se aplica cuando se estima que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) pudiera ser el gran beneficiado del voto de castigo a priistas, panistas y perredistas. Tampoco son la gran esperanza del estado o de la Federación, la mayor parte de sus cuadros provienen del PRD, para acabar pronto los mismos personajes que ya hemos visto ocupar espacios bajo esa plataforma política, no garantizan nada y sólo se amparan en la figura del ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, que desde luego también está viendo disminuir gradualmente su liderazgo, pero a pesar de ello, hay quienes aún creen en él.
Pero en el caso de PRI, PAN y PRD ¿cuáles son los elementos de desconfianza y descontento colectivo?, en lo referente a los priistas, la mayoría de las reformas estructurales, si no es que todas, han provocado una reacción de rechazo de los ciudadanos, no se diga la energética, laboral y fiscal.
Habrá que ver si la Federación trae alguna estrategia publicitaria pensada para amortiguar todo ese desánimo, de otra manera, sí les estaría pegando bastante fuerte a la hora de ir a las elecciones, el sufragio de castigo sería considerable.
Respecto al PRD, vemos dos factores, uno a nivel nacional, la percepción desde el interior de su militancia, de que su dirigencia nacional jaló con el PRI para sacar las reformas y a eso le llamaron traición. Pero en lo que toca a Morelos, el asunto de la inseguridad continúa siendo un reclamo no satisfecho y la percepción ciudadana es que seguimos en medio de graves deficiencias institucionales en la materia, signos de corrupción que permiten todo tipo de arbitrariedades e impiden la recuperación del estado de derecho.
Pero además, casi se nos pasaba, la formación de Morena como partido les quitará adeptos, ya estamos viendo algunos desprendimientos, como en el caso de Jiutepec, grupos que han decidido adherirse al PRI y así se darán muchas más escisiones antes de la elección.
Al PAN lo que le sigue pesando es una opinión adversa a su desempeño como gobierno en estos 12 años pasados, todavía para el 2015 llegarán con esta pesada carga en su contra, sin embargo, también hay que decir que cada error que exhiben priistas y perredistas son oportunidades para que el panismo regrese con más fortaleza de manera progresiva. Sólo hay que recordar que tras algunos años de estar fuera del ejercicio del poder, los priistas revivieron con singular fortaleza en la elección intermedia del 2009, si hubiera estado en juego la gubernatura, habrían sido de ellos sin mayores problemas, por eso no se puede dar por muertos a los panistas y ellos lo saben.
Pero de cualquier forma, sí pensamos que para la justa en puerta, no tienen mayores expectativas que ir por dos o tres alcaldías, unas cuantas diputaciones de mayoría y esperar mejores tiempos, de todos modos ya les tocó partir el pastel durante 12 años.
Radiografia del Poder
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Para los tres niveles de Gobierno
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